Surge de una manera de pensar, en la cual, actualmente la sobrepoblación es un problema, y las principales dificultades del futuro serán conseguir alimento y el manejo de residuos, es decir, necesidades básicas para poder sobrevivir.
Por: Daniela Pinto Molinares
“Ahí está la semilla, esa es la idea, pero tienes que coger una potera, aplicar un sustrato, sembrarla, echarle agua”. Esta es la metáfora agrícola que utiliza Jesús Alberto Cruz Díaz para convertir los factores anteriores en personas, las mismas que le ayudaron para que la “planta”, en este caso su empresa, creciera. Cruz es el director ejecutivo de Orgánicos del Caribe, la única empresa de la región encargada de recoger los residuos orgánicos y convertirlos en abono.
“Sin mi familia nada de esto sería posible”, dice Cruz, quien señala que Orgánicos del Caribe es una empresa familiar. Cuenta con orgullo como su padre renunció al trabajo para apoyarlo en su negocio, como su hermana se graduó de la universidad para posteriormente vincularse con la empresa. A su vez, el apoyo de su madre en el ámbito legal e incluso una tía invirtió dinero en su idea.
Orgánicos del Caribe surge de una manera de pensar, en la cual, actualmente la sobrepoblación es un problema, y las principales dificultades del futuro serán conseguir alimento y el manejo de residuos, es decir, necesidades básicas para poder sobrevivir. Uno de los puntos de la empresa es el tema de la alimentación, “generando un producto orgánico para cultivos que sea totalmente natural y que además pueda incorporar microorganismos vivos a la tierra” explica.
“Nosotros brindamos unos beneficios porque desarrollamos un producto orgánico, que es ideal para la agricultura, para jardinería, para cualquier otro tipo de cultivo y es un producto totalmente natural”.
El Director Ejecutivo de la firma agrega que muchas veces la aplicación de pesticidas, fungicidas y abonos químicos deterioran la tierra y, posteriormente, el producto consumido tiene químicos que se le aplicaron para poderlos desarrollar.
Una empresa salida de Uninorte
Cruz estudió Diseño Industrial en la Universidad del Norte, en esta le enseñaron una metodología de diseño, en la cual se identifica una problemática y a partir de una serie de pasos se resuelve por medio de un producto tangible. “Yo apliqué el diseño industrial de cierta forma con la misma metodología, pero en vez de resolver un problema con un producto tangible, lo resolví por medio de una empresa”.
Actualmente, asegura que no cambia su carrera por nada, pero sí le hubiera gustado estudiar algo relacionado con el ámbito administrativo, sobre todo por el cargo que ejerce. Aunque ha participado en cursos cortos, su idea es realizar una maestría en Administración de Empresas para complementar.
En 2010, con 21 años, Jesús Cruz crea su empresa, categorizándolo como un emprendedor joven. Para él, sin embargo, la edad es solo un número, lo que realmente importa es decidirse, en creer en sí mismo y buscar asesorías. Comenta la anécdota de un amigo, indeciso en tener su negocio durante mucho tiempo, hasta que le recomendó iniciar de una vez por todas y le está yendo muy bien. “Simplemente es decidirse, de verdad, si crees en lo que estás pensando, zambúllete y que pase lo que pase”, concluye.
El Centro de Emprendimiento de Uninorte fue esencial para el modelo de negocios que tienen actualmente. Por medio de asesorías varios profesores lo apoyaron desde el principio. Agradecido, comenta que no se puede olvidar de las personas que le dieron una mano para salir adelante.
A partir de allí, en 2012 ganaron en dos concursos dedicados a los emprendedores del país, Venture en la categoría Región Caribe y el segundo puesto en Destapa Futuro Bavaria, donde obtuvo 120 millones de pesos.
Para Cruz hay un antes y un después de Orgánicos del Caribe a partir de los premios. “Antes, la idea era producir un fertilizante orgánico y ya. Pero era algo que no iba a ser rentable en el modelo de negocios, entonces le dimos un giro de 180 grados”. Ahora produce abono orgánico, y lo integra con la parte de residuos. Explica que, fue lo que les sirvió para ofrecer un servicio de gestión integral de desechos en residuos orgánicos. Y Agrega, “con eso que nos ganamos compramos la maquinaria, armamos bodega… la ayuda fue muy grande y no tanto por el dinero sino también las asesorías que uno recibió en temas empresariales”.
Para el 2016 los reconocimientos continuaron pues Orgánicos del Caribe fue nombrado por la revista Dinero como uno de los cinco emprendedores comprometidos con el medio ambiente. El Director Ejecutivo cuenta como lo llamaron desde Bogotá, para decirle que estaban realizando un listado de las treinta empresas más innovadoras de Colombia, en la cual ellos estaban, y deseaban una entrevista. “Claro que sí” fue lo primero que respondió. Con gran emoción determinó el día y hora de la entrevista, afirmando que no iba a desperdiciar una oportunidad como esa.
En el proceso, los residuos se convierten en abono
El proceso inicia desde el cliente, este separa los residuos y los deposita en el área de basuras con unas canecas que la empresa deja. Es decir, que los desechos orgánicos de empresas como Bavaria, Postobón, Comarrico, Dunkin Donuts, hoteles cinco estrellas de Barranquilla, entre otros, son revisados para evitar la mezcla con otros tipos de residuos para posteriormente ser recogidos en un camión hasta Sabanagrande, Atlántico, donde se encuentra la planta.
Los residuos llegan a la planta y son combinados con una mezcla estandarizada compuesta, garantizando el proceso productivo. De esta forma, “inicia el proceso de compostaje, después de dos meses y medio de estar trabajando, ya todas esas frutas y verduras se van transformando en la fórmula Nutriabón”. El abono orgánico producido que se puede utilizar desde grandes empresas hasta un particular y usarlo para jardines y agricultura.
La cantidad de desechos que se pueden convertir en una bolsa de Nutriabón es una relación 80/20. “Por ejemplo, de 100 kilos que me lleguen de residuos orgánicos al final de dos meses de procesamiento quedan 20 kilos de abono”. Debido a la gran cantidad de humedad que conforma el residuo orgánico y el proceso con altas temperaturas al que es sometido, este se deshidrata y disminuye.
Para los barranquilleros “es un impacto ambiental que se está generando separar los residuos orgánicos del resto” dice Cruz. Explica que la basura se crea a partir de mezclar orgánicos con cartón, plástico, vidrio, lo cual no se puede reciclar. Pero si se separa se podrían reciclar ambos. Señala, “los residuos orgánicos generan una cantidad de impactos ambientales negativos en los rellenos sanitarios, y precisamente lo que estamos haciendo es evitar que estos lleguen allí a generar grandes impactos ambientales, entonces venimos, y transformamos en algo totalmente productivo para el mundo”.
Jesús Cruz confiesa que de ahora en adelante Orgánicos del Caribe tiene una responsabilidad muy grande en esquema de reconocimiento, sobre todo porque alguien les “va a poner la lupa” además que son la única empresa costeña que está en esa lista de la revista Dinero. Aclara que existen otras empresas que también recolectan residuos orgánicos, pero lo utilizan en otros aspectos como producción de alimento en animales. Además, el único modelo de negocio orgánico “para compostaje y producción de abono, ahora mismo en Barranquilla o en la región, somos nosotros”.