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Por: Karina Messino.

Son las 8:45 de la mañana del miércoles. Sentada en un cómodo sofá del edificio de Caracol Radio, espero a que el asistente de Martín Tapias llegue para permitirme el acceso al estudio. Después de unos minutos llega a la pequeña sala de espera su asistente, de nombre un poco común, tanto que no puedo recordarlo.

Nerviosa, como quien hará su primera entrevista, ingreso al estudio de noticias del Señor Martín. “30 segundos y vamos al aire”, dice el ingeniero de cabina. Martín, quién entre otras cosas es el director regional de Caracol Radio, con un amable gesto me da la bienvenida. Entre cortes, me dice que ha sido un día tranquilo, no tan “teso” como el de ayer, en donde no hubo pausas, pues las noticias no daban espera. Se hablaba del tema del momento, el caótico problemón  de Odebrecht.

Mientras realizaba su programa, en las propagandas, bromeaba con sus compañeros de trabajo, convirtiendo ese estudio helado por el aire frío, en un cálido lugar en donde las noticias y los chistes entre colegas lo convertían en un cálido sitio, como su Santa Marta querida.

“Ahora sí, podemos comenzar”, dice Martín.

Nacido en Pescadito, tierra de futbolistas legendarios como Carlos el “Pibe” Valderrama, cualquiera pensaría que Martín Tapias, desearía ser un reconocido futbolista y en eso no nos equivocamos.

“Pésimo futbolista, soñé con ser futbolista, jugaba en las calles de Pescadito pero siempre me dejaban en la banca”, manifestó entre risas. Y es que como dice el famoso dicho popular alguna vez mencionado por un sabio anónimo “no hay mal que por bien no venga” y gracias a esta frase, atrevidamente puedo decir, describe la raíz de lo que con el tiempo se convertirá en su profesión.

Pero retrocediendo un poco en el tiempo, no es fácil dejar el cálido barrio de Pescadito y sus calles polvorientas e instalarse en la ciudad de Barranquilla, pero son gratas las experiencias y recuerdos que vivió Martín Tapias de ese traslado.

Como todo periodista o aquellos que como yo nos encontramos en el proceso de formación, causa curiosidad preguntarle a un maestro como él qué lo llevó a estudiar esta profesión, que le ha permitido contar con una extensa trayectoria en el campo mediático, así como profesor durante más de 10 años en la Universidad Autónoma del Caribe, presentador de programas de televisión en el canal regional Telecaribe, asesor en diferentes proyectos cuyo objetivo es el desarrollo social y la enseñanza a jóvenes sobre medios de comunicación, entre cantidades de proyectos más.

“Era muy buena lectora, siempre ha sido el personaje de mi vida, era la persona más sabia del mundo y cualquier cosa que le preguntara ya sea de economía o política ella me lo respondía. Mi abuela no pasó de quinto de primaria sabía leer, medio escribir. Ella pasaba leyendo periódicos y yo los leía para saber qué era ese mundo que ella tenía, allí comienzo a descubrir la magia  de la prensa”, narra Martín con brillo en sus ojos cuando habla de su abuela y con una nostalgia que puedes notar con solo escucharlo.

“Me causó un gran impacto cuando leí el Magazín dominical del espectador, escribían mucho de cultura, arte y literatura y despierta en mí ese tema del periodismo, cuando vine a ver ya estaba metido en esto”, afirmó.

Pero ser periodista es ser también una persona dispuesta a servir y ofrecer nuestros conocimientos, de esta manera contribuimos a nuestra sociedad y ¿por qué no? cambiarla aunque sea solo un poco. Es así que como surge La red radiofónica juvenil, con el objetivo de  “hacer que la comunicación tuviera un impacto y sirviera para mejorar la vida de otras personas. A través de la radio los jóvenes  de barrios que son quizás muy conflictivos , junto a un grupo de amigos y colegas, íbamos a esos barrios haciendo capacitaciones, los preparábamos para hacer radio y ellos hacían los programas, fue un proyecto hermoso, duramos más de 10 años en esa experiencia. Cuando le das oportunidades a las personas, ellos te devuelven mucho más de lo que tú les entregas”, manifestó Tapias con alegría y una sonrisa inmensa llena de satisfacción por el deber cumplido. Gracias a ese ingenio que lo caracteriza, es seleccionado para ser el presentador de Tertulia Caribe, programa transmitido por el canal regional Telecaribe, en donde a todos los espectadores nos informaba y nos sentía cercanos a los invitados, mientras jugaba con su compañero, colega y amigo Víctor Herrera, una agradable partida de dominó, haciéndonos sentir a nosotros como televidentes como si estuviéramos en la terraza de la casa, bajo un palo de mango,  jugando con ellos. Teniendo presente siempre la idiosincrasia caribe.

En sus años de docencia siempre tuvo claro el valor de cada estudiante, “porque algo que tu haces como docente impacta en la vida de los estudiantes”. Martín tiene siempre presente esta premisa por la experiencia que lo marcó mientras cursaba su primer semestre de Comunicación Social. “Un profesor, quien no era comunicador, llegó a decirme que no servía para la radio, que no tenía voz para la radio y fíjate donde estoy ahora”.

Me atrevería a decir que esto hace de él un soñador empedernido, así es Martín Tapias. A sus alumnos siempre los invitaba a soñar, a verse en unos años y gracias a esto se ha llevado muy gratas sorpresas, pues sus estudiantes, en su mayoría, han hecho realidad esos sueños que un día dibujaron en su salón de clases.

“Nunca se pierden de los sueños, a veces en el camino hay personas que te dirán que te morirás de hambre pero las oportunidades te las haces tú mismo. Si no marcas la diferencia como persona no lograras nada nuevo. Hay que jugársela con los sueños, tengo 50 años y sigo soñando y sigo creando y el día que deje de soñar entonces seguramente estaré metido en una tumba y ahí lo que tendría que hacer seria buscar el cielo para ver si sigo soñando”, afirma entre risas.

Como Martín Tapias lo dijo en su libro, se necesitan “seres humanos con su iniciativa, que se brindan en un cien por ciento para sacar adelante proyectos, que no se arrugan ante las propuestas y que siempre tienen ideas para aportar”, por esto se necesita gente como usted Señor Martín.

 

 

 

 

 

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