Por: Sebastián Algarín
Los palcos empezaban a llenarse, las sillas a ocuparse, el sol a arder y la música a sonar en la Vía 40. Eso sólo significaba una cosa: el tradicional Cumbiódromo de la cuidad de Barranquilla abría camino para una nueva versión de la Batalla de Flores que, en esta ocasión, rinde homenaje a las bodas de oro del Festival de Orquesta celebrado desde 1969.
Un total de diecisiete carrozas ambientadas en historias emblemáticas de la ciudad adornarían el recorrido de aproximadamente 4 kilómetros que inicia en el tradicional sector de Las Flores y culmina en la Casa del Carnaval.
Entre esas carrozas hay una especial para los barranquilleros, pues este 2019 se conmemoran los 100 años del natalicio de Esthercita Forero, la eterna novia y cantautora de La Arenosa que por décadas levantó de la silla a bailar a más de uno con temas de su autoría como “Volvió Juanita” y “La Guacherna”. No en vano una de esas estructuras lleva su nombre.
Así mismo, otro de los homenajes en el presente carnaval se debió a los 50 años del Festival de Orquestas. En dicho escenario, artistas de la talla del Joe Arroyo, Celia Cruz y Diomedes Díaz.
¡Tributo Musical a los grandes del #FestiOrquestas50Años, con el @ReyMomo2019!? La #BatallaDeFlores se engalana con las obras de artes rodantes que rinden tributo a la música, sus intérpretes y sus creadores. ¡Viva el Rey Momo, vivan las Letanías! #QuienLoViveEsQuienLoGoza ??? pic.twitter.com/2adTOGDxEX
— Carnaval de Barranquilla (@Carnaval_SA) 2 de marzo de 2019
El desfile arrancó con un grupo de disfraces colectivos que declaran historias del quehacer barranquillero y el carnaval de antaño, disfraces que jamás han perdido vigencia y este 2019 regresaron, como “Los descabezados”, “El Varón de las tinieblas”, “María milito”, el Joe Arroyo, Homenaje a Rafael Orozco y “Las pilanderas de mi pueblo”, oriunda del municipio de Sabanalarga, Atlantico.
Un total de 100 grupos distintos desfilarían sobre la Vía 40 entre garabatos, cumbias, congos, danzas africanas y de fantasía.
Foto: Nathaly Pabón