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Por: Omar Barboza Camargo

A causa del desarrollo urbano y las nuevas intervenciones de infraestructura, en Barranquilla se han hecho muy recurrentes las discusiones en torno al patrimonio arquitectónico. Destaca la crítica hacia el descuido y el desconocimiento del valor de aquellos inmuebles heredados de las generaciones pasadas, ya que en la mayoría
representan para los barranquilleros una evidencia del desarrollo y el progreso que tanto caracteriza a la ciudad.

Por ejemplo, a mediados de febrero se desataron fuertes críticas, sobre todo en las redes sociales, con respecto a la demolición de una casa en la carrera 43 con calle 70. Estas críticas hacían mención a lo insensato que para muchos fue esta intervención. Pues la casa poseía un valor arquitectónico que radica en su composición y sobre todo en el diseño de la fachada, que causaba interés a quienes concurrían la zona debido a la imponencia de su pórtico con molduras de influencia neoclásica y las escalinatas curvas de doble tramo de demarcaban el acceso. Aún podían apreciarse al interior de la casa columnas con capiteles inspirados en el orden compuesto, y varios mosaicos de los reconocidos pisos pompeya, que podían verse sobre los escombros de la casa.

De lo que era esta casa quinta, hoy solo queda un pequeño porcentaje, donde sus actuales propietarios administran una ferretería. Los Vanegas aseguran que este tipo de casas, por su complejidad ornamental, requieren para su mantenimiento un gasto económico que ellos en el momento no podían cubrir. Razón por la cual decidieron vender la casa a una empresa de ingenieros Bogotanos que están encargados del proyecto que ahora busca construir una franquicia de la cadena Mc Donald’s sobre el lote donde antes se encontraba su casa.

Así mismo, se han oído manifiestos de la inconformidad con respecto a la obra de ampliación del centro comercial Portal del Prado, para el cual se alteró en gran escala el edificio del antiguo Club Unión Española. Se recurrió a la estrategia de fachadismo, por lo cual solo se conservó la estructura que conforma la fachada principal del inmueble, anteriormente alterada, y detrás de ella, se construyó un edificio sin ninguna intención evidente de adaptación al diseño original. Lo cual causó el rechazo de muchos de los barranquilleros que consideraban este edificio como parte de su memoria colectiva, pues era reconocido por haber sido un punto de encuentro de los miembros de la colonia española en Barranquilla. También considerado como parte del paisaje arquitectónico de la ciudad cuyo valor radica en la composición de su fachada donde se encontraban en forma de molduras, todos los escudos de armas de las provincias de España, sumadas a sus arcadas con capiteles inspirados en el orden jónico y demás ornamentos.

 

Son cuestionables las decisiones de los propietarios de las obras y de los diseñadores, que permiten que se derrumben y alteren inadecuadamente las piezas arquitectónicas que representan una importancia para la ciudad. Dicha importancia sea por hacer parte de nuestra memoria cultural y por consiguiente de nuestro patrimonio o también por el hecho de poseer un valor arquitectónico, estético debido a su composición o ser evidencia de episodios históricos, políticos, culturales o sociales que han forjado el desarrollo de lo que hoy conocemos como Barranquilla. Y por lo tanto, es deber de todos protegerlos.

La sociedad reconoce algunos inmuebles como parte de la memoria colectiva, pero si no existe una legal declaración como Patrimonio Arquitectónico o Bien de Interés Cultural, el propietario de este podrá ejecutar cualquier acción en su diseño como conservación, remodelación o en estos casos, demolición.

Sin embargo, en todo caso, es papel fundamental de los arquitectos, como ciudadanos, identificar aquellas construcciones de carácter patrimonial, es decir que arquitectónica o históricamente aporten a la identidad e imagen cultural de la ciudad y sean parte de la memoria colectiva de la comunidad. De manera que si se desea intervenir un edificio con estas características, se adapte adecuadamente a esta construcción existente y en lugar de alterar su valor, se planteen estrategias que aporten a resaltar aquello que lo hace importante para la ciudadanía.

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Comments
  • humberto aguilar garcia

    Excelente su articulo, lastima que no tengo una fotografía de la casa de los Vanegas, a mi en lo personal me apasionan estos temas y soy un seguidor y admirador de todas esas construcciones de antes como el barrio el Prado y en otras partes de la ciudad,

    En el barrio Delicias en toda la esquina de la Calle 72 Carrera 38; donde actualmente hay una farmacia, existió una construcción que asemejaba un castillo, y no he podido encontrar una foto de ese inmueble
    También busco afanosamente, entre otras, una casa que fue la residencia de la familia Yunez en la Carrera 51 No 80-125 que también demolieron y construyeron un edificio

    14 julio, 2018

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