Por: Laura Perdomo
La época de amor y amistad es una bonita excusa para llenar todo cuanto podamos de dulces y corazones, para salir a compartir o simplemente para expresarle lo que sentimos a quienes queremos. Para algunos, no será más que una fecha comercial que el capitalismo inventó para vender más, y para otros, puede llegar a ser un verdadero martirio, ver a todos a nuestro alrededor destilando amor por doquier, puede llegar a hacernos sentir solos e incluso desdichados.
¿Por qué pasa eso?, he llegado a la conclusión de que la ansiedad que nos genera el no tener pareja nos bloquea y nos impide invertir en la relación más importante que debemos tener en la vida: con nosotros mismos.
Aunque “convivamos” todos los días con nuestro interior, a veces nos ignoramos, maltratamos y nos restamos valor. Nos esforzamos al máximo y dedicamos hasta nuestros más pequeños suspiros a construir relaciones medianamente estables para llenar los abismos de incertidumbre que albergamos en el alma, sin tener en cuenta que la relación fundamental a la que deberíamos dedicarnos es nuestra relación interna. Puede sonar a locura, pero no todas las personas tienen una buena relación consigo mismas, creo que algunos ni siquiera son conscientes que esto existe, pero así es.
Nos damos cuenta que tenemos una relación interna sana, cuando no hay temor de estar en soledad porque valoramos nuestra propia compañía, cuando no existe el miedo de descubrirnos tal como somos, cuando no nos aburrimos teniendo una conversación mientras caminamos a solas en la calle, cuando no esperamos a alguien para hacer algo que queremos, cuando le sonreímos al espejo, cuando creemos en nuestras capacidades, cuando nos hacemos absolutamente responsables de nuestro estado de ánimo, sin dependencias y sin culpar a nadie por las circunstancias que nosotros mismos creamos.
Aceptar nuestros errores, defectos, fallas, es tan importante como aceptar nuestras virtudes, destrezas y aciertos. Perdonar las acciones autodestructivas que abren las heridas y nos impiden continuar, y reconocer que somos capaces de moldearnos a nuestro antojo. Esos, son los grandes pasos que deberíamos dar para construir relaciones intrapersonales fuertes.
En esto es clave el autoconocimiento y la autoestima, saber quiénes somos y cuánto valemos, no podemos controlar qué tanto nos van a querer los demás, pero tenemos absoluto poder para sentirnos apreciados. El amor propio celebra todos los días la esencia de lo que somos y ama profundamente su creación autónoma.
Así que para estos días nos queda la tarea de enamorarnos un poquito más de cómo nos vemos, como pensamos y cómo actuamos. Y por supuesto, gozarnos a la única persona con la que podemos tener la plena certeza que nunca nos abandonará, nosotros mismos.
Foto: Debeverse.com