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Por: Emanuel Calderón

Cuando se habla de cine y teatro, solemos imaginarlos como dos caminos que llevan al mismo destino: la representación de historias a través de la actuación y la puesta en escena. De ahí surge el término “artes escénicas” que es la forma más común de englobar estas expresiones que buscan narrar historias mediante distintas herramientas, pero basta con detenernos un momento y observar con más atención para notar que aunque caminen juntas, no pisan el mismo suelo. Es correcto decir que comparten elementos como la dramaturgia, la dirección, la escenografía y la interpretación. Sin embargo, sus maneras de hablarle al espectador son radicalmente distintas.

El cine, con su mirada calculada, guía a quien lo ve a través de encuadres y ángulos cuidadosamente elegidos. Cada plano es un mensaje cifrado: el rostro a media luz de un pescador puede esconder una duda, un encuadre cerrado puede sugerir asfixia, un cambio de foco puede revelar aquello que antes permanecía oculto. En la pantalla, los significados se construyen entre líneas, en el espacio que queda entre lo que se muestra y lo que se insinúa.

El teatro, en cambio, no tiene el privilegio del lente ni la posibilidad de fragmentar la realidad en pequeños recortes de imagen. Todo ocurre frente a los ojos del público, en un tiempo y un espacio compartidos. Aquí, el mensaje no se esconde: se grita, se susurra, se encarna en el cuerpo de los actores. Cada gesto, cada movimiento, cada inflexión en la voz se convierte en una herramienta para transmitir emociones. Y es en ese juego, en ese pacto silencioso entre quienes interpretan y quienes observan, donde la magia del teatro cobra vida.

Rumores del Escarceo es una obra que nos sumerge en la historia de dos pescadores de La Boquilla, Ernesto y Diego, quienes, en la estrecha distancia de una canoa, oscilan entre la cercanía y el conflicto tras un hecho mortal. En su afán por pescar, hallan en el agua algo que los atormenta, pero también los libera.

La historia que entrega Santiago Muñoz presenta la afrocolombianidad desde nuevas perspectivas, pero más allá de su argumento destaca la construcción de su narrativa. Su equipo comprende que tanto el teatro como el cine nos conmueven y en ese sentido, reconocer las diferencias entre ambos estilos lleva a preguntarse qué podría surgir al experimentar en los límites de ambos mundos. ¿Puede una historia concebida en formato audiovisual transformarse en un relato teatral?

La lectura del guion dramatizado de Rumores del Escarceo es, en esencia, una exploración, una transformación. Un relato concebido originalmente para el lenguaje audiovisual se convierte en teatro, aprovechando no solo las posibilidades del medio, sino también sus desafíos. Desde el uso de una de las actrices como narradora para los títulos y cambios de escena, hasta la utilización de luces y silencios para transmitir una sensación de asfixia, la obra logra una fusión entre ambos mundos. Aunque distantes, encuentran un punto de encuentro a través de los personajes.

Ricardo Muñoz, director del programa de Artes Escénicas de la Institución Universitaria Bellas Artes y Ciencias de Bolívar, fue clave en esta evolución. Al respecto, comentó: “son productos que, aunque diferentes, comparten un mismo núcleo y se ve muy lindo. No sé, sobre esto, hablábamos Santiago y yo, sobre la poesía. En este caso, los actores hacemos, de alguna forma, poesía con el cuerpo, y la poesía de él está construida a partir de imágenes visuales, que para nosotros también son claras.

El guion dramatizado es un producto en sí mismo. Si bien relatan la misma historia, el cortometraje y su versión escénica presentan diferencias radicales. Una de las más notables es la ausencia de diálogos en la obra audiovisual. En esa distancia entre el silencio del cine y la voz del teatro en la que ambos encuentran un equilibrio perfecto, complementándose sin perder su independencia. Aun así, ver ambas versiones permite comprender el cuadro completo y apreciar cómo esta propuesta representa una reconciliación entre dos facetas del arte que, aunque cercanas, parecían mantener un contraste armonioso. Un contraste que se rompe en el momento en que realizadores y dramaturgos deciden apostar por algo nuevo.

Somos una casa periodística universitaria con mirada joven y pensamiento crítico. Funcionamos como un laboratorio de periodismo donde participan estudiantes y docentes de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad del Norte. Nos enfocamos en el desarrollo de narrativas, análisis y coberturas en distintas plataformas integradas, que orientan, informan y abren participación y diálogo sobre la realidad a un nicho de audiencia especial, que es la comunidad educativa de la Universidad del Norte.

elpunto@uninorte.edu.co

Comments
  • Jorge Lopez

    Exelente labor periodistica , está narrativa desde los ojos del periodista expresa información que a los ojos de los espectadores no alcanzamos a identificar las diferentes entornos de las presentaciones en mención. Cine y teatro.

    6 abril, 2025
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