[wpdts-date-time]  

Por: Valentina Álvarez, Valeskha De la Hoz, Gean Franco Pimienta, Saúl Granados, Julio Solano y Daniel Santiago.

Son una nueva generación de jóvenes que transformó el concepto de trabajo y empresa gracias a su creatividad y emprendimiento.

A la generación de jóvenes nacidos en la década del ochenta y el noventa no les resulta llamativo un empleo tradicional. Levantarse todos los días para ir a un trabajo de ocho horas en una oficina mientras esperan la jubilación, no llena las expectativas de los millennials. Lo común entre estos jóvenes es soñar con tener un negocio personal a la vez que estudian o tienen otro trabajo, o incluso renunciar a un empleo de oficina por irse a recorrer el mundo y compartirlo en sus redes sociales.

Estos mismos muchachos, los millennials, a pesar de su corta experiencia, en un año duplican el número de empresas y proyectos que crean los profesionales de 50 años, según un informe de empresarios globales de Paribas 2016. Los barranquilleros jóvenes se identifican con ese ideal de trabajo libre y creativo. En la ciudad, existen instituciones que apoyan este tipo de iniciativas y les ofrecen beneficios para trabajar de forma independiente. Con esto, el auge de las redes sociales y la creatividad que caracteriza a los nacidos en esta ciudad, cada día nacen proyectos que se consolidan con esfuerzo y constancia y que le dan un vuelco al sector empresarial de esta urbe.

Según la revista Dinero, “Colombia ocupa el primer lugar en Latinoamérica en el escalón de intención para emprender. El 52% de las personas menores a 35 años tienen un alto potencial para ser emprendedores, frente a un 33% de la población que tiene 50 años o más”. En la capital del Atlántico, cada dìa nacen más proyectos que promueven la economía barranquillera y a su vez la renuevan con las nuevas técnicas de marketing que tienen como principal herramienta las redes sociales, y que generan una conexión directa con la comunidad adolescente.  

En el ámbito legal, los emprendedores están amparados bajo la Ley del emprendimiento juvenil 1780.  Funcionarios de la Cámara de Comercio señalaron que los jóvenes entre 18 y 35 años son exonerados de pagar la matrícula mercantil y de su renovación en el primer año. “Desde la Cámara de Comercio diagnosticamos a los emprendedores juveniles y los redireccionamos a las diferentes entidades de apoyo, y dependiendo de la etapa en la que esté el proyecto: sea ideación, coacción o fase de aceleración”, afirmó Jineth Rhenals, asesora de esta institución. Algunos proyectos como el de Fondoemprender, entregan un capital semilla para ideas de negocios propuestas por jóvenes, y los centros de emprendimiento de las universidades de la ciudad, que ayudan al moldeamiento de las ideas que los jóvenes proponen.

Charlando con el futuro del emprendimiento barranquillero

En entrevista con los protagonistas de proyectos juveniles emprendedores, quienes son los  propietarios de microempresas con más auge en la ciudad, conocimos cómo nacieron las ideas que los llevaron a consolidar sus planes de vida.

Foto Tomada de @buscandoajacinta

Uno de estos es el de Maria Paola Jaramillo, una travel blogger de 25 años que decidió dejar su trabajo de oficina para dedicarse a recorrer su país y el mundo, compartiendo lo que vive en sus redes sociales. El proyecto empezó con un capital de cinco millones de pesos que se propuso ahorrar en cinco meses trabajando como mesera en Nueva York.

Una de las cosas más difíciles de emprender un proyecto alternativo, que se sale de los esquemas de trabajo formal que están arraigados en la sociedad, es ganar la confianza de la gente. “Cuando tienes cinco mil seguidores no te cree nadie, cuando tienes veinte mil sí”, expresó Jacinta, como la llaman sus seguidores, refiriéndose a la mayor dificultad que encuentran los jóvenes al iniciar una empresa independiente de este tipo.

La originalidad de un proyecto, dice, es el elemento que lo dispara hacia al éxito. “Yo siempre digo: esto es lo que hay y esto es lo que se muestra”, afirmó la blogger con  el desparpajo que la caracteriza. Mostrarse tal y como es: descomplicada, sencilla y fresca, ha generado tanta empatía que hoy alcanza casi los treinta mil seguidores en Instagram, la red donde comparte la mayor parte de su contenido.

Sobre los consejos que le daría a jóvenes emprendedores que quieren tener una iniciativa propia, Jacinta respondió “que empiecen, ese es el primer paso. Los límites se los pone uno mismo. El único requisito es tener ganas, confianza y seguridad para hacerlo”. Seguridad  es lo que le sobra a María Paola, y lo demuestra asegurando que tendrá el mejor blog de viajes y que será la imágen de muchas marcas que le permitan mostrarle a las personas el mundo desde el mejor punto de vista: el amor.

Foto tomada de @grammasbrownie

Por otra parte, en el lado culinario, se encuentra un proyecto creado por Carlos Oñoro: una repostería que funciona con técnicas de marketing totalmente diferentes. “Existe el networking, el influencer, pero lo mío es otro cuento”, afirmó el joven emprendedor.

 

Su negocio empezó por un trabajo en cuarto semestre  de la universidad donde debía crear una empresa. Con cinco mil pesos de capital y con la ayuda de sus primos compraron los ingredientes para hornear galletas. Por error salieron brownies, y ese error fue el inicio de una microempresa que cada día crece y se expande más.

Carlos brownie, como lo conocen popularmente  sus clientes, reconoce que el proceso de emprender es difícil. Su vida académica se ha visto afectada por falta de tiempo, pero el sacrificio se ve reflejado en el crecimiento personal y la amplia experiencia en negocios que ha adquirido.

Para él ha sido difícil mantener en orden todos los aspectos de su vida, y cree que es una de los obstáculos que los jóvenes deben afrontar al tener un negocio propio, pero delega funciones y cuenta con el apoyo de su familia. Cree en la perseverancia como centro de cualquier emprendimiento, “que la gente te vea, te conozca, y te reconozca, eso lo hago a través de las técnicas de marketing originales”, explicó Oñoro. Como prueba de esto, su famoso saludo “hola, hola, qué tal?” cada vez hace que mucha más gente se intrigue por el concepto que han creado alrededor de la venta de brownies.

Como buen emprendedor, aspira a que su empresa sea líder a nivel nacional y poder  exportar sus productos a otros países. Relata jocosamente que cada vez que le preguntan cómo se debe iniciar un proyecto responde: “no pierdan tiempo haciendo cuentas y pensando en sí el proyecto dará frutos o no. No hay que pedirle permiso a nadie para poner una idea en marcha, hay que tirar pa´ lante”, señaló.

De otro lado, son muy pocos los que se atreven a incursionar en la industria textil por la complejidad del sector, pero en Barranquilla está Triton Men Swimwear, una tienda de pantalones para hombres que nació en un viaje que Andrés Cuello, su propietario, hizo a San Andrés. Allí descubrió la poca variedad que había en pantalonetas de baño para hombres en el mercado. Si tenían un buen diseño, eran muy caras, y  si tenían buena horma, el diseño no era llamativo.

Foto tomada de @tritonmenswimswear

Encontró “un hueco” en el mercado y arrancó con un capital de 7 millones de pesos que había ahorrado de otros negocios y de vender y exportar dulces. Al inicio fue difícil, como lo reconoció Cuello al relatar su proceso: “iba al centro de Barranquilla cada fin de semana en busca de proveedores, y saqué varias muestras que no eran tan chéveres”. Finalmente encontró a los proveedores indicados, y con ayuda de su familia y su guía, Alex Viña, quien es conocedor de la industria textil, ha sacado su empresa adelante.

Se ha caracterizado toda su vida por su responsabilidad, por eso fue fácil que sus primeros clientes, que eran personas de su círculo social, creyeran en el proyecto. A sus nuevos clientes les daba seguridad: “después de la compra siempre les escribo, a ver si les gustó la pantaloneta, o si quieren algún cambio”, comentó Andrés.

Entre las cosas más difíciles para estos emprendedores está el manejo del tiempo pues deben repartirlo entre su vida social, el manejo de su empresa, el marketing de la misma  y por otro lado, sus familias. Sin embargo, las experiencias adquiridas en los negocios les enseñan a ser más organizados y perseverantes. Todos ellos coinciden en la importancia que tiene el no rendirse ante el primer obstáculo, y tener la perseverancia para mantenerse.

Somos una casa periodística universitaria con mirada joven y pensamiento crítico. Funcionamos como un laboratorio de periodismo donde participan estudiantes y docentes de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad del Norte. Nos enfocamos en el desarrollo de narrativas, análisis y coberturas en distintas plataformas integradas, que orientan, informan y abren participación y diálogo sobre la realidad a un nicho de audiencia especial, que es la comunidad educativa de la Universidad del Norte.

elpunto@uninorte.edu.co