Por: Mayra Escobar Hidalgo
“El colegio esperaba que los padres como primeros educadores entendieran la decisión”, así dice la carta que mandó el colegio Marymount en respuesta por la cancelación de la ceremonia de grado, para los padres y estudiantes de su institución.
Ahí está el problema. Los padres piensan que los “educadores” son los colegios, no ellos. No asumen la responsabilidad para educar a sus hijos. Los estudiantes van al colegio a adquirir información o conocimiento, no educación; pero, en algunas escuelas como esta, refuerzan esa educación que se supone ya viene del hogar. Y la forma como los estudiantes aplican su educación, la mayoría de las veces, depende de la que recibieron en casa.
Este caso es solo una muestra de “la excelente educación que han recibido”. Les han enseñado que la vida es para los más vivos; que no hay consecuencias para sus actos; que se pueden pasar las reglas por la faja; que pueden cometer delitos, y, por si fuera poco, recurrir a la ley para aplicarla a su antojo. Puro criminal de cuello blanco. Después tienen el descaro de preguntar que por qué salieron así.
¡Bravo! Colegio Marymount, así se educa de verdad. Enseñando que para cada acción hay una consecuencia. Que la ética y la moral tienen que ir de la mano con el conocimiento, si no es así terminaremos con genios, pero del mal. Aquí en Colombia nunca hay culpables; por algo somos el segundo país más inequitativo de América Latina. Porque la ley para los más ricos y poderosos, en muchos casos, no se aplica con todo el rigor. Pero, sobre todo, por no tenerle miedo al poder ni dejarse amedrentar por él. Y, solo por eso, están eximidos de sus responsabilidades. Asumen, erróneamente y desde adolescentes, que la ley solo se aplica para el pobre, porque ellos, los ricos y poderosos, son “gente de bien”.
Aquí el problema no es solo la trampa, el problema es que no están reconociendo, ni los estudiantes y mucho menos los padres, que se cometió una infracción. Que lo que hicieron está mal, pero, sobre todo, que crean que no debe haber castigo para los culpables. Y que las autoridades, sean del colegio o estatales, no pueden castigarlos, por el contrario, exigen que se les acolite, se les compense y se les premie. O sea, ellos están por encima de las reglas, de la ley.
Hoy fueron unas respuestas de unos exámenes ¿mañana que será? Si no se corrige desde ahora que son jóvenes, no se podrá corregir después, esa es la máxima que muchos padres, como primeros educadores de sus hijos predican, a estos al parecer se les olvidó. Como también se les olvidó enseñarles a sus hijos a asumir las responsabilidades y consecuencias de sus actos. Que reconozcan cuándo se equivocaron, ya sea por acción o por omisión, pero específicamente que la vida, o el colegio, no les debe nada y que no les va a dar lo que ellos quieren, mucho menos cuando no se lo han ganado. Además, para todos los que quieren tapas las canalladas con la fiesta, debo recordarles que la ceremonia de grado no es una obligación del colegio, es una ceremonia social, por lo tanto, es opcional; no es indispensable. Lo que sí es obligación, y al parecer esto se les olvidó a los papás, pero no al colegio, es: la educación brinda conocimiento, pero, sobre todo, ética y moral.
Foto: Pag. Web Colegio Marymount