Por: Melissa Ahumada
Leonore: Deja a los muertos en paz (Laβ tuhn die Toten) aquel poema escrito por Gottfield A. Bürger quedó en mi mente desde aquel día. Esta vez quise hacerle mi propia versión para compartirla, lo llamo Romanticismo alemán: Deja vivir el misticismo (Deutsche Romantik: leben Sie die Mystik).
Todo lo mágico ocurrió un martes en el marco de Cátedra Europa. Fueron los azares de la vida que me llevaron a estar haciendo la fila para reclamar una escarapela que me acreditaba como asistente a este magno evento. No pretendía asistir a este particular evento, no sabía de él hasta que me llegó una invitación de una compañera de carrera.
Cátedra Europa es un evento que se toma la Universidad del Norte por una semana, donde la literatura, las ciencias y los temas de coyuntura para el país y el mundo inundan las aulas de la universidad.
Todo es un caos durante esa semana. Entre estudiantes, staff, invitados y directivos había poco espacio para caminar. Pero, por suerte que alcanzábamos a llegar antes de tiempo al evento que íbamos: Romanticismo negro: magia, brujería y ocultismo entre los románticos alemanes.
Al llegar al bloque G la fila para el conversatorio era casi eterna. Había mucha gente, que al igual que a mí, le interesaba el esoterismo. Era tal el gentío que incluso llegué a pensar que toda la universidad estaba en este evento.
Al llegar con mi compañera de carrera, logramos hacer la fila y quedar entre las primeras personas en entrar. Sin embargo, esa posición inicial no duró mucho, ya que al ingresar ya éramos unas de las personas que se encontraban en mitad de fila.
Sufrimos el mal que a todo colombiano correcto nos persigue: los colados.
Al entrar a el salón, donde se iba a llevar a cabo este conversatorio, me di cuenta de que el lugar era muy pequeño para tantas personas. Creo que los organizadores subestimaron a la audiencia y sus intereses. Por suerte alcanzamos a sentarnos en silla, ya que había gente que le tocaba sentarse en el piso de aquel lugar.
Mientras veía esa situación, no puede evitar pensar que el Congreso de la República de Colombia desearía tener el quórum que tenía el conversatorio para discutir el Plan Nacional de Desarrollo, pero no. Esta vez el lleno total lo tenía Marjorie Eljach.
Siempre había escuchado esas historias acerca de los Nazis y su acercamiento con lo místico. Místico. Siempre me había atraído esa palabra. Alrededor de esta, siempre asocio ocultismo y magia. Por eso mismo me atrapó aquel conversatorio.
Marjorie Eljach ex-docente de la universidad e invitada de honor a Cátedra Europa, fue la encargada de dirigir este espacio para las artes oscuras. Aquella mujer de piel blanca, cabello rizado y esponjado tenía a cada uno de los asistentes concentrados en todo el análisis que hacía de Goethe, Robert Johson, Raupach y Burger.
Yo, que perturbaba a los asistentes mientras grababa diferentes planos de la conferencista, a veces la comparaba con Bellatrix Lestrange, aquella bruja que hacía parte de los Mortífagos de Voldemort en Harry Potter. Lo oscuro siempre me ha atraído.
Dentro de aquel lugar el clima era acogedor a pesar de la baja temperatura que erizaba la piel de más de uno. En aquel bloque G había aire central, por eso muchos se encontraban con abrigos mientras la disertadora incluía oxímorones, metáforas y sobre todo la pasión en su discurso. Ella se paseaba entre la poesía, brillantez y magia.
Marjorie seguía hablando de Goethe y develando algunos mitos de los que la sociedad moderna cree ciegamente porque la iglesia lo dice. Tal cualidad del Romanticismo alemán presente el ella.
La inquisición, los ritos, Salem y las supuestas brujas voladoras en “Escobas” fueron uno de los temas que se habló a la hora de tocar el tema de la brujería. De ella aprendí que lo de volar es un invento. Aún me pregunto de dónde sacaron que las brujas volaban en escobas, cuando en realidad se masturbaban con una hierba que les producía placer y las drogaba para hacerles sentir la sensación de volar.
Salem y la inquisición, más represión contra la mujer por parte del patriarcado. ¿Cuántos hombres brujos masacraron en estos juicios de supuesta “brujería”? Marjorie aclaró que, sin entrar en discusiones feministas, aun no se registraban los casos de los primeros hombres y todas las sacrificadas eran mujeres. Creo que debió ahondar más en el tema, no me importaba si duraba diez horas hablando, la escucharía igual con la misma atención.
¿Tabú? Tabú no existía en ese espacio. Todo era claro. La atención de las personas era total y Marjorie disfrutaba de eso. Me servía la pasión con la que ella hablaba del tema mientras recopilaba material de esta conferencia e incomodaba a los demás con mi inquieta presencia.
La conferencista aparte de hablar de la brujería, también tocó temas de la magia y los rituales paganos que hacen o hicieron parte de algunas culturas en el mundo.
Hubo grandes exponentes del romanticismo alemán. Durante esta época en Alemania ellos cuestionaban a Dios mediante poemas. Estos expositores se atrevieron a hablar de la muerte y el misticismo que hay alrededor de ella.
Leonore, el gran poema que me enamoró a muerte. Muerte. Un tema que muchos nos cuestionamos, un tema del que también se habló y se leyó a vox populi y se analizó entre líneas. Leonore y su amado William o Leonore seducida por la muerte. Leonore no dejaba a la muerte en paz. Este poema se quedó grabado en mi mente al igual que el conversatorio.
Como la muerte es el final de la vida y si de finales se habla, el conversatorio terminó. Todos salieron de aquel lugar a seguir con sus vidas cotidianas. Mientras yo, me quedé en aquel lugar para entrevistar a Marjorie.
Los azares de la vida me llevaron a conocer algo inesperado, algo que me intereso y me gustó. Cátedra Europa fue un espacio para el romanticismo alemán, sin duda pienso que fue una gran decisión de traer como país galante a Alemania.