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Por: Bianeth Hernandez

– Hay dos cosas difíciles que yo he encontrado desde que tengo mi comparsa, la primera es el hecho de ser mujer, y la segunda es ser mamá- dice Angélica Ortega, directora del grupo y escuela de danza Dacana.

Obstáculos, son los que ha atravesado Angélica Ortega desde el 2009, con el fin de cumplir uno de sus mayores sueños, su propia escuela y comparsa de danza: Dacana, una de las más reconocidas en la ciudad, ganadora de 16 Congos de Oro. 

Cada sábado por la tarde, a eso de las cuatro, se reúne puntualmente en el pabellón de cristal, zona recreativa del Malecón del Río, a ensayar con un grupo de más de 40 niñas y jóvenes de todas las edades. El grupo de chicas que van uniformemente con un vestido corto negro y dorado, resalta a la vista, además de un pequeño público que se amontona en el lugar conformado por padres de familia y personas que pasean en el Malecón.

Angelica con un micrófono y un parlante negro (algo grande), empieza a dar instrucciones de la coreografía mientras camina entre las bailarinas. Después de un largo ensayo de dos horas y media mientras oscurece frente al Río Magdalena, Angelica me atiende en una oficina improvisada, compuesta de unas bancas y una mesa que lleva para ella y su equipo de dos coreógrafos más.

Angelica es una Barranquillera de 43 años, criada en el barrio Siape, más conocido como el barrio del río en Barranquilla, de rica historia de pescadores. Nació en lo que denomina ella, “cuna pobre”. Una infancia llena de inconvenientes tuvo que vivir debido a dificultades económicas. A pesar de esto y de crecer con padres separados, a ella nunca le faltó nada en la parte afectiva, fue criada por su abuela que le brindó todo ese amor maternal.  

Aunque en su familia no tiene ningún referente del mundo de la danza, por parte de mamá tiene influencias musicales, su abuelo es el compositor y músico de la región Duque Palomino, compositor de canciones reconocidas como “Qué te coma el tigre”.

Angelica es profesional en Administración de empresas con un diplomado en gerencia financiera, un título que muy poco tiene que ver con lo que la apasiona: la danza. Pero en busca de sustento económico y hacer lo que en realidad le interesaba, tomó la iniciativa de empezar con el proyecto de la comparsa.
Detrás de escena.

Angelica confiesa que hay dos cosas difíciles que le ha tocado enfrentar desde que inició DACANA.

La primera, dice: Es el hecho de ser mujer, por el Tabú que hay en la sociedad, de pensar que una mujer no puede llevar a cabalidad un proyecto como este y como cualquier otro. El hecho de que creen que uno no tiene la capacidad de montar un negocio, ni tener la verraquera para controlar, dominar, contratar, enseñar o dirigir. 

Angélica dice también, que se ha encontrado con muchas personas que le han tratado de desacreditar su trabajo solo por ser mujer, y al mismo tiempo se ha tenido que topar con hombres de los cuales le ha tocado librarse, por enamoramientos o pretensiones, ya que piensan que un sinónimo de ser bailarina es ser prostituta. – Soy una artista, no una prostituta – dice. Se vio enfrentada a tener que hacer respetar su propia imagen, una en la cual la estimen por la profesional y educadora que es.

La segunda cosa difícil que le ha tocado enfrentar es ser mamá. Dirigir una comparsa, una escuela de danza y ser madre no es tarea fácil, “Es una cosa de locos”, porque por un lado tiene a sus hijos que son su amor, y por otro a la escuela, que es su pasión. Para ella ambas cosas son importantes, por lo que mantener a las dos en el mismo nivel sin faltarle alguna es exigente.

Hace 6 años se le presentó el mayor reto de su vida, ser mamá de un niño con síndrome de down. Confiesa que cuando se enteró de esta noticia, no paraba de llorar, no sabía si era porque estaba entre cerrar DACANA o dedicarse a atender al cien por ciento a su hijo. Estaba como quien dice entre la espada y la pared. – Gracias a Dios ya estoy bien, mi hijo está conmigo y va a cumplir 6 años.

Ya, por último, un poco entre gritos por la fuerte brisa del lugar, le pregunté a Angelica acerca de qué proyectos a futuro tenía, tanto para ella como para la comparsa, y me respondió: – No me gusta decir mis proyectos ni los planes que tengo, pienso que entre menos personas sepan de lo que tú estás planeando, mejor. Así que, qué pena no poder responderte esta pregunta, y ayudarte a ganar ese cinco, o ese 10, o esa super nota – Se ríe. – Solo te digo que espero que mañana todo salga mejor de lo que me salió hoy. –

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Comunicador social-periodista (1986), Magíster en Comunicación (2010), con 34 años de experiencia periodística, 24 de ellos como redactor de planta del diario El Tiempo (y ADN), en Barranquilla (Colombia). Docente de Periodismo en el programa de Comunicación Social (Universidad del Norte) desde 2002.

jfranco@uninorte.edu.co