En el 75 aniversario de las Naciones Unidas, el papa Francisco I habló de muchas cosas en su intervención. Habló de los problemas de la ‘cultura del descarte’, también mencionó de que la pandemia puede ser la oportunidad de repensar los modelos económicos. Luego trató el tema de los inmigrantes y las duras condiciones que enfrentan en los países de origen tránsito y destino.
Otro tema central que trató la máxima autoridad de la iglesia Católica, fue el del crecimiento de las oportunidades. Afirmó que los países deberían garantizar la salud para todos y no solo a unos pocos. También aprovechó para lamentarse que el aborto pretenda ser incluido entre los denominados “servicios esenciales”. Otro punto destacable del discurso fue cuando recordó la intervención de Malala Youfazai, la joven pakistaní fue ubna abanderada de la causa de los derechos del niño; el santo padre la recordó con las siguientes palabras:”Un niño, un maestro, un papel y un lápiz son suficientes para cambiar el mundo”.