En medio de la incertidumbre con Irán, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, generó más disgustos hacia la ciudad de Teherán dando como resultado un juego de presión de alto riesgo. El pasado domingo 22 de julio, el mandatario norteamericano le envió al presidente iraní, Hassan Rouhani, lo siguiente:
“Nunca, jamás amenace a los Estados Unidos otra vez o sufrirá las consecuencias como muy pocos a lo largo de la historia sufrieron anteriormente. Ya no somos un país que soportará sus palabras dementes de violencia y muerte. ¡Tenga cuidado!”.
Por su parte, el presidente Rouhani advirtió a Trump a “no jugar con la cola del león”, puesto que un conflicto con Irán sería la madre de todas las guerras. Además, alertó a la ciudad de Washington que controla y podría cerrar el estrecho de Ormuz, el cual es un punto estratégico en el golfo Pérsico donde circula hasta el 30% del petróleo transportado por vía marítima a nivel mundial.
Los analistas frente a esta situación interpretaron la postura que actualmente Trump proyecta como un intento de distraer la atención frente a las polémicas declaraciones tras la cumbre que realizó con Vladimir Putin y cuestionamientos en torno al avance de las conversaciones con Corea del Norte.
Tan solo el día de ayer, lunes, el ministro de Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif respondió por Twitter que no están impresionados y que sea prudente debido a que este país ha existido durante milenios y ha visto la caída de imperios, incluyendo el suyo.
Cabe recordar que el 8 de mayo del presente año, el presidente estadounidense anunció la retirada del país de lo que calificó como un acuerdo nuclear multinacional “defectuoso” con la ciudad de Teherán, y dispuso a restablecer sanciones punitivas. Este acuerdo fue firmado hace tres años junto con Alemania, China, Francia, Reino Unido y Rusia el cual también incluye la reanudación de dichas sanciones a nivel económico contra Irán.
Foto: @realDonaldTrump