Por Sócrates
Ahora resulta que Real Madrid perdió 3 a 0 por culpa del técnico Zidane o porque los jugadores no metieron pierna, que el desgaste, que el estratega francés es un nadie que se encontró con la suerte de unos trofeos, que en realidad no ganó nada en España y esas derrotas fueron eclipsadas por las tres Champions, que lo uno, que lo otro… Un momento ¿Y el Paris Saint-Germain?
Digo: parece que su destino inexorable era ser derrotado sin atenuantes en su plaza porque así lo aplica una lógica de “jerarquías”. Luego, ¿es acaso un destino escrito que Real Madrid debe ganar siempre? ¿Y no tenía algunas posibilidades, aunque sea remotas, un PSG también lleno de estrellas?
Qué fácil es comentar luego de rayo caído y concentrarse en lo que pudo haber sido y pudo haber pasado. Lo difícil es ser el técnico y tomar las decisiones cuyos resultados se esperan, pero que no se conocen de antemano porque no hay forma: solo se suponen o esperan. Y cuando se producen los resultados, entonces, como no son los deseados, ¡a caerle como furibundos al equipo los dizques hinchas del Madrid!
Ni siquiera se acuerdan de los tremendos disparos de Bale que pasaron rasantes a medio centímetro del palo; ni de las atajadas proverbiales de Keylor; ni de los cierres a los delanteros madrilenses: ni del contragolpe contrario, que puede ser genial y mortal, pero que solo se ve así cuando los hace Benzema y cuando los hacía Ronaldo. También jugó que, en el pasado, muchos goles que hoy tienen al Real Madrid en la historia, no pudieron ser anulados por el VAR.
Claro que luego de ocurrido un partido, es posible ver “qué se hubiese podido hacer” para contrarrestar lo que terminó convertido en gol, en tres goles, pero, si lo miramos bien, eso también funciona al contrario. O sea, todo es susceptible de haber podido ocurrir de otra forma, pero la ocurrida fue la que ocurrió. El técnico toma la decisión y se produce la consecuencia, y el hincha, (sabroso), se la juega por lo que nunca ocurrió.
Y, sobre todo, aplicando lógicas y exactitudes que solo son aceptables quizás en las matemáticas y en las ciencias naturales, para jamás en el fútbol.
