El periodista y escritor argentino conversó junto al cronista colombiano Alberto Salcedo Ramos sobre sus crónica y el ejercicio periodístico en el marco del XI Encuentro Internacional de Periodismo, celebrado en la Feria del Libro de Bogotá.
Martín Caparrós es maleducado, pero no tanto como para no saludar. O al menos así se definió al inicio de la conversación que sostendría con su colega Alberto Salcedo Ramos.
En su cabeza abunda todo menos cabello, aunque su bigote esté lleno de hebras blancas que acaricia antes de responder una pregunta que el entrevistador lanza al aire. El periodista siendo entrevistado, una cuestión irónica que no pasó desapercibida en el Auditorio José Asunción Silva de Corferias.
Y ya que contar historias era el tema de la jornada, ¿acaso ese mismo auditorio le permitiría al periodista argentino contar una?
Caparrós no dudó ni un segundo en llenar el recinto de memorias con su grave acento argentino. Esta vez, tendría a Bogotá como protagonista.
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¿Qué hay sobre ‘pintar o contar la aldea’? ¿O qué era, en concreto, esa noción de la aldea? Los periodistas concordaron en que esto se refería al lugar más próximo que el reportero tiene para empezar a narrar la historia.
“Uno pinta una aldea y da una noción de lo que ocurre en el mundo en un momento determinado”, expresó Caparrós. También resaltó que, usualmente, esto se hace con lo que solemos llamar la crónica.
Pero en la actualidad, Caparrós critica esa idea de pintar la aldea. Por un lado, el escritor cita esos casos donde los periodistas, en aras de retratar con la mayor cantidad de detalles los hechos, caen en la llamada Pornografía de la Miseria.
Sin embargo, hay otro tema que le inquieta: el pensar que unos tienen derecho a pintar el mundo, y no la aldea, y otros no.
Específicamente, Caparrós se detiene en el caso de los periodistas lationamericanos, mencionando que a estos parece que les han encomendado la misión de dedicarse a lo local, y que en cambio son otros, como los norteamericanos o europeos, los que se pueden dar el lujo de pensar en el mundo.
Así mismo, manifestó que esta censura no es impuesta por los otros, sino que son los mismos periodistas latinos los que la ejecutan. Ante esto, el periodista argentino considera que “no es necesario estar en algunas de las capitales” para pensar en lo global.
“Pero usted pinta su aldea y las vuelve generales, y también pinta aldeas ajenas, ¿cómo lo hace?”, pregunta Alberto Salcedo Ramos.
“Para eso se debe tener esa actitud de cazador, de estar con la adrenalina muy fuerte porque se quiere ver (el hecho) y pensar de inmediato cómo vas a hacer para mostrarlo y que otros lo vean tal cual”, respondió Martín Caparrós.
Y hablando de latinoamerica, Salcedo Ramos fue preciso al preguntarle sobre cómo es contar el territorio de América Latina.
¿Existe una forma? Preguntó el cronista, pues este tenía la duda de si el espacio lationamericano era tan singular en cada uno de sus entornos que no podía ser englobado.
“Justamente, lo que estoy tratando de hacer desde casi un año, es intentar contestar esa pregunta”, respondió Caparrós. “¿Existe algo tal como Latinoamérica?”, se preguntó de manera retórica el periodista, interrogándose a sí mismo, y al mismo tiempo a la audiencia, sobre rasgos que la hagan pasible de ser pensada como una unidad.
La conclusión vino de su misma reflexión: “es difícil y al mismo tiempo fascinante”. Pero también es algo que Caparrós hizo, y continúa haciendo, con las crónicas de ciudad.
“Contar una ciudad, ¿quién se imagina ese disparate?” preguntó Caparrós, generando risas en el auditorio. Por supuesto que sólo se le habría ocurrido a él. En el semanal del diario El País, el último domingos de cada mes, se publican las crónicas relacionadas con dinámicas sociales de las ciudades más importantes de América Latina.
La primera fue Bogotá, ciudad que eligió por cercanía. Salvo Buenos Aires, la capital colombiana es la ciudad que más conoce Caparrós.
El inicio de la crónica, titulada Bogotá, la ciudad rescatada, fue leído por su autor en medio de la entrevista. Esta se encuentra publicada en la página web del país, donde este domingo, 28 de abril, se podrá leer la relacionada con La Habanna.
¿Y qué ocurre con el ejercicio periodístico en la actualidad?
Para Caparrós, la lógica del rating se ha apoderado de los medios escritos, generalmente de los considerados grandes.
“Esto significa que se han dedicado a pensar que lo que hay que hacer es darle lo que ya están consumiendo para que lo sigan haciendo”, manifestó el argentino.
Así mismo, afirmó que su definición de periodismo ha cambiado: ya no considera que el periodismo sea contar aquello que alguien no quiere que se sepa, sino que además es lo que la gente no quiere saber. Para Caparrós, ahí radica el profesionalismo y la valentía.