En el marco del Paro Nacional y de las múltiples protestas de diferentes manifestantes que pedían que no se realizara la Copa América en el país, el gobierno colombiano jugó su última carta pidiendo a la Conmebol que se aplazara el certamen a lo que recibió una negativa como respuesta. Como consecuencia de esto, Colombia se quedó sin Copa América, un evento que se venía preparando desde hace unos años y por ende, esto repercute en una pérdida muy grande a nivel económico.
El ministro de deportes, Ernesto Lucena, explicó en las últimas horas que el país invirtió al menos 12.500 millones de pesos en adecuación de los estadios. Sin embargo, las cifras pueden ser mucho más altas que las reveladas oficialmente, pues, según una investigación del portal La Silla Vacía, el gasto total en Bogotá, Barranquilla, Cali y Medellín, las ciudades que serían sede, llegaría hasta los 42.200 millones de pesos.
En Barranquilla, el sector hotelero, una de las ramas del turismo más golpeadas por la pandemia, lamentó la cancelación de la Copa América en el país, donde la ciudad contaba con tres fechas, entre esas, la final del certamen.
“Fue una noticia desafortunada porque aunque la Copa América independientemente de si tenía aforo o no, es un generador de empleo; de eso se movía la economía (…) Esto fue un impacto negativo, muchos iban a vivir de esto”, dijo Jorge Michaels, gerente del Hotel Estelar al norte de la ciudad.
De acuerdo con estimaciones este hotel arroja pérdidas por $ 200 millones por la cancelación del evento.
“Nuestros sueños se derrumbaron porque esperamos este evento con todas las ilusiones luego de un par de meses muy deprimidos por los cierres que tuvo Barranquilla por la situación de la pandemia”, dijo por su parte Margarita Alcalá, gerente general del Hotel Movich Buró 51.
Las pérdidas de este establecimiento rondan aproximadamente los $ 600 millones por la cancelación de las reservas, donde sobresalían los contratos con un medio de televisión, la Federación Colombiana de Fútbol y los directivos de la Confederación Brasileña de Fútbol.
Ambos directivos se mostraron desmotivados ante lo que podría ser otro golpea al segmento, pues la fecha de eliminatorias podría ser suspendida también.
Aunque que se pierde la sede, los estadios quedaron a la altura de las competencia suramericanas, pero al día de hoy no se podrán usar, unas veces por restricciones de la pandemia, como en Bogotá, otras por la situación de violencia, como en Cali o en Barranquilla, donde los jugadores de River Plate y Atlético Mineiro sufrieron por los gases lacrimógenos.