Por: Carlos Acosta / Foto: Ficbaq 2019 vía Twitter
A través de su cuenta de Instagram, el Festival de cine de Barranquilla anunció que se retirarían permanentemente después de la controversia causada semanas atrás. Se hizo la publicación oficial en su cuenta el martes en las horas de la noche.
El anuncio empieza dando una mejor aclaración del suceso que se llevó críticas por parte de muchos barranquilleros (y personas que venían de otras ciudades) que tenían la esperanza de ver a Quentin Tarantino en persona. En su comunicado afirman que “una mentira es asumida como verdad y crea otras mentiras que se replican en otras mentiras más, creando una ilusión a esa realidad o realidades”, haciendo alusión a que, a pesar del comunicado dado sobre la llegada del director, los medios decidieron tomar este hecho como verdadero sin antes verificar la fuente original.
En el comunicado aclaran que no tenían el apoyo de ningún ente privado, apoyo ciudadano o similares, lo que significa en sus palabras que “categorizar el hecho como publicidad engañosa no es más que una artimaña para desviar la atención de lo que realmente importa”. Afirman también que en el presupuesto no había nada que insinuara la llegada de Tarantino y los 30 millones que la alcaldía solía destinar para el evento era muy poco para traer un invitado de esa magnitud.
Los organizadores se mantuvieron en su posición en cuanto a que el hecho ocurrido solo fue una forma de arte que buscaba transgredir el orden establecido y afirman que, a pesar del linchamiento público, decidieron continuar como siempre han sido: un festival cálido y cordial.
El comunicado tiene dos preguntas retóricas: “¿En un ciudad de Carnaval, la sátira es un delito condenable desde esta lógica? ¿El arte debe estar sometido a posturas complacientes con los gobernantes para ser financiados por lo público?”, esto, con el fin de poner a reflexionar a los asistentes y argumentar a favor de la acción realizada.
El documento finaliza con que el FICBAQ, como evento cultural, muere en el proceso de darle vida a La Máquina de cortar tontos, eslogan que representó a la séptima edición del festival, reafirmándose en que esta edición era un ejemplo categórico de terrorismo poético.
Es válido realizarse la pregunta de si este comunicado es un hecho verídico y no veremos nunca más una edición del festival, o simplemente es otra estrategia de marketing para preparar una octava edición que gira en torno a este comunicado.
Cabe resaltar que el distrito decidió retirar todo el apoyo hacia el festival, esto, como consecuencia de la publicidad que el festival hizo sobre Tarantino como invitado especial de esta última edición.