Por: Karolays Santiago
La ligera brisa que entraba en la terraza aplacaba un poco el insoportable calor del medio día. En una silla con un mazo de fotos viejas, recuerdos de sus etapas gloriosas, el bailarín de salsa, William Suárez, reconocido como “Willy Salsita”, compartía sus experiencias y andanzas con antiguos colegas.
De su memoria extrajo diversos personajes que lo han acompañado en su recorrido artístico, como lo son los bailarines “Michael Jackson”, “Robocop”, “Santana” y el apreciado “Negro Rey” o “Boyo e Yuca”, como lo conocen actualmente. A todos los recordaba con gran emoción. Mirando las cómicas fotografías que enmarcaban a bailarines y transformistas, entre risas comentó que así eran todas sus fotos, alegres.
Evocando el pasado, Willy narra sus inicios en el espectáculo. Comenzó a los doce años, bailando en una tienda en la esquina de la calle de enfrente de su casa, hoy una casona vacía que ocupa un lado completo de la cuadra. Luego se aventuró a bailar en el sector de la veintiuna, no muy lejos de su hogar; posteriormente en el centro y de ahí se “perdió”, haciendo alusión a sus presentaciones en cualquier rincón de la ciudad.
Willy comenzó a ganar popularidad al juntarse con intérpretes reconocidos, como lo fueron y aún son, El Negro Rey, Santana, Monte Gardo, entre otros; que eran mayores que él y de los que el emergente salsista pudo “copiar” la forma de vestir y de bailar, para gradualmente irse acoplando en el mundo de la salsa.
El recorrido de Willy
En su recorrido artístico, trabajó con el humorista Lucho Chamié en el programa “El Disparate de la risa” del canal Telecaribe y con Care e Perro del programa “Cheverisimo” de la misma televisora. También participó en el show televisivo “Baile de Rumba” emitido por el canal Caracol, donde llegó a los diez finalistas. Manifiesta que el mayor premio de la competición fue la visibilización ante el público colombiano.
También trabajó aproximadamente seis años de la mano del locutor barranquillero, Jairo Pava. Quien lo bautizó Feonardo Dicaprio y en vez de viajar en el famoso Titanic venía en la “chalupa”, comentaba entre risas el artista.
Así mismo, el carismático personaje, que le encanta usar prendas llamativas, trabajó por once años con el grupo humorístico “Humor Costeño”, cuyos participantes en ocasiones, coinciden con el bailarín en eventos populares.
Además, el dancista colaboró con la AFA, Asociación Fonomimica del Atlántico, dirigida por el rehabilitador de las estrellas del Junior, Ulises Quintero. El equipo lo conformaban, bailarines, payasos, y fonomimicos de la región, que se presentaban en establecimientos nocturnos.
Su carrera le ha permitido conocer lugares como Santa Marta, Cartagena, Valledupar, Montería, Bucaramanga, San Andrés y proximamente si Dios y la virgen permiten, como él mismo menciona, Cali. El bailarín ha sido convocado como invitado especial, para representar a Barranquilla en el XIV Festival Mundial de Salsa de Cali, que se estará desarrollando desde el 25 al 29 del presente mes.
En medio de la entrevista el bailador recibió una llamada de su allegado colega Bollo e Yuca. Entre carcajadas le comentaba a su interlocutor que ya lo había mencionado en la entrevista, para “que cogiera fama”.
Willy Salsita y Bollo e Yuk, amigos inseparables
Los bailarines Willy Salsita y Bollo e Yuk llevan 38 años de amistad, afirma bollo, como prefiere que lo llamen. “Yo lo conocí porque aquí a la vuelta había un estadero que se llamaba Casino Saoco- relata Willy sobre su primer acercamiento con en ese momento el llamado Negro Rey- él se ponía a bailar- continua- y yo me ponía a verlo. Me fue gustando el baile y tal y me fui copiando de su estilo, de como él bailaba, él bailaba vacano”.
“A veces nos encontramos- agrega Willy- salimos por ahí, él tiene una motico, salimos por ahí en la motico a pasear los estaderos y la gente nos grita ¡hey! ¡¿quién lleva a quién?!- finaliza entre risas.
Bollo por su parte, que aparta a Willy para poder realizar la entrevista tranquilo, afirma que Willy nunca le ha podido ganar. El artista poseedor de 69 trofeos, declara que siempre él ha sido el primero, le ha seguido Santana, que ahora se dedica a pintar picós, en los segundos puestos y Willy queda por allá, en el quinto puesto.
“Hasta ahora, es mi sucesor porque no puedo bailar, hasta ahora, pero cuando me saquen los clavos que se prepare porque voy pa esa otra vez”, afirma el bailarín, haciendo referencia a su incapacidad debido a una fractura en el pie por un accidente en su motocicleta, por lo cual le pusieron dos clavos en el talón.
El artista, que estuvo ocho años en el Ballet Nacional de Colombia fundado por Sonia Osorio, se ganó la confianza y aprecio del salsista Willy, que le pidió ser el padrino de su última hija.
¿Alguna vez pensó en renunciar?
El salserisimo como decía Jairo Paba, en un momento pensó en dejar el baile para siempre.
A causa de la cirrosis Willy fue operado y estuvo incapacitado por seis meses. Seis meses en los que no puedo bailar y pensó seriamente no hacerlo más. “En la casa me decían que para poder bailar tenía que tomar”, comenta el artista, “pero yo bailo igual tome o no tome” continuo. Sin embargo el ambiente festivo, tener que soportar largas jornadas de trabajo y los continuos ofrecimientos de trago por parte de los clientes de los establecimientos donde Willy se presenta, lo incitan y fuerzan a beber.
El bailarín había decidido entonces, no bailar para no beber. Pero a pesar de la difícil decisión, su hijo lo animó a seguir bailando, le dijo que no necesitaba beber para bailar y que el baile era lo suyo y no podía dejarlo.
Ahora el salsista planea viajar a Cali y puede ver muchos de sus sueños materializados, realidades con las que soñó cuando tan solo tenía dieciocho años.
A sus 59 años de edad se siente satisfecho porque ha logrado conocer bastante, afirma; y una de sus principales metas era ser reconocido y siente que por fin lo ha logrado con el mundial de salsa de Cali.
El artista independiente comparte que aunque no tenga contratos o presentaciones frecuentes siempre sale a bailar a la calle. Agrega que hace de todo, arregla electrodomésticos, pinta casas, arregla tuberías y hasta helados a vendido. Pero no se desanima, por medio del baile a sacado adelante a sus cuatro hijos.
William Suárez, conocido como Willy Salsita, sigue bailando llenando de alegría los lugares y está seguro que morira bailando.