Por: Ana Burgos
Luis Javier Mosquera, el pesista colombiano que ganó la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Río 2016 es un joven de 21 años que a pesar de las adversidades que se han presentado en su vida, ha sabido luchar y salir adelante por lo que ama: su familia y el amor por el deporte.
Luis Javier, a pesar de haber sido abandonado por su madre cuando él sólo tenía diez años, logró aferrarse a un sueño. Fue su padre quién siempre lo impulsó a que lograra todos sus objetivos, de sus hermanos mayores fue que cogió el gusto por las pesas, ya que era a ellos a quienes veía levantar. Por la mañana iba al colegio y por la tarde entrenaba, iniciando con 62 kilogramos para después pasar a los 69, que es la categoría en la que ha triunfado en Río 2016. Terminó el bachillerato y dejó los estudios para dedicarse al deporte, su plan es retomarlos haciendo una carrera en administración de empresas.
A pesar de su corta edad, el palmarés de títulos de este pesista es amplio. Ha participado ya en varias competiciones a nivel internacional, de las cuales se ha consagrado campeón del Campeonato Panamericano sub-15, sub-17, juvenil y mayores. Además, tiene dos títulos mundiales en categoría juvenil y dos medallas de oro en los pasados Juegos Panamericanos de Toronto. Quizá su mayor logro después del bronce conseguido en los Juegos Olímpicos.
La llegada de la medalla de bronce para Luis Javier fue toda una sorpresa. Tras competir en los 69 kg, el pesista colombiano había alcanzo a levantar 338 kg, pero, había sido superado por el kirguiso Izzat Artykov, que en primera instancia se había llevado la medalla de bronce. Sin embargo, horas después se conoció que el pesista Artykov había sido descalificado por dopaje y el colombiano Mosquera había alcanzado el podio y se colgaría la medalla de bronce, convirtiéndose en el segundo deportista en conseguir una medalla en Río.
Mosquera es un joven ejemplar, a su corta edad es padre de familia, peluquero y buen esposo, siendo su familia su mayor motivación para hacer todo lo que hace ahora. Su esposa Diana Lorena, su pequeño Joseph y su padre, fueron quienes dieron marcha para que quisiera tener una mejor vida. El año pasado, su padre murió y Luis no alcanzó a darle el último adiós, pues cuando llegó a su casa, su papá ya había muerto. Esto ha sido muy duro en la vida de nuestro medallista y aunque es un hecho muy doloroso para él, esto también le ayudó a convertir su dolor en energía y así poder cumplir la promesa que le hizo, colgarse una medalla en las olimpiadas en su honor.
Gracias al gobierno de Colombia, ahora tiene un hogar digno para su familia y para él, Germán Vargas Lleras, el vicepresidente de Colombia, y Elsa Noguera, la ministra de Vivienda le hicieron entrega de las llaves y las escrituras de este, en el municipio de Yumbo, de donde es originario.
