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Foto de cabecera: Cormagdalena

El río Magdalena es una de las cuencas más grandes del país. A diferencia de otras cuencas también extensas, como la del Caquetá y el Putumayo, la del Magdalena nace en el páramo de las Papas, entre los departamentos de Tolima y Cauca, desarrollando su cauce entre las cordilleras Central y Oriental. Sus aguas recorren gran parte del territorio nacional, llegando a representar una fuente de subsistencia y dependencia para más de 32 millones de personas, según estudios del DANE.

De acuerdo a cifras estimadas por Fescol y el Foro Nacional Ambiental, el 80% del PIB de la nación, el 70% de la energía hidráulica, el 95% de termoelectricidad, el 70% de la producción agrícola y el 50% de la pesca de agua dulce del país dependen del río Magdalena. Así, debido a esta acentuada necesidad que la población tiene del río, este cuerpo de agua se encuentra contaminado por los vertimientos de residuos provenientes tanto de las industrias como del uso doméstico, ya que en cualquiera de los dos casos el agua no recibe el tratamiento adecuado.

En ese sentido, Juan Camilo Restrepo, doctor en Ciencias del Mar y docente de la Universidad del Norte, afirma que la responsabilidad también radica en informar a las personas sobre los peligros específicos que tal circunstancia representa, pero también sobre la responsabilidad que tenemos sobre la salud del río: “lo más imperativo es mostrarle a la gente que no son solo los atunes de China los que están contaminados con metales pesados que le hacen daño a nuestro organismo. Es toda la pesca que se hace en el río Magdalena”.

Cuenca del río Magdalena.

Una arteria para la salud del país

El Magdalena pasa por los departamentos del Cauca, Tolima, Cundinamarca, Boyacá, Antioquia, Cesar, Bolívar y el Magdalena y es navegable desde el municipio de Honda (Tolima), hasta sus desembocaduras en el Mar Caribe, en Bocas de Cenizas en el departamento del Atlántico, y en Cartagena por medio del Canal del Dique. Entre estos están los departamentos que más aportan al PIB y no solo esto, según el DANE, 64% de la población colombiana vive en sus alrededores.

Al ser once departamentos, hay cientos de barrios y pueblos sin energía, alcantarillado y acueducto. En estos puntos arrojan sus residuos, ya sea por una vertiente, un arroyo, o un brazo del río y terminan en el Magdalena. Además, muchos pueblos viven de la minería ilegal, y si bien las grandes empresas que están llegando a Colombia han robustecido la economía nacional, también han ayudado a que el problema avance más rápido.

Algunas medidas fueron tomadas, en miras de lograr un decrecimiento de dichas problemáticas, especialmente con la creación de entidades Cormagdalena, pero lo cierto es que los resultados no han sido satisfactorios.

La Ley 161 de 1994 organiza la Corporación Autónoma Regional del Río Grande de la Magdalena, Cormagdalena. Su artículo 2º estipular que dicha entidad tendrá como objetivo “la recuperación de la navegación y de la actividad portuaria, la adecuación y conservación de tierras, la generación y distribución de energía así como el aprovechamiento sostenible y la preservación del medio ambiente, los recursos ictiológicos y demás recursos naturales renovables”.

Sede de Cormagdalena en Barrancabermeja. Foto tomada de El Heraldo.

Regular no es suficiente

De esta manera, el mismo Magdalena recepciona estas fuertes descargas contaminantes domésticas e industriales, las cuales la  mayoría o no son tratadas o no están tratadas como es debido. Entre ellas se encuentran elementos peligrosos para la salud humana y los animales, como el cadmio, cromo, mercurio, cianuro, zinc, arsénico, o el plomo.

Un ejemplo de este proceso de la prevalencia de esta contaminación residual a pesar de las regulaciones fue compartido por Ayari Rojano, Asesora de Gerencia de Planeación de la CRA, en entrevista, cuando mencionó que a la Triple A se le pide que antes de vertir todas las aguas al río o cualquier humedal como el Lago del Cisne, estén en un 80% libres de todos estos elementos contaminantes.

Sin embargo, la misma Rojano asegura que esta exigencia no ha sido suficiente, tanto así que si se realiza una suma, suponiendo que todo lo que llega al río pasa por este procedimiento, serían 11 departamentos con el 20% del agua contaminada que llega al río.

Foto: Cormagdalena.

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