Por: Daniela Pinto
El Centro de Convivencia de Usiacurí fue el punto de encuentro para los más de 600 inscritos a la Primera Maratón Fotográfica del municipio, organizada por la Fundación Mira al Centro. Desde niños en coche hasta adultos mayores concursaron en las categorías: Arquitectura, Personajes, Patrimonio, Medio Ambiente e Instagram. También, en Foto Gente, una categoría adicional que incluía fotos personales del recorrido.
A partir de las 8:00 am hasta las 7:00 pm, los participantes visitaron sitios de interés como la Casa Poeta Julio Flórez, el Centro de Convivencia, el Cementerio, la Iglesia Santo Domingo de Guzmán, los Pozos artesianos, la Musa Tejedora y el Bosque Luriza.
Una experiencia propia de Belén
A las 10 de la mañana inició el recorrido a Luriza, reserva natural y ambiental del departamento. En compañía del guía de la Fundación Ecoturística Usiacurí Verde, los aficionados de la fotografía observaron la biodiversidad de fauna y flora, entre ellas, la palma de Iraca, materia prima para las artesanías endémicas del municipio.
Luego de bajar la alta colina, los participantes se vieron inmersos en el bosque seco tropical a 125 metros sobre el nivel del mar. En busca de la mejor toma transitaron varios senderos entre ellos el Sanagüare, saturado de la popular “Pringamosa” o Urtica. Luego, el camino lleno de piedras, barro y riachuelos, conducía a una cascada, adornada con agua cristalina, musgos y “bejuco”, ramas que, por su forma, fácilmente pueden ser utilizadas como columpios. Las mariposas, serpientes y gusanos fueron algunos animales capturados en cámara.
Prueba de supervivencia. Tras pasar la Microcuenta los Helechos, donde habita el mono aullador rojo, el grupo tomó un breve descanso, sin embargo, al no observar otros participantes decidieron seguir las escasas huellas que indicaban un camino. Todo era normal hasta que la sensación de caminar en círculos llegó, las aproximadamente 30 personas no sabían qué sendero tomar, pues ahora habían llegado a una T.
El humor costeño dejó atrás el miedo. Con los chistes típicos de supervivencia, desde unir los alimentos hasta la grabación de un reality, permanecieron unos minutos hasta que dos intrépidas eligieron un camino y al rato una de ellas se devolvió, indicando haber encontrado al grupo anterior en el Sendero Pueblo Viejo.
En fila india llegaron a Alto del Aguacate, donde se puede apreciar los cerros de Luriza, con los múltiples tonos de verde predominando junto a las vacas y caballos que pasean libremente por la zona. A eso de la 1 de la tarde, los participantes finalizaron el recorrido.
La Iglesia Santo Domingo de Guzmán, vacía y con variedad de santos también fue visitada. La Virgen de Tránsito sobresale debido al vestido marfil y el velo dorado que lleva puesto. El altar a su lado, tiene un becerro de oro en contraste al fondo color berenjena. En su exterior, es prácticamente el punto más alto del municipio pues se puede observar en su totalidad y desde cualquier lugar del municipio se ve la iglesia de colores cielo.
A pocos minutos, donde finaliza la calle y el asfalto se convierte en adoquines, las banderas de Colombia ondean la entrada a la casa museo de Julio Flórez, lugar donde permaneció el poeta colombiano sus últimos años de vida. La bienvenida la da un niño personificado de Flórez y relatando sus poemas. También su esposa, Petrona, oriunda de la región. Las fotos no están permitidas al interior, sin embargo, objetos como escopetas, fotografías, pinturas, muebles reconstruidos, poemas escritos a mano e incluso el amarradero de caballos de la familia son conservados.
De esta forma, los participantes terminaron su recorrido en el Pesebre del Atlántico, un lugar con gran importancia paisajística, patrimonial e histórica, donde predomina la tranquilidad y la confianza con los lugareños.