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Por JAVIER FRANCO ALTAMAR

México City

Cada 40 segundos hay un suicidio en el mundo.

La primera causa de muerte en el planeta, de personas entre 15 y 29 años, son los accidentes de tránsito; la segunda, es el suicidio.

Una de cada cinco personas en el trabajo, puede presentar problemas de salud mental. El suicidio podría ser el camino que decidan tomar.

La Soledad, muy asociada con la actitud suicida, es la “epidemia del siglo XXI, y no tenemos medicina para la soledad”, dice el primer conferencista de la jornada, el siquiatra Edilberto Peña de León. Él es director del Centro de Investigaciones en Sistema Nervioso Central (Cisne) de México.

Los datos los ha venido compartiendo él en desarrollo de su charla en el hotel Four Seasons, de Ciudad de México, donde se desarrolla el evento de capacitación “Salud Mental sin estigmas”. Está dirigido a periodistas especializados en salud, algunos de ellos, del exterior. Es 9 de octubre de 2019. El encuentro es organizado por la compañía farmacéutica danesa Lundbeck, especializada en padecimientos del sistema nervioso.

El punto de partida es que, en la prevención del suicidio, el papel de los medios de comunicación es crucial, determinante. Así lo ha dejado claro la Organización Mundial de la Salud (OMS): los medios pueden ayudar en esta campaña que debe ser abordada “de manera integral”.

Los datos son duros y contundentes y deben mover a la reflexión: cerca de 800 mil personas se suicidan a cada año; las tasas de suicidio son elevadas en personas con depresión, consumo de alcohol, y grupos vulnerables objeto de discriminación.

“Muchos suicidios se producen impulsivamente en momentos de crisis que menoscaban la capacidad para afrontar tensiones de la vida–sigue el médico Peña-como son: problemas financieros, rupturas de relaciones o enfermedades crónica”.

Y lo dice sobre la base de la información de la OMS: la que impacta, la que alimenta el morbo y estremece ¿Qué podemos hacer los medios? La tentación es tomarlo por ese lado impactante. El doctor Peña entrega una lista de 10 recomendaciones del mejor proceder:

  1. Evite describir el suicidio como inexplicable y más bien resalte los signos de alarma.
  2. Evite glorificar el romanticismo del acto de suicidio e intente presentar una historia equilibrada de la persona. ¿Cómo así? Pues resulta que la tendencia es a presentar el suicidio como una determinación novelesca tipo Romeo y Julieta. Son detalles como estos lo que contribuyen a la imitación.
  3. Evite incluir el método, ubicación o detalles de la persona que falleció, y limite los detalles a hechos que la audiencia necesita saber. Es un consejo que apunta a evitar la imitación, o el contagio de procedimiento.
  4. Evite retratar el suicidio como una respuesta aceptable a las adversidades. Tiene que ver, también, con el primer consejo.
  5. Evite gráficos y fotografías dañinas.
  6. Evite el uso de lenguaje estigmatizante.
  7. Evite títulos sensacionalistas.
  8. No comparta el contenido de la nota del suicida.
  9. Evite citar a la Policía o a los primeros en llegar a la escena (a través de estos testimonios se puede llegar a violar este decálogo).
  10. Provea recursos siempre que sea posible, como el número de una línea de ayuda.

Y esto último, también son muy importantes las redes sociales. Ellas también están incluidas en este plan integral que pasa por el sector salud como problema de salud pública que es, la educación, el trabajo, la agricultura, el comercio, la justicia, el derecho, y la política.

Pues resulta de Facebook, y más aún el Instagram; lo mismo que el Twitter y hasta Youtube ofrecen mecanismos, acciones, botones, recursos para denunciar o reorientar hacia instancias de las mismas redes, mensajes que enciendan las alarmas. Y cada país, cada estado y provincia, debe disponer de rutas de atención, que el periodista debe incluir en su informe.

Mente sana en cuerpo sano

Ya en el plano personal, no está de más tomar medidas partiendo de que una mente sana es consecuencia, también, de un cuerpo sano, que requiere de prácticas adecuadas para que la mente fluya por caminos de paz, tranquilidad, alegría y realización.

Denis Rivera, siquiatra de enlace (especialidad de intermediación, la que remite a otros especialistas luego de la evaluación), miembro de la Asociación Siquiátrica Mexicana y –en complemento- ultra maratonista, es la encargada de esta parte en el evento.

El ejercicio tiene efectos poderosos en la producción de anandamida. Este es un compuesto cerebral –explica ella-un neurotransmisor, cuyo nombre deriva, por la sensación que produce, de la palabra sánscrita ananda, que significa “beatitud interior o portador de paz y felicidad interna”.

“El ejercicio combinado con una buena alimentación, no sólo contribuye a mejorar el estado físico, sino que también nutre las relaciones interpersonales. Al ejercitarse la memoria y la atención mejoran, y se incrementa la tolerancia al dolor, disminuyendo la ansiedad”, apunta ella.

Es buena idea ponerse en el lugar del enfermo mental. Por eso, el tercer conferencista, Walfred Rueda, diseñó un taller de pintura en la que todos participan: toca pintar un rostro femenino y colorear el cabello con acuarela: la gracia es abordar cada lado con la mano respectiva.

De esa manera, dice él, nos acercamos a la discapacidad y sus implicaciones, lo que nos permite disminuir los estigmas, ver las cosas de otra manera: qué difícil para el diestro dibujar con la izquierda. Fuera de eso, para el enfermo de la mente, el arte, que no es lógico y es más sincero, suele ser una vía de tratamiento fantástica.

Y para cierre, se proyecta la película corta “el cazo del Lorenzo”, basada en el cuento de Isabelle Carrier. Es tierna; allí se transmite, acudiendo a la ternura, afecto y de una forma cercana, la historia de un niño. Es Lorenzo, que arrastrar un cazo rojo que le cayó “de alguna parte” y siempre con él. Eso le trae problemas. Que lo llevan a esconderse justamente dentro de su cazo, y una persona amable (basta con que sea una) le ayuda, se pone en su lugar, y con ella aprende a superar poco a poco la situación, a disimular su cazo, y donde antes solo veía aspectos negativos, aparecen y resaltan lo positivos de la vida.

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