Por: César Mora Moreo.
Por motivo del aniversario número cincuenta de la publicación de Cien años de soledad, El Punto de giro hizo un repaso sobre algunos personajes que conforman la obra del Nobel de Literatura colombiano.
Más que un escritor cualquiera de fantasía o ciencia ficción, Gabriel García Márquez fue capaz de hacer que los sucesos más extraordinarios se convirtieran en algo cotidiano. Fantasmas, espíritus atormentados con ideas obsesivas, criaturas entre la vida y la muerte, brujas y hechiceros son los personajes que pueblan las historias del nobel, por esa razón se puede afirmar que los seres sobrenaturales son los verdaderos protagonistas de la obra garciamarquiana.
Desde su primer cuento La tercera resignación hasta su novela cumbre Cien años de soledad, García Márquez ha introducido seres fantásticos a historias donde su presencia no es algo fuera de lo común, sello del realismo mágico.
En La tercera resignación, un intento de Metamorfosis, el escritor cuenta la historia de un hombre muerto en vida que a pesar de haber fallecido tiene conciencia de lo que ocurre a su alrededor gracias a procedimientos médicos. En el cuento, las personas no parecen sorprendidas ante la idea de un muerto vivo. Esta impasibilidad ante hechos sobrenaturales estará presente en muchos de sus cuentos y novelas.
Ilustración: Epifa Nia ilustradora
En Eva está dentro de su gato los seres paranormales también son los protagonistas, a través de una figura femenina que se siente maldecida con su belleza.
Eva podría identificarse como una bruja capaz de salir de su cuerpo y poseer a otras criaturas vivientes. Aunque nunca se menciona de forma explícita (pero se dan muchas pistas, entre ellas el título del cuento) de que Eva pudo poseer a su gato, salir de su cuerpo a voluntad hace de ella un personaje que se suma a la lista de seres extraordinarios que protagonizan las historias del Nobel.
En Alguien desordena estas rosas, un fantasma, sin ninguna relación física con su cuerpo, es el personaje que protagoniza la historia.
En este relato, que está narrado desde la perspectiva del fantasma de un niño, el protagonista intenta manifestarse a la anciana que alguna vez fue su amiga, bajo el pretexto de robarle una rosas para adornar su tumba. Aunque el fantasma nunca se muestra de forma directa delante de ella, el cuento finaliza con una posibilidad, casi esperanzadora, de un reencuentro entre el niño y la anciana, cuando esta haya muerto, en el que corrobore que el viento que desordenaba sus rosas no era nada más y nada menos que su amigo.
Y no se podría hablar de seres sobrenaturales en la obra de García Márquez, sin traer en mención a personajes de sus novelas como Prudencio Aguilar y Melquíades en Cien años de soledad.
Ilustración: Turcios
Prudencio Aguilar fue un personaje asesinado por José Arcadio en un duelo, que se presenta a los personajes en forma de fantasma atormentando sus conciencias. Es motivo de sorpresa la serenidad de Úrsula y José Arcadio ante la aparición. En ellos no hay horror, que sería lo común al ver un muerto, sino lástima y culpa. Prudencio es fundamental para los hechos de la novela, debido a que él es indirectamente el fundador de Macondo al generar la marcha de los Buendía.
Por otro lado, Melquíades es un personaje que se suma a la lista de seres sobrenaturales al haber conseguido escapar de la muerte en repetidas ocasiones.
Aunque al final del primer capítulo se anuncia la muerte del gitano desharrapado, este regresa a la vida al no soportar la soledad de la muerte. Sin lugar a dudas, Melquíades es un personaje de gran aura sobrenatural cuya mención es necesaria si se quiere destacar la presencia de seres sobrenaturales como los protagonistas de la obra del escritor.
Es innegable de la presencia de características sobrenaturales y mágicas incluso en aquellos personajes que parecen los más apegados a la realidad. Son estas cualidades fantásticas las que harán posible que un niño siga desarrollándose incluso después de muerto, o que una mujer salga de su cuerpo en busca de poseer un gato. Ni siquiera la muerte parece ser un límite para los espíritus que se manifiestan para atormentar las conciencias de los vivos o simplemente para robar unas rosas. Todos los fantasmas, brujas y alquimistas que merodean en los cuentos y novelas de Gabriel García Márquez son la prueba de que los seres sobrenaturales son los verdaderos protagonistas de las historias marcadas con el sello del realismo mágico.
Ilustración: Avilés
