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Por: Jesús Alvarez

Natalia Viana es una periodista brasilera que ha dedicado veinte de sus treinta y ocho años al mundo de la información; de esos veinte, poco más de la mitad los ha enfocado a la escritura de reportajes.

Estudió en la Pontificia Universidad Católica de São Paulo, ciudad de la que proviene y en la que Inició como reportera en Caros Amigos, una revista alternativa mensual. Posee una maestría en Periodismo radial del Goldsmiths College en Londres.

Ha colaborado con la BBC, The Guardian, The Independent, Sunday Times, Folha de São Paulo, O Globo, Carta Capital, Opera Mundi, Pacifica Network y Canadian Broadcast Corporation.

Pero sus dos actividades más relevantes han sido co-fundar y dirigir Agência Pública y traducir los artículos de Wikileaks a portugués (además de ser poseedora de más de tres mil documentos confidenciales del gobierno brasilero).

El reloj despertador cesó su agudo campaneo hace veinte años. Interrumpir el sueño ya no es una tarea cumplida por una máquina, sino un instinto incontrolable que inicia con un cosquilleo en la punta de los dedos; un símbolo de nerviosismo que se apacigua tras teclear con los pulgares aquel aparato vidrioso de sensaciones frías que tanto tememos extraviar.

Twittear, dice un botón azul, oprimido luego de resumir detalles sobre la condena del fundador de Wikileaks en menos de 280 caracteres.

Hace poco más de una hora, as ruas avistaron los primeros indicios de una luz cálida y anaranjada. Son las 7:00 A.m en el barrio Botafogo, Río de Janeiro. Una figura despeinada y de tez blanca, abandona lentamente las sábanas mientras revisa las nuevas noticas del día.

No suelta su celular, dejarlo de lado sería algo así como vociferar un ‘no información, ahora no te necesito’. Toma o café da manhã sentada en la mesa de la sala, que curiosamente también funciona como la sala de redacción de Agência Pública.

Al ver a sus compañeros, intercambia uno que otro guiño simpaticón, destacando las arrugas que la distancian a dos años de los cuarenta. Las mordidas son rápidas y los tragos poco vacilantes. Su ojos no están en la comida, sino en un texto que revisa de arriba a abajo en la pantalla de su computador.

Simultáneamente piensa en el trabajo que debe hacer durante largo periodo de tiempo; revisar meticulosamente un sinnúmero de documentos, informes, investigaciones y registros que le darán información clave para su próximo reportaje.

Durante los siguientes días su labor es un poco distinta. Recorre las calles de las favelas tocando puertas, exclamando Bons dias y recopilando testimonios provenientes de defensores de derechos humanos y de víctimas de abusos por parte de la policía o el ejército.

Posee una especial sensibilidad hacia casos que por las circunstancias en que se desarrollan tienden a quedar en el olvido como los asesinatos de civiles por parte de las fuerzas de control en las poblaciones más pobres de Río de Janeiro; los cuales a modo de justificación tienden a ser relacionados con tráfico de drogas por el común denominador de las personas.

Natalia Viana se distancia de esa manera de pensar. Posee las orejas grandes y los ojos curiosos de aquella persona presta a atender con sumo cuidado las historias que se cruzan en su camino, pero al mismo tiempo es crítica con aquello que considera sospechoso o falso.

Su aspecto cambia dependiendo de qué tarea esté realizando. A saber, su piel es blanca y sus cabellos ondulados cuando se encamina en la búsqueda de datos que solo los documentos escritos le pueden proporcionar. Mientras que las excursiones a paso imperturbable por las asfaltadas calles de Río, hacen que se vuelva casi morena y sus ondas transmuten a rizos constituidos.

Una descripción más acertada de su labor sería el periodismo independiente investigativo, que en pocas palabras es aquel periodismo profundo, extenso, más laborioso, que requiere de tiempo para madurar y desarrollarse.

Su búsqueda de lo independiente recae en el deseo de total autonomía, un concepto que en algunos casos se deja de lado al trabajar en una sala de redacción de alto prestigio.

Cuando encuentra una historia, no la exprime, más bien la acaricia suavemente, y mientras, espera a que por sí sola revele sus secretos.

Ese trabajo casi romántico puede observarse en sus escritos. Los datos no son lanzados fuertemente a diestra y siniestra, sino que se moldean en forma de delicadas figuras que encajan unas con otras sin la más mínima fricción.

Podrían mencionarse casi que de manera aislada la lista de trabajos que ha realizado; escritos que dan cuenta de su sensibilidad a la hora de contar historias.

Precisamente, desde finales del año pasado trabaja en un proyecto titulado Efeito Colateral, una serie de reportajes en los que describe las consecuencias del fortalecimiento de las fuerzas armadas en Brasil al tiempo que narra las historias de las víctimas.

Los escritos pueden encontrarse en lo que sin duda puede considerarse su obra maestra: Agência Pública, una agencia de periodismo investigativo con base en Río de Janeiro desde hace ocho años. Como dice la casilla quem somos de su portal web, es una agencia de periodismo investigativo fundada por mujeres sin fines lucrativos.

Llama la atención su modo de financiación: a través de fundaciones (como la Ford Foundation) o con patrocinio directo de sus lectores. Esto último, brinda la oportunidad a sus lectores de inclusive influenciar las temáticas que los reporteros de Pública investigarán en un futuro.

Su labor no queda en las sombras. Durante años ha sido merecedora de reconocimientos a la labor que arduamente desempeña día a día, como el Premio Vladimir Herzog de Derechos Humanos que recibió en dos ocasiones (una en el 2005 y la otra en el 2006), el Prêmio Comunique-se (recibido durante dos años consecutivos), el Prêmio Trofeu Mulher Imprensa (2011 y 2013) y el Premio Gabriel García Márquez de Periodismo en la categoría de texto (2016), solo por mencionar algunos casos.

Varios de esos premios son producto de su producción literaria, que no solo se basa en el tratamiento de historias particulares, sino en la escritura de libros que desarrollan como principal temática las violaciones de derechos humanos, como Plantados no chão (Plantados en el suelo) (Conrad, 2007), una denuncia sobre los asesinatos políticos en Brasil entre los años 2003 y 2006.

Jornal Movimento, uma reportagem (Periódico Movimiento: un reportaje) (Manifesto, 2010), sobre un periódico que hizo resistencia a la dictadura brasileña;  Habeas corpus: que se apresente o corpo (Habeas corpus: que se presente el cuerpo) (Secretaria de Direitos Humanos, 2010), sobre los desaparecidos políticos en Brasil; y el libro electrónico O bispo e seus tubarões (El obispo y sus tiburones), sobre el juicio político al presidente Fernando Lugo en Paraguay (Agência Pública, 2013).

Han pasado las horas, tan veloz que casi podrían asemejarse a la fugaz despedida de los minutos. Las páginas que lograban avistarse con los reflejos del sol veraniego son alumbradas por el amarillento lustre de las bombillas incandescentes.

Para Natalia cada letra fue expedición; la oportunidad de perderse para encontrarse con un tesoro, en este caso, los hechos, la verdad. Las puertas y ventanas de Casa Pública (el centro de operaciones de Agencia Pública, además de ser la residencia de sus periodistas) están cerradas y tapadas. El día llega a su fin y la desgreñada melena castaña de la periodista, se arrastra nuevamente entre las sábanas.

Su rostro es iluminado por el último y primer reflejo que visualiza cada día. Publica el último tweet del día y cierra sus párpado pensando en las historias que escribió, las que le quitan el sueño actualmente y las que golpean la puerta de la curiosidad para ver la luz del sol.

Somos una casa periodística universitaria con mirada joven y pensamiento crítico. Funcionamos como un laboratorio de periodismo donde participan estudiantes y docentes de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad del Norte. Nos enfocamos en el desarrollo de narrativas, análisis y coberturas en distintas plataformas integradas, que orientan, informan y abren participación y diálogo sobre la realidad a un nicho de audiencia especial, que es la comunidad educativa de la Universidad del Norte.

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