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Por: María José Alvarez

Tener dos oficios tan distintos, como son ser acordeonero e ingeniero civil, podría haber sido todo un reto para cualquiera, pero para Tomás fue muy sencillo manejarlos, gracias a la disciplina, la organización y la pasión que tiene hacia ellas. El joven de 23 años tenía un horario estipulado y organizado en la semana. “De lunes a viernes me concentraba estrictamente en la universidad y la música es más que todo algo pues de los fines de semana, entonces de esa manera pude llevar a cabo las dos actividades sin ningún inconveniente”. 

Al adoptar el mismo nombre de su padre Tomás Alfonso Zuleta Díaz (Poncho Zuleta) fue apodado como Tomás Alfonso Zuleta Jr, quien desde muy pequeño fue criado con ese ambiente del Vallenato. “Crecí en un entorno en donde lo único que se escuchaba era caja, guacharaca, acordeón y todo lo que concierna a la música vallenata”. A pesar de que su padre es cantante, Tomás expresa su pasión por el vallenato a través del acordeón. “En la familia casi todos somos músicos y la mayoría somos acordeoneros, entonces me incliné más por el tema del acordeón”. 

Además de la música, gracias al apoyo de su padre ‘Poncho’ y su madre Claudia Arnedo decidió estudiar ingeniería civil en la Universidad de La Costa, CUC, que alternó con la música. Tomás expresa que como ingeniero sus metas a largo plazo son tener su “propia constructora y ejecutar obras públicas de infraestructura”.  

Así como a todos, los planes y proyectos de Tomás Alfonso Jr., tanto en el ámbito musical como en la ingeniería, se vieron afectados por la situación mundial del Covid-19. Los eventos musicales fueron uno de los más amenazados por la pandemia, ya que en este tipo de sucesos existe mucho contacto entre las personas. “En lo musical, […], no pueden haber eventos masivos […], por el tema del distanciamiento social, entonces obviamente no han habido eventos tan frecuentes como en otros años.[…] Y en el tema de la ingeniería, también se ha visto muy afectada porque hay muchos proyectos y obras que están frenadas esperando a que todo esto mejore para poder continuar”.  

Julio César Rojas Díaz, hijo del acordeonero Julio Rojas Buendía, y Tomás Zuleta Jr, hijo del ‘Pulmón de Oro’, Poncho Zuleta, tuvieron su unión vallenata en el 2017. Se dice que se invirtieron los papeles ya que Julio César, hijo del acordeonero, es cantante y Tomás Alfonso, hijo del cantante, escogió el acordeón. “Más que una unión musical en ese entonces hubo, o hay todavía una hermandad; crecimos prácticamente juntos de niños”, comenta. “Ganamos un público a nivel local en Barranquilla y en otras partes también nos empezaron a conocer bastante. Fue una muy buena experiencia que tuve con mi hermano Julio Rojas”. Hoy en día los jóvenes tienen sus carreras individuales, pero siguen con ese lazo de amistad y hermandad.

“Más que una unión musical en ese entonces hubo, o hay todavía una hermandad; crecimos prácticamente juntos de niños”

Julio Rojas y Tomás Zuleta en la Fiesta Super Giros de Barranquilla en el 2018

Uno de los temas más frecuentados de hoy en día de la música vallenata es el vallenato moderno. Algunos artistas del vallenato antiguo manifiestan que la esencia de este género se ha visto afectada por el vallenato moderno. Mientras que otros aseguran que se trata de adaptarse creando una nueva etapa de esta música. Es cierto que “los gustos de hoy no son los mismos gustos de hace 20 o 30 años, entonces la misma sociedad o el mismo consumidor exige sacar cosas diferentes, pero como tal pienso que el vallenato no está en crisis”, afirma Tomás. Para él, la esencia sigue intacta. “Empezando porque el vallenato tradicional ya tiene su público […]. De hecho hay muchos jóvenes que les gusta el vallenato tradicional”, comenta el joven. 

“Los gustos de hoy no son los mismos gustos de hace 20 o 30 años, entonces la misma sociedad o el mismo consumidor exige sacar cosas diferentes, pero como tal pienso que el vallenato no está en crisis”

Muchos artistas del vallenato antiguo han aprendido a adaptarse y a asociarse con las nuevas figuras del vallenato moderno. Sin embargo, conservan ese toque romántico de la vieja escuela. 

Una de las actividades que realiza Tomás Alfonso en su tiempo libre es estar en el campo. Desde pequeño su papá lo inculcó en eso y desde entonces se ha vuelto una parte importante en su vida. “Voy desde temprano a la finca.” -Responde- “Estoy desde temprano en los ordeños montando a caballo. El campo lo siento es como una terapia para, digamos, despejarse de todo, salirse por un momento de esa atmósfera de la sociedad, entonces te sientes como más tranquilo, más puro”. 

Tomás en la finca “Mi Salvación” en el municipio de Astrea, Cesar

Tomás Alfonso Zuleta Arnedo se proyecta en 10 años como un ingeniero civil con su propia constructora, “teniendo una empresa de construcción de obras públicas de infraestructura”, como ya lo había comentado anteriormente, y, en el ámbito musical, se ve como un acordeonero más profesional y exitoso “tocando en diferentes escenarios a nivel nacional y quizás internacional”, agrega. Mientras tanto, se encuentra sin grupo pero con varias propuestas a la mano y esperando que pase la pandemia para volver a retomar. 

 

 

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