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La lenta y dolorosa desaparición de los restaurantes de comida tradicional en Barranquilla

La gastronomía barranquillera es una mezcla de culturas y sabores Lastimosamente, es la comida con raíces extranjeras la que mayor valor ha adquirido dentro de la ciudad. 

Por: Rochell De Oro S.

Barranquilla se caracteriza por su carnaval, sus calles, la alegría de su gente, sus maravillosos lugares turísticos, pero sobre todo, por su variada gastronomía, una de sus más grandes riquezas. La gastronomía barranquillera es una mezcla de culturas y sabores. La ciudad cuenta con restaurantes especializados en comida típica, criolla, internacional, contemporánea y tradicional. Lo que le brinda a sus habitantes y turistas el placer de deleitarse con sabores provenientes de cualquier parte del mundo. Lastimosamente, es esa comida con raíces extranjeras la que mayor valor ha adquirido dentro de la ciudad. Dejando de lado nuestros platos tradicionales y típicos.

Existen muchos factores que pueden justificar este hecho. Estos restaurantes de comida extranjera poseen un sello característico y diferente. En algunas ocasiones el sello diferencial es el sazón, otra veces lo que los hace tan especiales es el estilo y el diseño moderno que tienen sus instalaciones. Tal como se evidenció en una encuesta realizada por El Periódico El Punto a una muestra de la población barranquillera, en la que esta opción obtuvo 22 de los votos de los encuestados. La economía en los platos es otro factor importante a la hora de que el consumidor elija entre un tipo de restaurante y otro.

Actualmente en la ciudad se está trabajando mucho por preservar la parte cultural e histórica. Se realizan abundantes eventos culturales para apoyar las raíces que caracterizan a la ciudad de Barranquilla. Sin embargo, La Alcaldía distrital de la ciudad, las instituciones encargadas de la preservación del patrimonio y la cultura y la misma ciudadanía le ha otorgado mayor importancia a las festividades, la música,  la literatura, el teatro, es decir el arte en general. Y durante los últimos años, con la revolución de infraestructura que ha vivido la ciudad el turismo también ha adquirido gran valor cultural. Dejando de lado el aspecto gastronómico.

Esto ha ocasionado que emblematicos lugares de comida tradicional en la ciudad presenten pérdidas monetarias debido a la escasa demanda de comensales y en los casos más extremos cierren sus puertas al público, llevándose consigo gran parte de la historia de nuestra ciudad y los grandes iconos que la habitaron.

Como es el caso del Tremendo Guandú, el restaurante que abrió sus puertas un sábado de Carnaval en el año 1962 y cerró sus puertas temporalmente hace dos años. Las razones para tomar esa decisión, además de las ganas de su propietario de tomarse un descanso luego de años sin tener vacaciones, fue la incomodidad para el parqueo, lo que ocasionó que las personas dejaran de visitarlo.

En el Tremendo Guandú se pasearon  deportistas como el Pibe Valderrama, Édgar Rentería, Julio Comesaña, Happy Lora, Rodrigo Valdés, entre otros. Del mundo de la farándula estuvieron Joe Arroyo, Rafael Orozco, Cheo Feliciano, Boby Cruz, entre otros.

Dentro de esa lista de extintos restaurantes se encuentran también ‘Mi vaquita’ y ‘El calderito’. Lugares emblemáticos de nuestra ciudad años atrás en los que se realizaban celebraciones de personajes reconocidos o cumpleaños familiares.

Otros restaurantes, que desde hace años se han encargado de preservar nuestra cultura gastronómica pero que actualmente no reciben suficiente reconocimiento son La casa de Doris y La negra del sabor, posiblemente por su poca actividad en los medios digitales y la escasez de propaganda que poseen. El punto geográfico en el que se ubican también juega un papel importante, Barranquilla ha centrado su comercio en puntos específicos de la ciudad y todos aquellos locales que se encuentran fuera de esos puntos terminan siendo aislados por gran parte de la población.

Este aislamiento, ocasiona como se mencionó anteriormente pérdidas monetarias que con el tiempo pueden acarrear la desaparición de estos lugares, pero además contribuyen a la  desvalorización de nuestra comida típica en las nuevas generaciones. Que ignoran la existencia de estos lugares y por dicha razón le otorgan mayor valor cultural a restaurantes con menús extranjeros.

En una ciudad con una historia tan variada y con una mezcla de culturas tan diferentes como Barranquilla, es importante adueñarnos de una parte de la cultura que le pertenece a nuestros nativos y tener un mayor sentido de pertenencia, pues debe primar más la cultura ancestral que la extranjera que se alojó en Barranquilla.

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