Cuando la canciller alemana Angela Merkel relata que la Amazonia debe ser tema del G7, por otra parte, el primer ministro de Irlanda amenazó con votar contra el acuerdo comercial con Mercosur y Francia señala a Bolsonaro de falso mandatario.
El presidente de Brasil Jair Bolsonaro va a requerir mucho más que echarle la culpa de lo que está pasando en el Amazonas a las ONGs. Para la gran mayoría está claro desde que Bolsonaro se lanzó de candidato que la protección ambiental de la mayor selva del mundo no era un tema que le interesara. Ahora se cree que empezará a sentir la presión de sus palabras, medidas y decisiones.
El primer ministro de Irlanda Leo Varadkar ha sido de los principales personajes en juzgar y señalar a Bolsonaro, también amenazando con votar contra el acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur si Brasil no respeta sus “compromisos medioambientales”.“De ningún modo Irlanda votará a favor del acuerdo de libre comercio UE-Mercosur si Brasil no cumple sus compromisos medioambientales”, dijo Varadkar, en un comunicado.
Varadkar se dijo “muy preocupado porque este año se han registrado niveles récord de destrucción por incendios en la selva amazónica”, y consideró que “los esfuerzos del presidente Bolsonaro para culpar de los fuegos a oenegés ecologista son orwellianos”.
Previo de 20 años de negociación, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay crearon las puertas hace poco con la UE un Acuerdo de Asociación entre ambos bloques que incluye apartados de diálogo político y comerciales. Procesos que podría derrumbarse por culpa de Brasil. Son coexistan que no solo dejaría al grande de Sudamérica sin alguna chance comercial sino que también con todos sus vecinos en contra.
Los países del bloque deben verificar el texto para permitir el cumplimiento del mismo, que deberá tener el visto bueno de la Eurocámara, un proceso que podría durar dos años. “En el transcurso de estos dos años, vamos a monitorear de cerca las acciones ambientales de Brasil”, expresó Varadkar.
Relatando que “nuestra casa se quema”, el presidente francés Emmanuel Macron dijo que la “crisis internacional” de la Amazonía debería ser prioridad en la cumbre del G7 de este fin de semana en Biarritz (suroeste de Francia) y asimismo hizo presencia la canciller alemana Angela Merkel. Macron juzgó a Bolsonaro de “mentir” acerca de sus responsabilidades con respecto al medio ambiente, y dijo también que Francia no está de acuerdo con el trato de libre comercio UE-Mercosur.
“Teniendo en cuenta la actitud de Brasil de las últimas semanas, el presidente de la República constata que el presidente Bolsonaro le mintió en la cumbre (del G20, ndlr) de Osaka”, dijo la presidencia francesa, que piensa que “el presidente Bolsonaro quiso no respetar sus compromisos climáticos” o sobre “biodiversidad”.
Las relaciones entre europeos y brasileros ya venía decayendo por efecto de la situación en Amazonas. Hace pocas los gobiernos de Noruega y Alemania tomaron la decisión de retirar el apoyo económico al Fondo Amazonia, el mecanismo de cooperación internacional que desde el año 2008 recibe dineros de donaciones internacionales para la protección de la selva.
Al Bolsonaro decidir hacer un cambio en el cuerpo directivo del Fondo y retirar el comité técnico que determina los proyectos a financiar, los europeos respondieron bloqueando los fondos. “No podían hacerlo sin nuestro consentimiento. Lo que ha hecho Brasil demuestra que ya no quieren detener la deforestación”, expresó un diplomático europeo. El Fondo Amazonia parará de recibir 30 millones de euros de Noruega y 35 millones por parte de Alemania.
Bolsonaro respondió con algo no muy amable: “Tengo un mensaje para la querida Ángela Merkel: coge tu plata y reforesta Alemania. Lo necesitan más allá que acá”.
Los datos señalan que Bolsonaro tiene un gran problema de deforestación y no lo quiere notar: entre enero y el 21 de agosto, el organismo brasileño de observaciones espaciales INPE registró en Brasil 75.336 focos de incendio, un 84% más que en el mismo periodo de 2018.