Foto: Ángel David Yepes
El periodista Alberto Donadio visitó la Universidad del Norte el viernes, 20 de octubre, para llevar a cabo el conversatorio sobre su libro ‘’El asesinato de Rodrigo Lara Bonilla, la verdad que no se conocía’’.
La primera versión oficial del asesinato de Rodrigo Lara Bonilla sostenía que el ministro pasaba por la avenida 127 con destino a su casa, cuando fue interceptado por unos sicarios a bordo de una motocicleta y que disparaban sin cesar mientras iban a una velocidad de 70 km/h.
Luego del atentado, sus escoltas lo llevaron hasta su casa y allí se encontraro con la empleada y los hijos del ministro, y fue Rodrigo Lara Restrepo, su hijo mayor, quien abordó el vehículo e intentó salvarle la vida a su padre. ¿Pero por qué lo trasladaron hasta su casa?, ¿por qué no lo llevaron directamente a la clínica? El expediente no responde a ninguno de los interrogantes planteados.
Las dudas no terminaron ahí: luego de conocerse los resultados de la necropsia, se comprobó que la información divulgada por los medios de comunicación no encajaban con los resultados. Donadio explicó cómo el caso del asesinato del Ministro de Justicia causó tanto impacto dentro del país, porque aunque los narcotraficantes ya habían asesinado a varias personas, ninguna de ellas había sido una figura de tan público reconocimiento.
La posición de Donadio
Es en este punto donde el periodista argumenta que la principal problemática presentada de este hecho fue que nadie sospechó públicamente de la versión contada por los medios de comunicación. Además, luego de 30 años del asesinato, tal y como se menciona en el libro, lo único cierto de la versión oficial que se extendió la opinión pública, es que es o está gravemente incompleta.
‘’Uno se compenetra de una manera patológica con todos los personajes y casi no se quiere salir de ese mundo ficticio y cuesta trabajo decir: ya no más, debo sentarme a escribir la historia’’, expresó el periodista, argumentando que leyó seis veces el expediente durante los 20 años de investigación sobre el caso.
Finalmente, se conoció el dictamen que le daba total credibilidad científica a la otra hipótesis del caso y es así como sale el libro. Es decir, pudo haber sido que el sicario acabara con la vida del ministro porque el carro en el que se trasladaba estaba detenido. Esto sin contar, además, que la lata de puerta del lado donde iba sentado el Lara Bonilla no presentó perforación alguna, lo que corrobora que la puerta tuvo que estar abierta. ‘’El libro no ha sido cuestionado por nadie, nadie ha dicho el doctor Máximo está equivocado’’, puntualizó el periodista.
El asesinato de Rodrigo Lara Bonilla no fue un crimen de Estado: fue un crimen oficial. Y aunque la duda sigue vigente, la Fiscalía no se ha pronunciado en estos años pese al gran dominio que tienen sobre el hecho. Asimismo, la familia tampoco ha dado declaraciones al respecto. Según el periodista eso ha contribuido a que el caso quede en el limbo.
Alberto Donadio en charla con estudiantes de la Universidad del Norte.
La reflexión planteada durante el conversatorio fue que los medios de comunicación se quedaron solamente con la primera versión oficial del hecho y es esa la que comparten a los ciudadanos, sin cuestionar lo sucedido. Ese fue el principal error. Los medios masivos centraron su atención en el quién y olvidaron completamente el cómo. Es decir, se preocuparon por averiguar si el responsable del asesinato era Pablo Escobar y se olvidaron de cuestionar y analizar las circunstancias de tiempo, modo y lugar, ni de las declaraciones presentadas.
Finalizado el conversatorio acerca del libro, se dio paso a una ronda de preguntas en donde los presentes tuvieron la oportunidad de conocer acerca de la trayectoria profesional del periodista y diferentes anécdotas del oficio del mismo.
En el conversatorio también estuvieron presentes los académicos Farouk Caballero y Juan Pablo Ferro, quienes en compañía de Alberto Donadio resolvieron las inquietudes sobre los diversos caminos que son posibles tomar para poner en practica un periodismo que informe a partir de la investigación, de la comprobación de hechos y de la búsqueda de la verdad.
‘’El periodista es el que hace el oficio todo el tiempo, de manera profesional y continua dentro de una institución’’, dijo Donadio. Y aunque se dice que hoy en día cualquier persona puede ejercer el periodismo, el factor diferencial está en la capacidad de los periodistas profesionales de corroborar la veracidad de sus informaciones, haciéndolas válidas y por lo tanto creíbles.
Hay que desarrollar la capacidad para ser creíble, la cual, según Alberto, es la manera como los profesionales que se dedican al periodismo deben enfrentar el mundo digital y cuestionar todo aquello que merezca ser cuestionado.
Las noticias falsas y la desinformación en el mundo digital también tuvieron lugar para debatir en el aula, un estudiante cuestionaba ¿qué hacer y cómo combatir con esta problemática? el periodista argumentó que es importante cuestionar cada publicación que se realice, cada información que se reciba y se consuma online, aún si la fuente se considera ‘’confiable ‘’.
Otro de los temas presentados fue el reto que tienen los periodistas de la academia y los empíricos. El profesor Farouk tomó la palabra y expresó que ‘’es reto es demostrar que se puede hacer mejor periodismo que aquel que no pasó por una facultad de Periodismo’’.
El conversatorio finalizó con una reflexión de Alberto Donadio acerca del oficio e invitó a los estudiantes a ejercer el periodismo de manera transparente, con una profunda investigación y siempre corroborando la información. ‘’La confianza que se genera en los lectores y la opinión pública cuenta más que los títulos obtenidos’’, puntualizó.
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