Por: Carol Estrada | Foto: María Alejandra Guarín
A los jóvenes voluntarios no les importó las altas temperaturas, ni el largo tiempo de trabajo. El ser parte de un cambio fue su mayor motivación.
Este fin de semana, cientos de jóvenes salieron a las principales calles de barranquilla con alcancías y pancartas. El mensaje fue muy claro: La pobreza nos toca a todos.
Estos hacen parte de TECHO, una organización presente en 19 países de América Latina que tiene como objetivo superar la situación de pobreza en la que viven millones de personas resguardadas en asentamiento, con la cooperación de sus habitantes y del voluntariado.
Barranquilla cuenta con siete sedes principales que son Wepajé, Tamarindo Seco, Tumba Techo, La Verbena, La KZ del Country, La Pollera Colorá y Pal Bailador. Estas sedes están esparcidas por toda la ciudad y al ritmo de la música entran al trafico cuando el semáforo cambia a rojo y con pequeñas alcancías en forma de caseta piden donaciones para la organización.
El evento se realiza anualmente y cada año es un reto diferente. La meta de este año es beneficiar a 284 familias con una vivienda digna, permitirle el acceso a 500 niños y niñas en programa de educación para la paz y la realización de 25 programas de infraestructura.
Todos los años estos propósitos son alcanzados gracias a la ayuda de los voluntarios que hacen parte de este gran proyecto. Con esta colecta, se espera concientizar a las personas que nadie elige ser pobre y que con unidad y cooperación se puede superar la desigualdad.
