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Por: Brenda Hernández Yepes

Es 25 de febrero del 2019 y hacen falta 288 días para que se cumplan 100 años. No dejas de pensar en Esther Forero Celis y ni siquiera sabes por qué. Las preguntas van y vuelven.  Te cuestionas: ¿por qué sientes que te pareces a ella si no has logrado tanto? ¿por qué si ni siquiera eres poeta? ¿por qué tratas de igualar a alguien a quien no se le puede comparar?

En el fondo suenan sus canciones y aunque allí todo parezca callado aún sigues escuchando una y otra vez esas melodías que resuenan en tu alma y que están impregnadas en una ciudad entera, Barranquilla.

Sigues ahí, sentada frente a tus letras, con las manos en el piano que tocabas cuando pequeña, y recuerdas cuando por primera vez te mencionaron a esta cantautora colombiana que hacen llamar “La Novia de Barranquilla”. Ella, la Esther que decide adoptar a la artista que hoy todos conocen y que desde sus 15 años empezó a labrar su vida musical y la primera etapa de estos 100 años, fue la primera mujer en cantar lo que más tarde se conocería como vallenato.

Pues ella, en compañía del maestro Alejandro Barranco, realiza para La Voz de Barranquilla, radio pionera de Colombia, aires como: sones, puyas, merengues y paseos, que en conjunto con la cumbia y los porros, fueron formando la esencia de nuestra música folclórica. Es por eso que fue la inspiración de muchos, tu inspiración para cantar y tocar el piano.

Sin embargo, nace un nuevo interrogante en tu cabeza y nuevamente dejas de tocar el piano para preguntarte: ¿cómo lo hizo?, si tú también tocabas y cantabas cuando tenías 15 años y no eres igual. Sigues tocando una pieza que no es de tu autoría mientras la misma pregunta choca en tus pensamientos acompañada de una melodía suave y en coro.

Decides dejar de darle tanta relevancia y sigues tu vida cotidiana pero los recuerdos llegan a través de canciones, pues la ciudad que hoy caminas se viste de carnaval y desde cualquier rincón suenan algunos temas. Son sus canciones, las canciones que Esthercita graba dentro de lo que sería su tercera etapa musical, que son las mismas que la llevan a ser acogida por su ciudad, Barranquilla, en los años 60.

 

Quieres parar los recuerdos y empiezas a leer. Lo que no sabes es que así como a ti te apasiona la lectura, así mismo le apasionaba a ella; quizá no leían lo mismo pero era este uno de los hobbies de Esther. Luego de que el violinista José Antonio Cuneo le regala un libro Esther aprende acerca del Yoga y lo que muy pocos saben es que según lo cuenta el periodista Bernardo Bejarano fue “gracias a los ejercicios físicos, mentales y espirituales que sacó de él, que se libró de un asma incurable y de una úlcera duodenal”.

Terminas un capítulo más y sales a caminar otra vez. No dejas de observar, de soñar y de buscar un poco de inspiración para una nueva composición. La tarde cae y la luna morenita ya se puede ver a lo lejos, pero esa luna ya es fuente de inspiración. Al caminar se escuchan varias historias en la radio y piensas que esa podría ser tu fuente de inspiración. Sin embargo, tu realidad es otra, porque eso no es comercial y mucho menos para ti que por ser mujer no has tenido tanta aceptación en el mundo musical.

Pero no sé por qué te limitas si sabes que tú inspiración es Esther Forero, es la Esthercita que decidió desde muy temprano dejar de cantar canciones que eran de la élite para dedicarse a cantar canciones populares, canciones que hacían y hacen parte de la esencia de una cultura y unas tradiciones que aunque han ido mutando han prevalecido. Pues, es ella la Esther que tanto admiras la que hizo una canción que permite restituir el nombre de la capital de República Dominicana, Santo Domingo.

Así, sin importar las consecuencias Esthercita llega a ser una de las primeras artistas colombianas que logra emprender una gira por diferentes países. Al llegar a Nueva York, donde permanece durante varios años, su música alcanza y sobrepasa los límites propuestos de tal forma que se convierten en la base para la otras culturas musicales y para la segunda etapa de estos 100 años.

Esther y su talento, Esther y su perseverancia, Esther y su autoevaluación supremamente crítica llevaron a Esthercita a ser un éxito musical a nivel internacional.  Ella, esa que a ti te dieron a conocer como “La Novia de Barranquilla”, es la mujer que logra que la cumbia se conozca en gran parte del mundo.

Tanto así, que en una de sus presentaciones, Esther Forero decide vestirse de cumbiabero para poder mostrarle al público su cultura, pues en la cumbia también se necesita un hombre para bailar, pero Esthercita nunca lo encontró en sus presentaciones. Es esta acción la que posiciona a Esther como una de las primeras mujeres en vestir pantalones, pero esta es la parte de la historia que pocos conocen.

Vuelve a intentarlo, no desistas de la lucha por crear música, porque tienes como ejemplo a la más grande. Tienes a Esther Forero Celis y a Esthercita, dos roles distintos que se unifican en el papel de la novia de una ciudad en la que a la artista le toca empezar de cero y dejar lo que ya había alcanzado atrás. Pero estos son logros que se conservan como recuerdo, como experiencia.

Regresas a sentarte frente al piano y observas que hay sonidos en la calle que podrían ser melodías, que hay un árbol en frente de tu ventana al que miras desde pequeña y al cual le podrías cantar al igual que ella lo hizo. Escuchas a alguien pasar y al mirar por la ventana ves a una señora que es muy similar a la Esthercita que conociste, que escuchaste desde pequeña.

Y en ese momento decides ponerte a escribir, a componer melodías mientras piensas que en los detalles, en la relación con tu interior está la esencia. Desconociendo que es allí donde te pareces a ella, tan reservada, tan observadora, con un oído que no desafina una nota. Pero aún te sigue quedando el interrogante: ¿se puede igualar a la Esther que adoptó a Esthercita?

Recuadro

Por: Sebastián Morón

Esther Forero, más conocida como “La novia de Barranquilla”, fue una cantautora altamente reconocida en países como México, Puerto Rico, República Dominicana y Estados Unidos. Empezó su carrera musical aproximadamente a los 15 años pero fue hasta el año 1948 que hizo su primera canción llamada “Santo Domingo”. Es reconocida por ser la primera mujer en grabar canciones fuera de Colombia.

“Esthercita Forero, una mujer que mereció mucho más de lo que recibió.”

Álvaro Suescún.

 

“Una mujer a la que no se le ha dado el mismo lugar que a otros cantantes de su generación.”

Daniella Cura.

Una mujer visionaria que a sus 18 años se subió en un barco y viajó como vendedora de productos medicinales por todo el río Magdalena, lo que le serviría para poder presentarse en distintas emisoras y así ganar la confianza que necesita para seguir su carrera como cantante. Esa fue Esther Forero Celis.

“Esthercita Forero representa el amor que muchos tienen por Barranquilla, su gente, la música tradicional del caribe colombiano y el carnaval”.

Luciana Musical

“Magia, simplemente magia”

Caliope.

Foto: Ilustración de David Lacera.

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