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Por: Juliett Marquez

Luego de varios años de organización, Colombia expide finalmente el decreto que prohíbe la exportación, fabricación y comercialización del mercurio.

El pasado 23 de abril del 2021, el Gobierno Nacional confirmó por medio del decreto 419 la salida del mercurio en exportación, fabricación y comercialización de productos. Este decreto tiene como objetivo, según el presidente Duque, que Colombia en 2023 sea “un país totalmente libre de mercurio, con vista a la protección de nuestro patrimonio ambiental y combatiendola minería ilegal, uno de sus principales responsables”. Esta normativa abarca a todas las personas naturales o jurídicas que realicen actividades relacionadas a la utilización de este metal.

Este decreto se expidió en base al Convenio de Minamata creado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2013, debido al trágico suceso que vivieron dos hermanas japonesas en la bahía de Minamata, Japón, al ser diagnosticadas con envenenamiento por mercurio en 1956. Es así como los miembros de la ONU crean el primer acuerdo mundial ambiental para resguardar la salud humana, y del mismo modo, el medio ambiente. Este convenio está conformado por 127 países, entre los cuales se encuentran: Argentina, Bahamas, Brasil, Jamaica y Uruguay; además, se encuentra una organización regional de integración económica, teniendo un total de 128 participantes.

Un país en vías de desarrollo y protección medioambiental

El mandato colombiano fue firmado por los ministerios de Hacienda y Crédito Público, Salud y Protección Social; Comercio, Industria y Turismo, y el de Ambiente y Desarrollo Sostenible, quienes buscarán seguir y cumplir los objetivos dictados por el Convenio de Minamata, donde se afirma que se controlarán el suministro y comercio del mercurio, además de controlar los productos con mercurio añadido y los procesos de fabricación del mismo. Todo esto con el fin de reducir las emisiones y liberaciones de mercurio a la atmósfera, al agua y al suelo, para así, evitar los efectos que esto podría ocasionar.

El Estado se incorporó a este convenio el mismo año de creación, pero a partir del 26 de agosto del 2017 se empezó a trabajar y buscar alternativas y soluciones para este problema, entrando en total vigor en el segundo trimestre del 2021, donde se prohíbe casi que en su totalidad el uso del mercurio.

En el decreto colombiano, existen algunas excepciones con respecto a la producción de productos con mercurio añadido. Entre estas se encuentran: productos esenciales para usos militares y protección civil; para investigación, calibración de instrumentos; para uso como patrón de referencia cuando no haya disponible ninguna alternativa sin mercurio viable para piezas de repuesto; interruptores y relés (dispositivo electromagnético); lámparas fluorescentes de cátodo frío y lámparas fluorescentes de electrodo externo (CCFL y EEFL) para pantallas electrónicas; aparatos de medición; los utilizados en prácticas tradicionales o religiosas, y vacunas.

Un metal que afecta a todos

Foto tomada por: Manuel Saldarriaga para el Periódico El Colombiano

En medio del convenio y el decreto se recuerda que el mercurio es un metal pesado, el cual se puede encontrar de forma natural en el medio ambiente. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el mercurio está presente en muchos productos, tales como pilas, aparatos de medición, entre otros. Este elemento puede ser tan perjudicial para la vida humana, que puede provocar a corto y largo plazo daños al sistema nervioso, a las funciones del cerebro, al ADN y a los cromosomas. También causa reacciones alérgicas, irritación de la piel, cansancio y dolor de cabeza. Del mismo modo, este puede provocar efectos negativos en la reproducción, defectos de nacimiento y abortos.

No hay que olvidar el fatal hecho que comenzó este acuerdo, el caso de Tsukinoura, una niña japonesa de 5 años que fue ingresada el 21 de abril de 1956 al hospital Chisso de Minamata por presentar dificultad en el movimiento y en el habla, además de tener convulsiones. Días después, cuatro personas más, incluyendo su hermana de 7 años, ingresaron al hospital con los mismos síntomas, y así mismo, el ciclo se repetía con las diversas personas de la ciudad. Es a partir de aquí, y luego de varios años y estudios, que se conoce la causa de esta enfermedad denominada “Enfermedad de Minamata” y los grandes efectos que puede ocasionar el mercurio en el ambiente, la comida, el entorno social y laboral.

En Indonesia, un país donde la industria minera de oro artesanal es el sustento de 3 millones de personas, según lo afirma la BBC, se encuentra el caso de Fahrul Raji, un hombre de 30 años que conserva el negocio familiar relacionado con la compra y venta de oro. El hombre no trabaja directamente con el mercurio, sino que recibe de varios mineros al final del día piezas pequeñas de oro artesanal, el cual funde en la parte de atrás de su tienda para luego venderlas. El humo que emana del lugar es sumamente tóxico para la vida humana; sin embargo, Raji encuentra esta situación como un problema leve ya que aún no ha presentado síntomas graves. El indonés dice que “con frecuencia me dan dolores de cabeza y me siento débil. También tengo un sabor amargo en mi boca”, síntomas que para el doctor alemán Stephan Bose-O’Reilly son los típicos de una intoxicación, además de ser el principio de una peligrosa enfermedad, el cual Fahrul no está interesado en tratar, y mucho menos, abandonar el legado familiar.

En Colombia, el Instituto Nacional de Salud realizó un estudio en el 2018 relacionado con la exposición que tienen las personas de los municipios de la Zona de La Mojana al mercurio, donde se concluyó que “la exposición al mercurio en estas zonas, no solo está afectando a las personas que trabajan directamente en las minas, sino que además están siendo expuestas, indirectamente, las personas que habitan los sitios cercanos a las minas o a los ríos donde es liberado este metal tóxico”. También se muestra como resultado que los primeros síntomas que las personas llegan a sentir a raíz de estar en contacto directo o indirecto con el mercurio son los dolores de cabeza, temblores y el nerviosismo. Por último, se concluyó que las partículas de mercurio son capaces de alojarse en cada materia y persona posible, desde el ambiente, el cabello, los ojos e incluso, el cerebelo o todo el sistema nervioso de una persona.

El otro lado de la industria minera

Imagen tomada del periódico El Tiempo

Sin embargo, y a pesar del reciente decreto y el hecho de que se conoce lo altamente contaminante y peligroso que puede ser el metal, no se puede obviar el hecho de las industrias extractivas ilegales presentes en el país, las cuales han hecho uso hasta de 180 toneladas de mercurio anual de manera ilícita para la extracción de oro, según el Consejo de Oro Artesanal. Bien se sabe que para acabar con este problema se necesitan años, concientización ciudadana y empleo, ya que, según la Red de Desarrollo Sostenible, en la industria del mercurio ilegal se encuentran alrededor de 200.000 mineros, quienes, a su vez, han convertido estas operaciones en una industria de $2.4 mil millones de pesos colombianos.

A pesar de esto, el Gobierno Nacional no se ha pronunciado con respecto a la empleabilidad de los mineros pertenecientes a la industria ilegal de mercurio, pero sí han informado al país sobre las medidas que se acatarán para acabar con el tráfico del metal. Algunas de las medidas son: vigilar exhaustivamente el puerto principal colombiano, el puerto de Buenaventura, donde años anteriores se presenciaron importaciones ilícitas de mercurio provenientes de Panamá, México, China, Corea del Sur y Venezuela. También se protegerá la frontera colombo-venezolana, donde se identificó la importación ilegal de mercurio desde Venezuela, el cual tenía como destino la ciudad de Medellín, ciudad conocida como el principal centro de distribución ilegal de mercurio. Por último, y siguiendo las normas establecidas por el Convenio de Minamata, la cuota actual de importación de mercurio de 100 toneladas por año se reducirá a 5 toneladas por año, las cuales estarán destinadas principalmente al sector de la salud.

Por un futuro mejor y más amigable con el medio ambiente

“Este es un gran avance para el país”, afirma el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Carlos Eduardo Correa, luego de la oficialización del decreto 419, el cual modifica el artículo 10 del Decreto 2133 de 2016 y el Decreto 1041 del 2018 que hablan sobre las medidas de control tomadas para la importación y comercialización del mercurio clasificado por la subpartida 2805.40.00.00 del Arancel de Aduanas. Esto con el fin que con esta nueva normativa finalmente se prohíba la utilización de mercurio en ciertas áreas de fabricación y se regulen los productos exentos de este decreto que contienen este componente para proteger la salud de los ciudadanos y la biodiversidad.

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