Por: Nicolle Quintero
El pasado miércoles 1 de noviembre el trío colombiano compuesto por Camilo Giraldo, César Quevedo y Guillermo Bocanegra, mejor conocido como Trip trip trip, llenó de música el Museo de Arte Moderno de Barranquilla (MAMB).
El marco fue el Festival Internacional de Música de Cámara de Barranquilla, iniciativa liderada por el Departamento de Música de la Universidad del Norte.
La música de cámara tiene sus orígenes en las antiguas monarquías. La cámara era la habitación de uso exclusivo del rey y está, por lo general, siempre tenía un grupo que amenizaba el ambiente con sus interpretaciones. Las composiciones de este género suelen ser generalmente instrumentales y para pequeños grupos. El trío empezó con la primera pieza, ‘Entre la Chonta y el cedro‘, compuesta por su colega Andrés Samper.
Entre risas, comentaron que “casi no llegan”, pues el paro de Avianca les afectó un poco. El grupo trajo música al museo, donde los asistentes ya no eran monarcas pero pudieron disfrutar de la maravillosa puesta en escena. Su discografía cuenta con tres álbumes: Trip Trip Trip, ‘¡Qué cosa tan seria!’, y ‘Como quien oye llover’.
Una velada íntima
En el evento, los músicos conversaron con el público entre pieza y pieza. Dieron datos sobre las composiciones y resaltaron su trayectoria. Guillermo Bocanegra comentó: “nosotros ensayamos cada ocho días desde hace ocho años en el estudio de Camilo, que queda en las montaña, en la Macarena, muy cerca de los cerros y muchas veces escuchamos pájaros, en la mañana escuchamos pájaros”. Así, introdujo la pieza de Camilo ‘Variaciones sobre mi vecino alado‘, la cual evoca los trinos de un pájaro en las mañanas.
César también tenía una historia detrás de su pieza ‘La danza del hueso roto‘, la cual trata de un futbolista que se rompe la muñeca y debe aprender a bailar. Curiosamente era el mismo César el que pasó por este accidente, por lo que esta melodía se compuso con un claro tinte autobiográfico.
En la velada el trío se encargó de transportar a la audiencia a lugares desconocidos y presentarles personajes carismáticos. Todo esto se desarrolló por medio de la magia de sus guitarras, con las cuales Trip Trip Trip envolvió a su público. Esa noche ellos fueron los autores y sus piezas fueron el arte que llenó el museo. El grupo estuvo muy agradecido con los asistentes y con la buena recepción que tuvieron. Guillermo invitó a los asistentes para que siguieran participando de estos espacios, motivándolos a seguir conociendo y apreciando la música de cámara.
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