Por: Edgar Arroyo Gómez
Foto: Cortesía de Toque Sports
Desde su llegada al Junior en el 2015, muchos hinchas no tenían ni la mínima idea de quién era Roberto Andrés Ovelar Maldonado. Pero lo cierto es que “El Búfalo”, como es conocido en el mundo del fútbol, venía de enamorar a fanáticos paraguayos, conquistar tierras peruanas, de hacer goles en los terrenos que pisaba. Colombia no iba a ser la excepción. Este jugador paraguayo, que llegaba proveniente del Juan Aurich de Perú, aterrizaba en la arenosa como uno de los grandes refuerzos hechos por el Junior de Barranquilla.
Roberto Ovelar, hoy con 31 años de edad, tiene un largo recorrido en el mundo del fútbol. La realidad es que este jugador tenía un gran peso encima ya que, antes de su llegada, el onceno juniorista venía con serios problemas en la parte ofensiva y “El Búfalo” tenía la responsabilidad de convertirse en el referente y goleador de la delantera rojiblanca.
Al delantero paraguayo le tocó duro en el Junior ya que no tuvo un comienzo muy bueno, pero poco a poco Ovelar se iba convirtiendo en los colmillos del “Tiburón” de La Arenosa. A punta de goles, Ovelar, se ganó el puesto de titular en el equipo y fue contribuyendo en la mejoría del Junior.
Pero todo “Búfalo”, por muy fuerte que sea de espíritu, siempre le toca luchar duro para conseguir sus objetivos.
¿Cómo fue su niñez?
Yo trabajaba en la finca con mi papá, plantabamos yuca y un poco de todo. Hay muchas anécdotas, pero lo que más rescato es la ayuda de mi familia y obviamente el esfuerzo que hace uno para poder llegar a esta instancia en donde hoy por hoy me encuentro.
¿Cómo fue la relación con sus padres, con tu mamá y tu papá?
Siempre fue buena, mi papá es una persona que siempre fue muy leal y correcta en sus cosas, somos una familia muy numerosa nosotros pero gracias a Dios que mi papá y a mi mamá que nos educaron con mucha predisposición y por el camino del bien.
¿Cómo fue su acercamiento al fútbol?
El fútbol, desde que yo tuve noción, siempre me ha gustado y en la ciudad en que nosotros vivíamos no había la posibilidad de poder demostrar el talento. Después tuvimos que salir de la ciudad para poder buscar una salida más rápida al fútbol. Me inicié a los 7 años ya entrenando por mi cuenta y profesionalmente creo que debuté a los 21 años.
¿Cómo se dio su debut profesionalmente con Cerro Porteño?
Mi debut fue muy rápido, al poco tiempo que llego a Cerro Porteño en la sub 20, subí a la reserva y muy rápido debuté en la primera, el técnico de Santa Fe que es hoy por hoy Gustavo Costas, me dio la posibilidad de poder debutar.
¿Qué sentiste cuando entraste la primera vez a la cancha con este equipo?
Mucha alegría porque ese es el sueño de uno, poder tener la posibilidad de debutar en un equipo grande y yo nunca tuve la posibilidad de poder entrenar en una institución y como te decía fue muy rápida mi adaptación al club y en ese mismo año, yo ya estaba debutando en Cerro Porteño.
En cuanto a clubes ¿Cuál fue su mejor experiencia en el fútbol?
Yo creo que en los países en que he estado es la cultura, la institución obviamente en cada lugar que he estado uno conoce personas, compañeros culturas diferentes y bueno… son momentos importantes en la carrera de uno para seguir creciendo porque esto para mí no termina aquí, uno tiene que seguir aprendiendo de las instituciones y de las cosas que le suceda por el camino.
¿Qué representa para ti la selección paraguaya?
La selección paraguaya es un sueño, nunca he tenido la oportunidad de estar allá, pero siempre ha estado ahí. Yo creo que si uno hace un buen trabajo, un buen torneo digamos en la Copa Libertadores es una vitrina muy importante para uno, no solamente para llegar a la selección sino para aspirar a cosas mayores.
Por ahí en 2010 cuando estaba en Alianza Lima, vivió un hecho muy fuerte, la muerte de su hijo de 3 meses de nacido. ¿Cómo afectó esto en su vida tanto profesional como personal?
Obviamente es un ser que formaba parte de la familia, se fue temprano y chocó mucho pero bueno todo pasa por algo, uno tiene que aprender de eso y bueno la vida sigue. Hoy tengo dos niñas bonitas y mi señora también… bueno uno tiene que luchar por lo que está y no por lo que ya se fue, así es la vida, pero obviamente siempre lo tenemos muy cerca a él y bueno… son cosas que pasan.
¿Cómo ha sobrellevado esa situación? ¿Siempre ha sido difícil?
Obviamente si, a mi esposa más que todo a mí también y a la familia, por todo lo que pasamos en ese momento, pero bueno, te repito yo creo que eso vino por algo y nos sucedió por algo así que hemos aprendido bastante con el correr del tiempo y tratando de superar ese momento.
¿Qué tan delicada es su dolencia de la rodilla?
Esos son rumores de las personas, la gente habla por hablar. La verdad esas entrevistas me toca decir y no me gusta repetir porque son situaciones diferentes no tiene nada que ver eso, nosotros frecuentemente estamos sintiendo esas cosas, así que, ni me gusta hablar de eso.
Desde niño hasta ahora, ¿Cómo puede definir su vida en cuanto a lo personal y lo profesional?
¿Definir mi vida?… Me considero un tipo tranquilo, correcto y un buen profesional.
Lo cierto es que Roberto Ovelar es uno de esos personajes que infunden respeto en el fútbol sin ser hincha del equipo en donde esté jugando, dado a que su testimonio de vida conmueve y le muestra al mundo que, a pesar de lo exitoso que seas, también eres humano y puedes sufrir, pero que lo más importante es que sepas sobreponerse ante la situación y salir adelante.