Por: Isabella Muñoz Quintero
Foto de Cristian Dina en Pexels
Durante el proceso de reactivación económica, sectores como la hotelería, el turismo, la restauración, la industria textil, entre otros, han incrementado el uso de las redes sociales para fortalecer sus estrategias de marketing. Los influencers se han convertido en pieza clave de estas y tal parece que su labor ha surtido frutos, según un estudio realizado por Axon Marketing & Communications en el que afirman que un 80% de los consumidores compran servicios por recomendaciones de influencers.
Un informe realizado por la aplicación Annie revela que el tiempo que se dedica a las redes sociales y a las aplicaciones de los teléfonos ha aumentado un 20% tras la pandemia. Y así como ha aumentado el consumo también lo han hecho quienes se encargan de promocionar y recomendar todo tipo de productos, los influencers.
¿Tienes una gran audiencia? ¿Tienes voz sobre ella? ¿Te relacionas con las marcas? Si las respuestas son sí, probablemente seas un influencer en tu comunidad. Famosos, líderes de opinión, creadores de contenido, bloggers y microinfluencers son quienes manejan las redes sociales y a quien muchas veces la comunidad escucha, ya sea para bien o para mal.
El papel de estos influencers en la actual coyuntura ha traspasado el marketing. Se han convertido en personas que pueden inspirar a sus seguidores tanto a comportarse responsablemente durante la pandemia como todo lo contrario.
No solo el virus está matando a las personas, la desinformación también lo hace. De acuerdo con una investigación publicada en The American Journal of Tropical Medicine and Hygiene, alrededor de 800 personas han muerto a causa de teorías falsas de redes sociales y sitios web; día a día vemos que la pandemia es el único tema del que se habla y muchas veces el contenido que se genera no es completamente verídico. Despertamos escuchando noticias locales, del mundo, pero también recibimos información por otros medios externos a los noticieros o periódicos, como lo son las redes sociales. Instagram, Facebook, Twitter. Los fenómenos sociales de hoy en día.
¿Quién tiene una red social y no sigue a nadie? ¿Quién solamente hace seguimiento a noticieros y periodistas? La respuesta es bastante sencilla, nadie. Yaiza Barranza, periodista multiplataforma, expone este planteamiento como el seguir la corriente y la tendencia que hay alrededor. Estamos completamente llenos de información, y de cierta manera plagados de personas con una etiqueta -muchas veces autoimpuesta- llamada ‘’Influencers’’.
Estos denominados influencers son verdaderamente poderosos y es precisamente porque no se detienen por el confinamiento, dan a ver una normalidad detrás, conectan con los espectadores y permiten que estos se distraigan de la situación actual. Según el nuevo informe de SocialBakers, compañía global de marketing de redes sociales, en el segmento de salud -refiriéndose a cómo la pandemia ha impactado- los influencers han resultado ser 4.2 veces más eficientes, dando a ver que estas personalidades han sido efectivos al momento de impulsar a un anunciante en tiempos de Coronavirus.
Día a día hemos sido testigos de cómo los influencers han generado contenido gratuito de distintos temas como cocina, actividad física, entre otros que han permitido que el resto de las personas que los ven a diario encuentren un contacto en ellos y no se sientan tan alejados. “Un 43,3 % de la población mundial, unos 3.200 millones de personas, tienen acceso a internet’’ menciona la Agencia Efe, por lo que la mayoría tiene fácil acceso a la información. No obstante, las personas no siempre buscan la información de primera mano, muchos simplemente ven y escuchan noticias a diario, otras navegan por sus redes sociales. Y es éste, el segundo grupo, quienes más propensos están a la influencia pues muy fácilmente se ignoran las noticias y distintas informaciones dadas por medios confiables y se escucha a estas personas que a veces no tienen nada de veracidad.
‘‘Creo que hay muchos influencers en España con una visibilidad muy grande, que pueden ayudar a controlar la pandemia”, menciona el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, y esto podría ser aplicado a cualquier lugar del mundo, ya que una persona que cuente con gran visibilidad, voz y dominio sobre otra tiene un deber de ser responsable con aquello que dice y muestra. Es por esto que, al respecto, el gobierno Nacional se unió a una estrategia junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS) para combatir las noticias falsas que han circulado y contribuido a la desinformación respecto a la pandemia.
Es ahí cuando nos preguntamos, ¿cuál es el papel de ellos? ¿Verdaderamente aportan algo? Luis Díaz, CEO de la agencia H2H especializada en publicidad, piensa que estos funcionan como un canal de comunicación directo en toda circunstancia. En estos tiempos donde la información es tan valiosa que puede salvar vidas, claramente no se puede ver la situación a blanco o a negro porque existen unos matices. Por un lado hemos visto cómo influencers se han unido a campañas realizadas por los ministerios de sus países para concientizar sobre el distanciamiento y uso de los protocolos (La influencer Dulceida junto con el Ministerio de Sanidad de España crearon una campaña con dicho fin llamada #Quédateencasa), a su vez estos han impulsado medianos y pequeños negocios y emprendimientos con el fin de reactivar su economía, han donado y aportado a campañas para la recolección de fondos y otro tipo de acciones que sin duda alguna han generado un impacto social.
Sin embargo, los influencers no solo nos han dado un contenido muy amplio con el cual entretenernos durante el confinamiento sino también un ejemplo de qué no hacer -que lastimosamente no siempre es recibido de esa manera-. No solo hemos sido partícipes de buenas obras que ameritan reconocimiento, sino también de escándalos y la violación de protocolos de bioseguridad y normas establecidas con el fin de controlar los casos de COVID-19 en nuestro país y también en muchas otras partes del mundo.
¿Y ellos sabrán que hay cuarentena?
Si apelamos a un ejemplo del contenido que no se debe consumir, el grupo de denominados influencers llamados ‘‘El Descorche’’ de la ciudad de Bucaramanga infringieron el toque de queda establecido en fin de semana por ir a una caminata a las afueras de la capital de Santander; más de 10 personas que no estaban cumpliendo con el distanciamiento y mucho menos con el uso del tapabocas.
Otro lamentable suceso ocurrió en la ciudad de Cartagena hace algunos meses donde un ‘‘influencer’’ de la ciudad decidió jugar una broma a una mujer diciéndole que esta era positiva para COVID-19 mientras se hacía pasar por personal médico. Aunque el joven explicó en un diálogo con Blu Radio que la situación se había ‘‘malinterpretado’’ y había sido con el fin de concientizar a la ciudadanía sobre el uso de los implementos, la ‘‘broma’’ escaló hasta las autoridades.
Estos personajes cuentan con gran audiencia, desde niños, adolescentes hasta adultos que pueden ser muy fácilmente influenciados a no hacer uso correcto de los implementos de bioseguridad por la forma descarada en que estos registran sus encuentros por medio de las redes sociales. La oleada de críticas no se ha hecho esperar y se ha empezado a cuestionar el valor del contenido generado por este amplio de grupos de denominados y autodenominados ‘‘influencers’’. “Los influencers se hicieron famosos de repente porque se les daba credibilidad y arrastraban una comunidad muy grande que interesaba a las marcas, pero al final el modelo se desgastó’’ explica Neus Soler, profesora de marketing digital de la UOC; y aunque la situación no ha mejorado mucho y aún seguimos viendo cómo estas figuras hacen su voluntad frente a normas, cada vez más y más se tiene conciencia del papel que estos desempeñan y los intereses que hay detrás.