Por: Daniel Auza, Juan Logreira, Luis Fruto y Daniel Manrique.
Una mirada a una problemática de salud pública como lo es el consumo de la marihuana, contada por los mismos protagonistas, en busca de mitigar la desinformación en torno a los efectos de esta sustancia.
Laura Monroy* una chica universitaria de 19 años, que vive en Barranquilla, nunca se imaginó que a esta edad, estaría consumiendo marihuana. Por su mente nunca pasó consumir y tampoco tenía curiosidad por probarla. Pero conoció a un chico mayor, que consumía constantemente esta sustancia y le propuso que la probara para tener relaciones sexuales ya que se iba a sentir “más rico”. Laura que estaba muy enamorada del joven y que quiso experimentar esta practica en aquel estado con su novio, decidió probar la sustancia y hoy en día es una consumidora.
Pedro Alvear* un joven de 21 años siempre fue un alumno destacado en el colegio, fue el mejor alumno de su promoción y empezó a estudiar en la universidad, allí conoció a nuevos “amigos” que un día lo presionaron para que probara la marihuana. Pedro accedió y ahora fuma constantemente con sus amigos de la universidad, no tiene tan buen rendimiento como en el que tenía en sus épocas de colegio y durante la semana sale a consumir marihuana con sus amigos. Así como Laura y Pedro, otros chicos consultados cuentan que empezaron en el mundo de la marihuana por pura curiosidad.
La marihuana, según la UNODC (Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito) es definida como las hojas secas y florescencias de la planta Cannabis Sativa, que contiene alrededor de 400 compuestos, siendo su principal componente activo el THC-9 (tetra-hidrocannabinol), que es el que provoca los cambios conductuales conocidos.
Pero existen diferentes motivaciones por las cuales los jóvenes empiezan a consumir esta sustancia y a su vez se mantienen consumiéndola. Estas se pueden dar en motivaciones de carácter interno y externo, además se presentan en tres ámbitos, Micro social, Macro social e individual.
En el ámbito micro social se dan diferentes motivaciones, por ejemplo, la convivencia con personas consumidoras, compartir en espacios en donde se consume la sustancia, pertenecer a un grupo o algún tipo de incidencia familiar que lleve al consumo. En el entorno macro social se presenta en ciertos grupos o instituciones en donde se consume la sustancia, círculos laborales, también por conocimiento o contacto con otras sustancias ilegales y a su vez en el ámbito educativo. En el contexto individual es clave decir que la curiosidad o experimentación del producto juegan un gran papel y que la marihuana se convierte en facilitador de las relaciones sociales cuando el individuo es tímido.
Entonces sucede la institucionalización del consumo, cuando un consumidor concibe finalmente la práctica como algo normal y como algo válido. En este caso el consumidor por lo general deja de compartir espacios con su familia, cambia de grupo de amigos para estar en un grupo consumidor. Pero a pesar de todo, luego de un tiempo el individuo siente la carga física y las consecuencias negativas que la sustancia tuvo en el cuerpo.
El consumo de drogas es una problemática global, que nunca ha dejado ni dejará de existir. Muchas sustancias que al principio eran rechazadas socialmente e incluso eran ilegales como el alcohol, hoy en día son aceptadas y además se promueve su uso en los establecimientos públicos. Al parecer la historia se repite con la marihuana, sustancia la que junto al tabaco y el alcohol, han sido las más utilizadas por la humanidad con fines recreativos y en mayor medida por parte de los jóvenes.
En Colombia, esta es una realidad que no es lejana, ya que estudios e investigaciones realizadas por la UNODC Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito y el Observatorio Nacional de Drogas de Colombia (ODC), así como otros observatorios de la Comunidad Andina (CAN) reportan que en Colombia el 37,6% de los estudiantes universitarios en 2016, declararon haber consumido marihuana al menos una vez en su vida.
El estudio indica que esta alta cantidad de consumidores se debe a varios factores como, por ejemplo, mayor disponibilidad. Para el caso de Colombia casi un 70% de los estudiantes encuestados afirma que les sería fácil conseguirla.
Además de esto se suma la disminución de percepción de gran riesgo, es decir, que la marihuana no se percibe como una sustancia peligrosa, sino que la población ha empezado a aceptarla, esto incrementa la creencia de que esta no es dañina para la salud, cuando sí lo es. Adicionalmente las edades en las cuales las personas empiezan a consumir es cada vez menor.
Colombia es un país donde el indice de facilidad de obtención es altísimo y ademas esto se ve acompañado de que Colombia es un país que siempre se ha destacado por sus altos niveles de exportación de drogas, al ser un país exportador, significa que la obtención de estas dentro del mismo es mucho más fácil, es un sistema en el cual existen muchísimos microtraficantes que compran la droga o en este caso la marihuana a distribuidores de más alto rango y calibre.
“Mi crush”, uno de los dealer (microtraficante) de Barranquilla, cuenta que por lo general un microtraficante compra la marihuana en grandes cantidades para que salga mucho más económica y con esto lo que hace es que saca una parte para su propio consumo y además al venderla le sigue quedando una importante ganancia. La marihuana es distribuida por un amplio número de tráficantes en toda la ciudad y tan solo es necesario conocer a las personas y acordar un punto de encuentro en el cual la relación dealer-cliente es muy corta o como el dealer “Mi crush” afirma: “eso es rápido, el cliente entrega su dinero, recibe su bareta y listo cada quien por su lado”.
¿Cuáles son los efectos?
Existen diferencias entre las drogas y los fármacos, pero la marihuana como droga, es decir, que tiene afectaciones en nuestro cuerpo, al igual que otras drogas, tiene efectos positivos en el cuerpo a la hora de curar alguna dolencia o enfermedad, pero también presenta los llamados “efectos adversos” como muchos otros fármacos. Cuando esta se concibe y se usa como una droga, y se dosifica tanto la cantidad de la dosis como la regularidad del consumo, su efecto puede ser positivo y se pueden evitar tantos efectos adversos. Sin embargo, el problema con la marihuana como tal es que, según el doctor Jairo cepeda, es una droga que no pide permiso, es decir que como genera satisfacción, la persona siente la necesidad de consumir más para volver a sentir lo mismo y esto puede derivar en una adicción. La adicción y el consumo recurrente afecta de diferentes maneras el cuerpo humano, aún más en lo que es el sistema orgánico, es decir, en lo que se refiere a los sistemas, mental, nervioso central, endocrino e inmunológico.
El toxicólogo Jairo Cepeda Díaz afirma que la marihuana contiene un componente llamado (THC) el delta-9 tetrahidro cannabinol, este modifica el aparato psíquico produciendo experiencias interesantes y cambios en la percepción. Este efecto que produce hizo que la marihuana se popularizara y que se mantengan consumos muy altos a través del tiempo, más aún por los jóvenes. Algunos de los jóvenes afirman que esta maximiza tus sensaciones, pero no es solo este sentimiento que produce esta sustancia lo que los lleva a consumir, sino que existen diferentes motivos que los llevan a iniciarse en el consumo. Y que además esta presenta por así decirlo un efecto sincrónico en las personas, es decir que une a las personas, produce unión y creación de grupos, ya que el fumarla viene siendo un rito en el cual las personas se reúnen, normalmente de forma circular (Imagen°1) en parques y lugares donde pueden fumar, o como se hacia en la antigüedad en donde por medio de rocas calientes se reunían en lugares cerrados a aspirar el humo.
La marihuana, al igual que muchas otras sustancias, ha sido editada genéticamente desde su descubrimiento. Actualmente los avances científicos señalan que se pueden identificar todos los cannabinoles que presenta la marihuana y modificarlos, extraerlos o insertar aún más para producir una sustancia alterada que puede producir un efecto más potente o de lo contrario menor. Debido a esto han nacido diferentes tipos de marihuana las cuales son tanto editadas genéticamente, mezcladas con otras sustancias o tan solo diferentes en su forma física.
Personas como Laura y Pedro, los cuales ahora son consumidores recurrentes, no conocían muchos de los aspectos mencionados en este texto sobre la marihuana, es decir, que ellos no sabían que la marihuana es nociva para su salud y para su aprendizaje. A pesar de conocer esta información ellos prometen reducir el consumo, pero no piensan dejar de consumirla, porque los hace sentir “bien”, razón por la que muchos no la dejarán, porque produce placer y puede convertirse en una destructiva adicción.
* Nombre cambiado por petición de la fuente.