Por Marcela De La Valle
Sun City es un mundo aparte. Un paraíso africano ubicado a dos horas en carretera, partiendo en dirección noroeste de Johannesburgo. Es un lugar que debes visitar. Te invito a que lo explores conmigo.
El Resort
Es un destino familiar y para buscadores de adrenalina que atrae a visitantes de todo el mundo.El lugar fue creado por el magnate africano del ocio, Sol Kerzner, que abrió sus puertas al público por primera vez el 7 de diciembre de 1979.El complejo está situado en el crater de un volcán extinto hace millones de años, muy cerca del parque nacional de Pilanesberg. Este lugar tiene todo lo que necesitas para relajarte y divertirte, alberga entre otras cosas, 4 hoteles de diferentes categorías y estilos, restaurantes, bares, un parque acuático, piscinas, gigantescas esculturas de animales , jardines, cascadas, spas, un cine, clubes nocturnos, dos campos de golf, un centro comercial y varias tiendas. Evidentemente explorar todo lo que tiene por ofrecer te tomará varios días pero dentro del resort hay un efectivo sistema de transporte gratuito en funcionamiento las 24 horas que simplificará la cuestión.
Vista de pájaro del Resort Sun City, un paraíso ubicado en el continente africano.
MI EXPERIENCIA
Llegué a Sudáfrica el 12 de marzo pasado para pasar unas vacaciones cortas de una semana.Fue en un tiempo en donde estaba viviendo una época de cambio en mi vida, ya que había hecho una elemental alteración en mis actividades diarias lo cual me llevó a tener una fuerte impresión de que las pequeñas cosas en nuestro entorno pueden cambiar por completo nuestra forma de experimentar la vida. Menciono esto porque visitar Sun City también me hizo llegar a la misma conclusión y tuvo ese efecto.Otra deducción que me ayudó a conservar el resort fue la de que Sudáfrica, que cuenta con una impresionante belleza escénica e inmensas dimensiones.Esto fue lo primero que noté del país. Lo percibí desde la feliz llegada cuando observé el encantador paisaje que ofrecía el camino mientras hacia el recorrido para llegar a Sun City.
Hablando de mis ideas preconcebidas fui a Sun City sin pensar mucho de ello, de antemano evité ir con grandes expectativas porque ignoraba que simplemente no hay forma de recorrer Sun City e irse decepcionado. El lugar tiene esa magia, magia que quizás radica en su originalidad sin precedentes y la majestuosidad, deslumbrante diversidad y abundancia de sus atracciones. El destino ofrece un entorno y extensa gama de actividades que no podrás encontrar en ningún otro lugar en gran parte por estar ambientado como si fueran los restos de una civilización africana antigua.Es por esto que desde el inicio hasta el final el complejo tiene una ambiente que parece sacado de una película de Indiana Jones y que genera una atmosfera ludica de aventura.
Recorrí los gloriosos escenarios salpicados de la legendaria tribu africana con certeza de que todo lo había visto antes por televisión en esos tiempos remotos en que MTV transmitia “Quiero mis quince”, “Sixteen and pregnant” y “Pimp my car”. Conocer de su existencia no disminuyó en mi poder disfrutar de su esplendor. Los lugares que recordaba muy claramente haber visto antes en MTV fueron: El puente del tiempo, El templo del coraje , El valle de las olas y el pequeño centro comercial. El puente del tiempo es la entrada, adornada con diez estatuas de elefantes, que conecta el parque acuático con el centro comercial. El templo del coraje es un tobogán acuático de 17 metros de alto ubicado en el parque acuático en donde también está El valle de las olas, que es la playa artificial. Deambular por todos esos lugares no solo hizo que rememorara haber visto el lugar por primera vez en televisión, tambien hizo que me acordara que lo mas valioso que existe en el mundo son las experiencias, los momentos y los recuerdos.
Me fui con ganas de regresar, con la mente renovada, con una sensación de bienestar , con una visión más positiva de la vida, familiarizada con la moneda y con el hablar en inglés con los trabajadores del resort, y también con el recuerdo de su hospitalidad. Fue un regreso de reflexión y un viaje rápido pero inolvidable.
