El presidente de Gobierno de España, Pedro Sánchez, y el líder del Ejecutivo de Cataluña, Quim Torra, se reunieron en el transcurso del día de ayer en el Palacio de la Moncloa con el motivo de iniciar el deshielo en la relación entre ambas administraciones.
Tras el referendo anunciado el primero de octubre del año pasado sobre una posible independencia de Cataluña, este encuentro marca un hito de “dar un paso al frente para devolver la normalidad a España, con respeto a la Constitución y la confianza de que el diálogo institucional abra vías de entendimiento”.
El socialista Sánchez publicó lo siguiente desde su cuenta de Twitter:
“Una crisis política requiere de una solución política. Es un punto de arranque para la normalización de las relaciones”.
Luego de varias semanas de preparación, la consulta fue resultado de alta tensión entre el conservador Mariano Rajoy y el exlíder regional Carles Puigdemont, el cual casi no se llevó a cabo de manera presencial salvo con el atentado ocurrido en la ciudad de Barcelona meses atrás.
Cabe resaltar que hace unas semanas Rajoy ejerce el cargo de registrador en Santa Paola, una provincia de Alicante donde habitan alrededor de 35 mil habitantes, lo cual ocurrió justo después de la moción de censura que terminó por renunciar a la presidencia de España y a la política. Por el otro lado, Puigdemont fue procesado por el Tribunal Supremo español tras la rebelión del proceso independentista de Cataluña.
En medio de varios gestos de ambas partes, durante dos horas y media permanecieron posiciones antagonistas acerca de la solución de deseos de independencia de casi la mitad de los 7,5 millones de habitantes de la región nororiental. Pese a la voluntad de diálogo, una de las exigencias de Torra y su gobierno era hablar de todo incluyendo la autodeterminación en Cataluña la cual no será parte de una negociación.
Foto: @sanchezcastejon
