Por Juan Sebastián Rodríguez – Fotos: Gisele Rodríguez
Ayer, 10 de Octubre, el presidente de la Generalitat Carles Puidgemont hizo su comparencia con respecto a los resultados electorales del referéndum celebrado, sin aprobación de la Corte Constitucional, el pasado 1 de Octubre (1-0) en el cual los ciudadanos de Cataluña podían pronunciarse a favor o en contra de la independencia con respecto a España.
La declaración del Presidente, prevista para las 18:00 hora España en el Parlamento de Cataluña, tuvo lugar una hora después por petición de Puigdemont. Finalmente, a las 19:13 el presidente de la Generalitat comenzó su intervención: “Comparezco a petición propia después del referéndum del 1-0 y para explicarles las consecuencias políticas que se derivan”, mientras tanto, en el Arco del Triunfo, a las afueras del parlamento miles de personas escuchaban y veían a través de pantallas gigantes las declaraciones de su presidente. En la jornada destacaron la presencia de estudiantes y de aquellos que están a favor de la independencia quienes llevan banderas esteladas como representación de la nueva República.
La tensión, que desde la mañana se percibía en el ambiente con helicópteros sobrevolando constantemente la ciudad, se debía a la posibilidad de que hubiera una declaración de independencia unilateral (DUI) por parte del Presiente Puigdemont, a lo cual Mariano Rajoy, presidente del Gobierno Central Español, había dicho que respondería aplicando el articulo 155 de la constitución de España, tal como hizo hoy mismo.
Este artículo profesa lo siguiente: “Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general”.
Esto quiere decir que el Gobierno Español podría disolver todas las instituciones gubernamentales de Cataluña y tomar control del territorio, la fuerza policial autónoma (Mossos d’Esquadra) pasaría a engrosar la lista de activos del Ministerio del Interior Español y en caso de desorden público, las fuerzas armadas tendrían permiso de intervenir para garantizar la unidad de España.
Aparte de la preocupación -justificada- ante la posible aplicación del mencionado articulo, la economía, que en esta partida de ajedrez vendría a ser el alfil, ya ha hecho su jugada. El presidente de la Unión Europea, Jean-Claude Juncker, ha anunciado que Cataluña quedaría por fuera en caso de separarse de España. Grandes casas bancarias y distintas empresas (Caixa Bank, Gas Natural, Banco Sabadell,Cellnex, etc) han comenzado a mover sus sedes sociales fuera de Barcelona, lo cual no pone en riesgo puestos de trabajadores ni funcionamiento de las empresas dentro de Cataluña, pero sí disminuye la credibilidad del país ante los inversionistas. Otras empresas, como la fábrica de Coca- Cola, también plantean irse en caso de darse la DUI.
Esto ha generado gran preocupación en los catalanes y así mismo lo reconoció Puigdemont en su intervención: “Soy consciente de que hay mucha gente preocupada por esta situación. La violencia gratuita y el traslado de empresas son hechos que han enrarecido el ambiente”, pero al parecer no es suficiente presión para que el Presidente de la Generalitat desista de buscar la independencia de Cataluña planteándolo no como un deseo personal, sino como los resultados del 1-0, referéndum que solo ha sido reconocido por el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
“La única forma de mantener el autogobierno es que Cataluña se constituya en un Estado”, continúa Puigdemont y en ese momento resonaron los aplausos en el Arco del triunfo, pero las palabras siguientes en las cuales el Presidente Puigdemont propuso al Parlamento que suspendiera “la declaración de independencia para emprender un diálogo” generaron la misma pregunta tanto en la ciudadanía, como en la oposición y en las altas esferas del gobierno central Español: ¿hay o no hay Indepedencia?
Ante esto, Rajoy solicitará un requerimiento a Puigdemont para que rectifique y aclare si se ha declarado o no una independencia unilateral por parte del gobierno autónomo. Mientras llega la respuesta, Cataluña camina en la cuerda floja con el riesgo de que la fuga de empresas continúe, de que los inversionistas desistan de sus proyectos en el territorio, ahondado la separación de su sociedad en bandos (los que está a favor, los que están en contra y los que apoyan el diálogo) y lo peor, socavando la tranquilidad de todos aquellos habitantes de Cataluña, al no saber qué les depara en el futuro cercano.