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 Texto y fotografías : Mariana Padilla y Carlos Osorio – Foto de cabecera: Archivo El Tiempo

El tema controversial de la marihuana en Colombia va más allá de lo que mucha gente cree: lo que parece surgir con un boom rotundo en los últimos años, en realidad ha estado presente en nuestra historia y cultura desde los tiempos en que Jorge Eliécer Gaitán gritaba acabar con la tan temida mata.

La prohibición de la cannabis en Colombia inicia en los años 30, consolidándose en la década de los 40 con una Ley de 1946 conocida como la “Ley Consuegra”. El Senador de Barranquilla de ese entonces, Néstor Consuegra, presentó la ley donde endureció las penas por venta y consumo de marihuana juzgando a ésta como un delito a la Salud Pública. El gobierno del presidente Mariano Ospina Pérez expidió otro decreto contra la marihuana en 1949 que concluyó en la prohibición en todo el territorio colombiano. Posteriormente, se fijaron penas de seis meses a cinco años de cárcel para quienes suministraban la planta dejándonos en lo que hoy en día es el limbo legal de la marihuana en Colombia.

A pesar de todas estas leyes, el consumo de marihuana siguió aumentando exponencialmente. Los cultivos crecieron en tamaño drásticamente, para satisfacer la demanda de los gringos a finales de la década de los 60 y los comienzos de los 70. Ya en Colombia existía un mercado interno importante, en especial en la costa caribe. Cabe aclarar que la marihuana ya tenía una larga historia en Colombia, antes de cualquier influencia norteamericana.

“Vamos a estar legalizando la marihuana recreativa en unos diez años”

-Juan Camilo Maldonado

Tuvimos la oportunidad de hablar con Juan Camilo Maldonado, ex editor de la revista VICE Colombia y profesor universitario, quien nos compartió su punto de vista con respecto a la marihuana recreacional en Colombia y el ámbito de la cultura cannabica colombiana. Para Maldonado, Colombia necesita sensibilizarse -sobre todo políticamente- con aquel pensamiento conservador que lleva implantado hace mucho: “no es un secreto para nadie que Colombia es un país traumado por la violencia del narcotráfico y sus consecuencias, llevando a que la marihuana sea estigmatizada por las masas y haciendo más difícil su legalización” afirma.

Maldonado también recordó que, de acuerdo a estudios científicos, el único aspecto en el cual la marihuana hace daño al cerebro humano es cuando el consumo es proveniente de menores a 21 años de edad, ya que en esta etapa de formación la estructura neurobiológica es gravemente afectada y uno de cada diez menores puede llegar a desarrollar trastornos mentales y/o psicóticos.

Al entender lo que nos explica la ciencia (Congreso de Psiquiatría 2016), Maldonado opina que la prioridad debería ser concientizar a los jóvenes y promover pedagógicamente este conocimiento, para que así retrasen su decisión de consumir o no, esperando que tanto ellos, como su cerebro ya sean maduros. Luego de esto, se podría legalizar el uso recreativo para permitirle a la gente una calidad regulada a diferencia del mercado ilegal, que puede llegar a contener sin número de agentes invasores y rellenos. Además, se dejarían de financiar los mercados ilegales y las mafias que viven de la venta de la planta.

Entrando ya en el ámbito medicinal, se pensaría que, gracias a las bases formadas por los usos terapéuticos de la marihuana en Colombia en los últimos años, se abriría algún tipo de paso o alguna especie de aceptación hacia el uso recreativo. Pero la realidad del asunto –como menciona Maldonado- es que la aceptación sigue siendo nula. Somos un país “que ha fumado bareta toda la vida” así que el poco tiempo de la legislación medicinal no es suficiente para medir si esto ha producido mayor aceptación en el público o no.

Se entiende que el mercado legal medicinal tiene una demanda de 5 mil hectáreas de marihuana, a diferencia del mercado ilegal recreativo, el cual, según estudios recientes, puede llegar a superar las 35 mil hectáreas demostrando que los campos de más para el mercado recreacional ya están. Es decir, sean legales o no, ya existen. Lo que sí está comprobado gracias a los estudios de uso y consumo realizados en Colorado y otros estados de Estados Unidos, es que no ha variado el consumo recreativo por estar legalizada la industria de cannabis medicinal. En palabras de Maldonado, “la gente que fuma bareta va a fumar bareta y la gente que no fume bareta no va a fumar bareta, punto”.

 La Psicología

Observando el tema desde el punto de vista psicológico, Rodrigo Naranjo nos explicó lo nocivo que la marihuana puede llegar a ser para menores de 21 años. El psicólogo egresado de la Universidaddel Norte expresó que “el temprano consumo de marihuana en ciertas cantidades elevadas puede desarrollar deficiencia mental, déficit de atención o hasta problemas graves de memoria”. Naranjo cree firmemente en esto, basado en múltiples investigaciones realizadas en Estados Unidos sobre jóvenes que comprenden las edades de los 18 y 21 años. En ellas, se encontró que el factor clave consiste en la edad de inicio al fumar. Los individuos que esperaron hasta una edad prudente, cuando sus cerebros habían logrado un moderado desarrollo, no mostraron deficiencias profundas a diferencia de los consumidores habituales desde temprana edad. Naranjo sí fue claro en decir que apoya la legalización pero de manera controlada: “El país no está listo para ese salto, aunque es hora de que dejemos de ver a esta mata como un tabú, para así sea dar los primeros pasos hacia la legalización. Esto es un proceso largo en el que debemos incluir a los jóvenes y concientizarlos ”

 

Uso Medicinal Vs. La Ley

 Para hablar de la marihuana recreacional tenemos que entender su origen, componentes, y usos, entre esos, el medicinal, ya que en la misma comunidad científica hay diferencias de pensamientos con respecto a su uso. El doctor y docente de la Universidad del Norte, Jairo Cepeda, profundizó nuestro conocimiento comentando: “La gente no sabe qué es marihuana, primero que todo porque este es un nombre cultural, no existe, marihuana viene de los nombres María y Juana: son términos mexicanos culturales y genéricos.”

El Dr. Cepeda publicó un libro en el cual ha escrito varios capítulos llamado “Marihuana Cannabis” de la Universidad Nacional de Colombia y continuó explicándonos cómo se comercializan los medicamentos con el uso de la mata: “Lo único que disimula los componentes del medicamento es su nombre comercial, pero hace tiempo se consumen y comercializan productos con cannabinoides. Es una cuestión económica también, los gringos se llevaron la cannabis sativa a California por miedo a que los países latinoamericanos se enriquecieran.”

En cuanto a sus aspectos positivos y negativos, el doctor nos contestó: “Lo malo son los abusos, pero los aspectos buenos o positivos son incontables, la Constitución Política de los Estados Unidos está escrita en pergamino de marihuana, o cannabis, o sea cáñamo. La marihuana o cannabis es un analgésico desde mas de 5 mil años, incluso las velas de los barcos fueron hechas con cáñamo; nuestro mismo cuerpo produce cannabinoides y textiles, ni se diga, maravillosos. Eso sí fumada, no debe ser, porque produce cáncer por la pirolisis. Al quemarse cualquier vegetal se producen sustancias que son cancerígenas, lo mismo pasa con el cigarrillo: no es la nicotina la que da cáncer, sino la pirolisis.”

La Cámara de representantes en una votación de 84 a favor y 4 en contra, aprobó la ley que regula la marihuana medicinal en Colombia de manera que los derivados medicinales de la marihuana pueden ser cultivados, producidos, vendidos, y comprados en territorio nacional. La reforma constitucional 002 de 2009 abrió la puerta para que en Colombia pudiera regularse el uso medicinal.

Algunas investigaciones señalan el uso terapéutico, mientras otras, el uso para casos de extremo dolor o tratamiento de glaucoma, esta diferencia de opiniones está afectada por la legalización en sí, ya que el estado legal de la planta la hace difícil de estudiar. Los permisos y procesos burocráticos que los científicos deben cumplir para tener laoportunidad de estudiar la marihuana hace que los estudios sean pocos e inconcluyentes. Al preguntarle al doctor Cepeda cuál es su posición con respecto a la legalización, este explicó: “No me importa, porque no cambiará mucho la situación, en EEUU la legalizaron y nadie intentó comercializar, porque nadie iba a comprarla a ese precio, el burro viejo sabe cual es mas barata y esa no sirve para medicamento, porque es una forma distinta de cultivarla.”

Todo parecería indicar que Colombia NO está lista para una legalización recreativa de la marihuana en estos años a seguir. No está lista, ya que carece la infraestructura no solamente para suexpendio y manejo, sino además socialmente tocaría concientizar a la población, en especial a los menores de edad, puesto que son los más propensos a caer en un consumo temprano. Existe un gran público en pro de la legalización recreativa, pero si se quisiera hacer de manera organizada, éste no parece ser el momento para tomar este camino.

 

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