Por. Juan Manuel Alvarez (*)
Reflexión geopolítica a propósito de la ponencia del director de la Oficina de Sudamérica / Caribe para el Washington Post, Anthony Faiola, en el encuentro FIU – Universidad del Norte.
Estados Unidos gobierna nuestro continente y gran parte del planeta. La relación de Colombia con la potencia mundial no sólo es estratégica, también es ideológica. Durante décadas, Bogotá ha sido el principal aliado de Washington en su lucha contra el comunismo en Sudamérica. La posición que han tomado nuestros gobernantes ha generado malestar con nuestros vecinos, como es el caso particular de Venezuela, pero: ¿por qué es tan importante el rol de Colombia como ‘mediador’ transnacional?
Anthony Faiola, jefe de la Oficina de Sudamérica / Caribe para el Washington Post, ha estado vinculado con el Post desde 1994, como reportero del periódico en más de 40 países con presencia en seis continentes, por lo tanto, es una de las personas con mayor conocimiento e información sobre las relaciones diplomáticas en nuestro continente.
Su construcción social del “proceso de paz colombiano en tiempos de la crisis de Venezuela” es compleja, pero se resume en un aspecto fundamental: el apoyo del gobierno venezolano a las milicias comunistas de Colombia.
Según las investigaciones realizadas por diversos organismos de los Estados Unidos, como el Departamento de Estado, la CIA, el FBI o el Pentágono, se descubrió una red de ayuda transnacional entre el gobierno venezolano y las milicias de las Farc. Esta relación, que, según los informes, busca desestabilizar la ‘democracia’ de occidente, se reforzó a principio del siglo XXI con la llegada al poder de Hugo Rafael Chávez Frías el 2 de febrero de 1999.
El 7 de agosto de 2002, toma posesión como presidente de Colombia Álvaro Uribe Vélez. Uribe emergió como un candidato guerrerista, dispuesto a combatir a las Farc que, en ese entonces, se paseaban por el país como si estuvieran en el patio de su casa.
Antes de su elección en el cargo más importante de la democracia colombiana, ejerció varios cargos públicos: fue director de Aeronáutica Civil, alcalde de la ciudad Medellín, Senador de la República y gobernador del departamento de Antioquia.
Estados Unidos observaba con preocupación la postura de Chávez, por lo que la figura de Uribe, fue clava para mantener la supremacía de occidente ante un posible brote comunista en la región.
Durante su intervención, Faiola también develó que existen investigaciones por parte del gobierno americano, que vinculan directamente al actual presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, con el cartel de los Soles, una red delincuencial que trafica cocaína hacia los Estados Unidos y Europa, en la cual no solo está presente Maduro, sino que también se encuentra conformado por disidentes de las Farc, entre los que se destacan ‘Iván Márquez’ y ‘Jesús Santrich’, cabecillas de las extintas Farc, quienes se acogieron al acuerdo de paz, pero que posteriormente argumentaron que el gobierno del presidente Iván Duque, no estaba cumpliendo con los acuerdos firmados en La Habana, por lo que decidieron retornar a la ilegalidad.
¿Por qué no se persigue con rigurosidad a los grupos delincuenciales de extrema derecha con el mismo compromiso que lo hacen con los de extrema izquierda?
Para Faiola, la respuesta es sencilla: porque los grupos de extrema izquierda no interpretan el sistema político y económico que plantea los Estados Unidos, lo que los convierte en una amenaza para su supremacía en el continente.
(*) Estudiante de la Maestría en Periodismo Universidad del Norte – El Heraldo