Por: Camila De la Hoz Boom | Foto: FNIP
Él siempre vive en la frontera. El límite es sin duda, su punto de partida. Hablar cinco minutos con Alarcón puede ser más productivo que hacer un diplomado en periodismo moderno, porque si hay un periodista realmente moderno, es Cristian Alarcón Casanova.
A sus 49 años, este chileno que residente en Argentina ha marcado una gran diferencia en el periodismo latinoamericano.
Es licenciado en Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata y cuenta con títulos como “Cuando me muera quiero que me toquen cumbia” con el que ganó el Premio Samuel Chavkin a la Integridad Periodística en América Latina, otorgado por North American Congress of Latin America y “Si me querés, quereme transa”, libro que ha iniciado una discusión sobre el periodismo de no ficción, qué tanta verdad cabe dentro de la palabra literatura, y si se puede hacer periodismo desde la literatura.
Una nueva perspectiva periodística desde lo digital
Alarcón es el director periodístico de la revista ANFIBIA de la Universidad Nacional de San Martin desde mayo del 2012. En esta revista, Cristian busca combatir contra la tradición del periodismo que no era más que “un montón de información sin contexto ni relato” y propone un nuevo modo, un estilo anfibio que revindica a la crónica como género y le da una oportunidad a los ensayos y a la literatura para trabajar juntos y crear historia con sentido.
Si lees ANFIBIA sabes que estás leyendo a Alarcón y sus ganas para que nuevos periodistas crean en el oficio.
Además de la revista, fue director de Infojus Noticias, la primera agencia de noticias judiciales de Argentina entre 2013 y 2015. Actualmente es profesor titular en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata, así como maestro de la Fundación García Márquez (FNPI) y entro otros cargos más.
Un hombre que sabe divertirse
Con Cristian nadie se aburre. Disfruta de todo lo que pueda disfrutar, de las salidas a rumbear con sus amigos, de una buena cena, de su hijo Pablo, del amor. De verdad, él vive su vida. A este hombre se le disfrazado de Ramsés o vaquero Queer y se le ve hablando de feminismo y poliamor, gozando de los carnavales de Barranquilla y luego asistiendo a un conversatorio vibrante sobre temas universales.
Su búsqueda por formas alternativas de hacer periodismo, trasciende a una búsqueda por maneras alternas de vivir. Cristian no solo ha encontrado una manera diferente de hacer periodismo, también ha encontrado una manera distinta de vivir la vida. Ha buscado ser feliz.
Un periodista que mira con fuerza
Una vez, a Cristian le preguntaron qué se podía hacer para contar la historia del desaparecido 121 en Argentina si ya se habían contado 120 historias. Él respondió: como periodista debes saber qué hace especial a ese persona, quién era, su familia, sus amigos.
Cristian sabe que todos tenemos algo especial que hace que nuestra historia valga la pena ser contada y como seres humanos, debemos ser conscientes de eso. Si hay algo especial en Cristian Alarcón es su capacidad de vivir al límite de la frontera.
Agradecimientos a Omar Rincón.
