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En la calle, a los lejos, se divisa un señor con un paso lento y un bastón en su mano derecha. Es él, Alfredo De la Espriella, fundador y director del Museo Romántico, lugar donado por las hermanas Carmen y Esther Freund hace más de 33 años para que De la Espriella iniciara allí la Casa de la Cultura Cívica, como él mismo llama al Museo.

Alfredo De la Espriella sentado a la entrada del Museo Romántico.

Al llegar a la puerta, saluda a cinco chicos de la Universidad Autónoma, que lo esperan para realizarle una entrevista sobre la radio; y a una joven periodista de la Universidad Del Norte, que también lo aguarda para preguntarle sobre su vida y el Museo.

En el lado izquierdo, en la entrada de la antigua casa, está ubicado un escritorio donde Don Alfredo, como muchos le dicen, recibe a los visitantes. A pesar de sus 91 años y con una enfermedad que no le permite recordar todo, el alzheimer, De la Espriella se sienta detrás del escritorio y pregunta: “¿Quién me va a entrevistar primero?”.

Le corresponde a la chica entrevistarlo primero. Ella toma asiento, saca su libreta y su celular para grabarlo y comienza su itinerario de preguntas. Aunque, a veces, Alfredo no le entiende muy bien, este habla de Barranquilla y de todo lo que hizo para fundar el Museo Romántico como si estuviera en la plenitud de sus años.

Entre risas y un sutil coqueteo, Don Alfredo le explica que mientras hacía sus estudios en España, analizó que Barranquilla no tenía ningún museo y desde entonces comenzó a planificar ese lugar en el que se resguarda actualmente la historia de ‘La Arenosa’. Además, comenta que Barranquilla es la única ciudad que le dio a Colombia los tres más grandes hitos: la navegación terrestre, marítima y aérea. Y por supuesto, el Carnaval, que es para él es “una manifestación solidaria de alegría, fe y amistad donde todas las virtudes sociales se concentran”.

Aunque el horario de atención inicia a las 9 de la mañana, a De la Espriella estas cosas ya no le importan, porque el Romántico y el oráculo de Barranquilla, como le decía Gabo a Don Alfredo, han comenzado a quedar en el olvido. Hoy los jóvenes no saben quién es y mucho menos todo lo que sabe. Con un poco de tristeza y a la vez alegría, habla de que muchos periodistas de la nueva era llegan al Museo y le preguntan por Alfredo De la Espriella, y él les dice “ya lo llamo”.

Su esposa, Gloria De la espriella, afirma que todos le han dado la espalda a Alfredo. “Él ayudó a mucha gente joven a llevar donde están, pero ahora como está viejo y no les sirve lo han dejado en el olvido”.

Actualmente, el Museo ha dejado de recibir objetos de valor histórico debido a que De la Espriella ya no se dedica a buscarlos. Por otro lado, cada día son menos los visitantes y los daños en la infraestructura han ocasionado que algunas de las salas hayan sido cerradas y se hayan comenzado a deteriorar muchos objetos porque no se ha tenido el cuidado necesario para su conservación.

Todo esto ha contribuido al actual estado del Romántico, el cual, a día de hoy, debe aproximadamente 9 millones de pesos en impuestos.

A pesar del olvidado de muchos , Don Alfredo ama la casa cívica, por lo que siempre recibe a sus visitantes con cariño y contesta a las preguntas con mucho positivismo. Así, ‘El Oráculo’ pasa sus días: hablando con los pocos visitantes que llegan o con su soledad.

Al finalizar la entrevista, la chica se levanta y le agradece a De la Espriella por su tiempo y por todo el conocimiento que le ha transmitido de Barranquilla. Ahora hay una chica joven que sabe quién es él y todo lo que sabe.

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