Por: Daniela Pinto
La Directora de Sisma Mujer asegura que el enfoque de género busca pensar en los ideales que existen sobre cómo son las mujeres y los hombres. Además, que estos pueden transformarse por voluntad propia.
En el marco de la Cátedra UNESCO se llevó a cabo el Congreso Mujer y Paz: camino a la reconstrucción. La plenaria principal “El papel de las mujeres en escenarios de posacuerdo” estuvo a cargo de Claudia Mejía, Directora de Sisma Mujer. Organización que trabaja con mujeres víctimas de violencia y discriminación en el conflicto armado.
El Acuerdo de Paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC fue modelo a nivel internacional sobre el tema de Enfoque de Género. Sin embargo, para Mejía, esa dicha duró pocos meses. Pues “las medidas concretas logradas para las mujeres en las 297 páginas” sufrió varios ajustes el pasado 14 de noviembre. Agrega que “una sociedad que construye relaciones de respeto en el que la mujer participe más en la política y los hombres en la vida familiar… es una sociedad capaz de tramitar los conflictos de manera pacífica y democrática”.
La libre opción de maternidad, la adopción por parte de parejas del mismo sexo y compartir las labores domésticas son algunas de las razones que se encuentran en los documentos opositores del Acuerdo de Paz. Así, la Directora de Sisma asegura que esas preocupaciones no están en el acuerdo, en este “no se habla de nada de la adopción o de libre opción. Si se habla de las medidas para compartir el trabajo doméstico”. Es decir, que esos temas se remiten a la Corte Constitucional y propone a los delegados del No ser debatidos, pero en otro momento.
En lo que designó como Lente de Género, realizó dos ejercicios con la audiencia. El primero, pidió a los hombres que levantaran la mano. Luego, preguntó “¿Por qué si dije los hombres no todos alzaron la mano?” Expone que las mujeres también deben ser nombradas pues al utilizar el genérico “hombres” se les excluye. El segundo, solicitó características que definen a las mujeres: delicadas, femeninas, sumisas y débiles; y las que definen a los hombres: fuertes, protectores, proveedores. Mejía cuestiona si existe la posibilidad que un hombre encaje en las características de la mujer y viceversa. La audiencia asegura que es posible y culmina asegurando que “eso es el género”.