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Por: Miguel Brugés Echeverri

La historia del colectivo feminista que ha logrado con pequeños pero significativos actos abrir el debate acerca del legado de la autora colombiana más influyente que el país aún no ha conocido en su máxima expresión: Marvel Moreno.

21 de septiembre de 2018. Feria Internacional del Libro de Barranquilla. El Gran Malecón del Río es el epicentro para la primera edición de LIBRAQ. En él se encuentran dispersos los salones y escenarios para los diferentes eventos que llenan la anticipada programación.

La tarima que lleva el nombre Meira del Mar es el escenario escogido para el conversatorio “Marvel Moreno, un legado”, uno de los más esperados de la jornada, moderado por Mauricio Vargas Linares. Una tarde amena, abrazada por una brisa ligera pero sutilmente fría que proporciona el turbio río Magdalena.

El invitado especial para este encuentro es Plinio Apuleyo Mendoza, exesposo de la fallecida autora barranquillera. Ella era la protagonista y el impacto de su obra era el hilo conductor de la charla.

Aunque todo marchaba con naturalidad, nadie se esperaba lo que pasaría a continuación.

La charla empieza. Sorprendentemente, los interlocutores, desde el principio, se desvían un poco de lo prometido por semanas en el párrafo descriptivo de lo que se va a hablar impreso en los miles de panfletos que promocionaban la feria. Se esperaba que discutieran un tema en concreto.

Apuleyo responde las preguntas de Vargas Linares sin dudar de alguna, los asistentes no notan nada fuera de lugar, excepto las Amazonas, que esperan atentas la oportunidad para cumplir lo que llegaron a hacer.

Se suponía que hablarían de la trascendencia y la inmortalidad de la literatura de Marvel Moreno y cómo su visión de la mujer, de la sociedad, de Barranquilla debe ser más reconocida.

Hasta ahora solo han hablado de cómo Apuleyo la conquistó en su juventud, de cómo era una de las reinas del carnaval más hermosas que ha tenido la Puerta de Oro. Incongruencias.

El silencio se convierte en tensión, la poca capacidad de respuesta de los “expertos” ante la evidente contingencia despierta inconformidad, desasosiego.

Asumiendo esto como la señal para empezar, la primera miembro se levanta, el resto la sigue y empieza el performance.

Tres veces lo hicieron: juntas, un colectivo de mujeres con camisetas blancas estampadas con el mensaje “Es el tiempo de las amazonas”, se pararon entre el escenario y el público durante el conversatorio como una interrupción silenciosa y estratégica para protestar por varios motivos.

El primero fue cuestionar la presencia de estos dos individuos como supuestos expertos de la obra de Moreno, cuando sus discursos y la forma en cómo se referían a la autora demostraban lo contrario.

El segundo fue una denuncia a la censura que Apuleyo ejercía sobre su exesposa hasta el punto de inhibir la publicación de su segunda novela “El Tiempo de las Amazonas”, lo que las motivó a imprimir la primera página del primer capítulo del libro doscientas veces para distribuirlos en la audiencia entre las intervenciones que hicieron.

El respaldo de cada copia contaba con un párrafo que expresaba la razón del ser del acto. El público, estupefacto, las apoyó. 

Una miembro del colectivo, Daniela Pabón, filósofa y profesora de la Universidad del Norte, fue la primera en romper el silencio cuando el evento abrió espacio para las dudas del público.

Cuando los dos hombres, con micrófonos amplificando sus voces en una audiencia, son incapaces de mostrarse conscientes de la presencia de una protesta solemne, aterrizarlos al contexto y llamar su atención con una pregunta contundente es crucial y Daniela lo sabía.

¿Cómo la presentación de hoy nos dejó conocer el legado de Marvel Moreno como escritora? O sea, ¿cuál es el valor de la obra literaria de Marvel Moreno si estamos hablando de cómo ‘se la levantó Plinio cuando era ‘pelá’?”, preguntó.

Sin embargo, en vez de una merecida respuesta para acabar con la incertidumbre, el silencio de Apuleyo y las evasivas del periodista moderador generaron más preguntas ante una ponencia que resultó siendo una pérdida de tiempo para todos menos para el colectivo, porque para ellas significó sólo el comienzo.

El origen

“Nos enteramos que venía a hablar Plinio a dar una charla en la feria del año pasado y Daniela (Pabón) me dice un día “debemos hacer algo”. Entonces dijimos “listo, vamos a reunirnos”. Decidimos juntarnos para almorzar y en un principio no pensamos que se iba a desarrollar un colectivo, simplemente queríamos hacer algo ese día.

Lo del colectivo vino después cuando nos dimos cuenta que había funcionado lo que habíamos hecho y que funcionábamos muy bien juntas”, comenta Luz Karime Santodomingo, una de las miembros del colectivo más activas en materia del contacto con los medios. 

Desde la comodidad de la sala de su apartamento, sentada en un sofá bastante cómodo, Luz Karime describe cómo se formó el colectivo. Sus declaraciones luego de lo logrado en LIBRAQ fueron recibidas por diferentes medios de comunicación.

Locales, nacionales, internacionales, impresos, audiovisuales, digitales. Todos en redes sociales estaban hablando de lo sucedido. El acto sembró la inquietud, el deseo de revolución.

“El colectivo es muy reciente todavía, de hecho, hace poco estábamos conversando sobre cómo es necesario que empecemos a leer teoría y a tener discusiones, de pronto, teóricas para que el colectivo tome más fuerza porque nos juntábamos para hacer una acción concreta y no pensábamos que íbamos a surgir como un colectivo. Marvel fue como esa cosa que nos impulsó a juntarnos y a formarnos y para todas creo que es súper importante”, añade Santodomingo, sonríe entre testimonios cuando se da la oportunidad.

Luz Karime es profesora del Departamento de Español de la Universidad del Norte, Comunicadora Social y Periodista de la misma alma máter.

Enseña español académico a estudiantes de pregrado y tiene 31 años, casi 32. Es una mujer llena de vida, la luz del balcón es limitada pero la vitalidad que irradia su ser y su sonrisa iluminan la escena. 

“¿Qué me apasiona? Bailar, salsa, sobre todo. Leer, mucha literatura, sobre todo. Me gusta mucho leer novelas y recientemente empecé a leer poemas. Escribo un poco, nunca me he considerado escritora, pero últimamente he estado valientemente mostrando algunas cosas”, culmina.

Conocer a Luz Karime más a fondo solo demuestra la transparencia del colectivo, llena de mujeres reales movidas por una figura inspiradora como Moreno.

¿Y ahora qué?

Considerada por sus compañeras y hermanas amazónicas como uno de los cerebros detrás del acto del 21 de septiembre, Mónica Gontovnik sale de Koré Espacio Creativo: un estudio de baile en donde lidera prácticas artísticas y terapéuticas en el barrio Villa Country.

El canto de las ranas y las lagartijas en el fondo enriquecen la noche. Mónica cuenta con una gran trayectoria en el mundo de las artes, tiene a su nombre a Koré desde 1985. Ella proporciona una perspectiva corpórea, artística y simbólica a lo ocurrido. 

“Yo me dedico a muchas cosas”, dice Mónica, entre risas, “una de las cosas es ser profesora de la Universidad del Norte de Filosofía y Humanidades en las clases que tienen que ver con género y cultura, historia del arte, teoría del arte, etcétera.

Soy artista, soy poeta y desde hace 40 años trabajo en el arte escénico y la literatura”, añade. Gontovnik también es columnista para El Heraldo, en donde publicó una columna alusiva a la protesta enfatizando en lo performativo del acto y en el gran impacto que desde las artes se puede lograr, a pesar de solo tratarse, esencialmente, de una simple coreografía.

Sin embargo, a pesar de que Marvel Moreno fue el factor que las unió como colectivo, Mónica afirma que la razón de ser de este grupo de mujeres es más universal y busca visibilizar más luchas y no únicamente la publicación de “El Tiempo de las Amazonas”, obra literaria que inspiró el nombre del movimiento.

“El colectivo no es sobre Marvel Moreno. Es un grupo de mujeres que decide hacer una intervención para reivindicar la obra de una mujer y ya. Cuando sucede le ponemos el nombre “Las Amazonas” pensando en ella y haciéndole un honor a Marvel, pero de ahí en adelante ya no tenemos más nada que ver con la obra de ella. Yo la leo y la leo desde hace muchos años, pero todo lo que leo hace parte de mi vida, igual lo de Marvel”, concluye. 

Recientemente el colectivo hizo presencia en la ciudad de Cartagena de Indias en apoyo de la visibilización de la obra de la artista Cecilia Porras, pintora perteneciente al gremio de artistas e intelectuales que frecuentaban La Cueva y que como millones de mujeres que se desenvuelven, es poco reconocida y su obra se ha sumido en el olvido como se ha intentado hacer con Marvel.

Esto demuestra que la lucha es interdisciplinaria, es interseccional, y merece el mayor alcance posible.

El poder de Marvel

“Yo sentí que ese primer acto que se quiso realizar con el colectivo que fue durante la feria era tan legítimo, o sea, era tan obvio que había que hacerlo que yo sentí que no podía no hacer parte. Sentí que era algo que se necesitaba decir, que se necesitaba crear para generar debate y conversación y luego como que sientes que no es justo que esas cosas pasen y que tienes que poner de tu parte también actuar”, dice Raquel Gutiérrez Ravelo, agitada con entusiasmo. 

Raquel, al igual que el resto de las miembros del colectivo, es profesora y enseña fotografía en la Universidad del Norte. Es apreciada por sus estudiantes por su carisma y su personalidad endémica muy difícil de encontrar.

En la mesa de Bunt Café, antes de tomar el escenario como invitada a un conversatorio de fotografía de moda, con sus rizos al aire y su melanina al máximo esplendor, se adentra en su papel en el colectivo y en la importancia del mismo. 

Ella reconoce a Moreno como una gran influencia y figura para las mujeres de hoy. “Marvel Moreno fue una mujer barranquillera que pertenecía a las clases más sobresalientes en sentido de posición social de la ciudad. Ese mismo contexto en donde ella nació le permitió poder observar esa realidad y ese talento innato que ella tenía: que era una mujer rupturista para su época.

El haber nacido en ese contexto, y el haber sido ese tipo de alma que era le permitió poder reflexionar sobre esa misma sociedad sobre la que ella hacía parte, y no solamente narrarla, sino observarla con ese ojo crítico que ella tenía y más tarde decidir distanciarse de esa sociedad que ella no compartía”, señala. 

En su condición de fashion stylist y consultora de moda, Raquel ha logrado integrar lo que ha aprendido de Marvel Moreno y la resignificación del rol de la mujer en la sociedad desde el arte que proponen Las Amazonas en su diario vivir.

Un aspecto llamativo de la literatura de Moreno es que no deja de ser vigente y coyuntural, lo que la hace eterna en cierto sentido y útil para educar a generaciones de mujeres.

“Yo creo que la herencia de Marvel es súper poderosa y creo que trato de pararme cuando siento que tengo situaciones en las que me siento que mi dignidad como mujer puede estar agredida, me paro por un momento a pensar bueno qué habría hecho Marvel o qué habrían hecho alguna de las mujeres de las que habla Marvel.

Desde la forma de vestirme, que es algo para mí súper performativo, cada día es una decisión de ¿será que voy a recibir acoso mientras camino por la calle? ¿qué actitud voy a tener en mí misma relación y dinámica de pareja?”, finaliza. Raquel amablemente se despide y toma el escenario con una sonrisa.

Desde la academia

Finalmente, Mercedes Ortega también es considerada pionera y precursora de Las Amazonas como acto de denuncia y posterior colectivo.

Ha estudiado a cabalidad la literatura de Moreno en dos maestrías y en su doctorado y es posiblemente la persona más oportuna para hablar con asertividad de su literatura como académica por excelencia. 

“En su obra se tratan muchos temas que son incómodos para la gente. La situación de las mujeres aquí en Barranquilla y, de manera general, en Latinoamérica, viviendo unas vidas miserables. Mujeres burguesas, con plata, de clase alta, pero viviendo unas vidas emocionales y personales miserables porque están encerradas en estos cautiverios como la maternidad no deseada, los matrimonios por conveniencia, las relaciones abusivas.

Ella denunciaba toda esta situación y esto no es cómodo para escuchar. Por eso creo que su obra ha pasado desapercibida”, asegura. Colocar la realidad bajo una perspectiva de género es quizá lo que más caracteriza la visión de Moreno si se contrasta cómo otros autores contemporáneos a Marvel han manejado temáticas similares.

Desde su oficina, en el tercer piso de un antiguo bloque de la universidad, Mercedes responde con perspicacia.

Su discurso parece que ha sido preparado por muchos años, su voz denota la convicción con la que ha estudiado a esta literata oriunda de La Arenosa. 

“Creo que es obligatorio ampliar nuestro repertorio. Como profesora de estudios feministas y de género, yo sé que todo lo que se enseña en el colegio y en la universidad es básicamente lo escrito y lo hecho por los hombres y las mujeres están invisibilizadas.

Es también una cuestión de labor pedagógica dentro del feminismo darle a conocer a las personas, tanto hombres como mujeres, estas figuras con las cuales se pueden identificar”, enfatiza Mercedes en por qué es importante conocer a Marvel y a su literatura, no solo en su condición de escritora sino también como gran exponente de la literatura colombiana.

Todo esto nos muestra que las mujeres que protagonizan las historias de Marvel de aquella Barranquilla que a nuestros ojos puede parecer desactualizada y anticuada no se aleja mucho de lo que las mujeres de hoy esconden entre apariencias. Raquel, Luz Karime, Mónica, Mercedes, Daniela solo son algunos nombres.

Nadie ha capturado la esencia camaleónica de la mujer barranquillera tan fiel y tan apegada a su idiosincrasia como lo ha hecho Moreno en sus cuentos y novelas. 

El nombre del colectivo es un llamado, es un grito de victoria. ¡Es el verdadero tiempo de las amazonas!

Una invitación que le tiende la mano a las mujeres para ser libres de las ataduras y los corsés sociales que las mantienen prisioneras en la muy compleja y estructurada sociedad heteropatriarcal dominante. 

Una invitación a cuestionar todo, sobre todo a los sistemas de los que hacemos parte y denunciar violencia simbólica o literal cuando la veamos, someter el mundo que nos rodea a la hermenéutica de la sospecha.

Reconocer el privilegio del cual gozamos para contar los hechos como sucedieron, mostrar quienes verdaderamente resultan siendo las más afectadas: las mujeres.

Es nuestro deber ser conscientes de eso, por Marvel y por las millones de historias de mujeres que también están siendo silenciadas.

Somos una casa periodística universitaria con mirada joven y pensamiento crítico. Funcionamos como un laboratorio de periodismo donde participan estudiantes y docentes de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad del Norte. Nos enfocamos en el desarrollo de narrativas, análisis y coberturas en distintas plataformas integradas, que orientan, informan y abren participación y diálogo sobre la realidad a un nicho de audiencia especial, que es la comunidad educativa de la Universidad del Norte.

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