Por Sara Correa, Alejandro Guillín, Ana Redondo y Sara Tovar.
Los alimentos que reciben los colegios públicos de Barranquilla son bajos en nutrientes y las instituciones no cuentan con las condiciones para su correcto consumo.
Un grupo de niños en el colegio Juan José Rondón le dicen a un peluche que es necesario darle comida para que no tenga hambre. El peluche es tratado como si fuera uno de ellos: le acercan la comida a la boca, lo limpian, lo acarician y le dan cariño.
La escena transcurre minutos después de que repartieran la comida entre los estudiantes. El gobierno llama a esos alimentos meriendas industrializadas: un pan o unas galletas, un vaso de leche y una fruta de temporada; mango para estos días. Eso es lo que reciben usualmente los estudiantes de instituciones públicas en Barranquilla por parte del Programa de Alimentación Escolar (PAE), cuya finalidad es aportar a la permanencia de los estudiantes en el sistema educativo, brindándole a cada estudiante los macro y micronutrientes en los porcentajes establecidos.
Un pan no es suficiente
En el colegio Juan José Rondón, situado en el suroccidente de Barranquilla, llega el PAE todos los días, sin embargo, lo que es entregado por la operadora Generación Colombia no tiene los suficientes nutrientes para los niños.
La Contraloría General advirtió el pasado mes de abril que los alimentos que el PAE suministra en algunos colegios de Barranquilla y del Atlántico tienen muy pocos nutrientes y también altos niveles de azúcar.
La profesora Marina Cantillo dijo que no está de acuerdo con los alimentos que se le dan a los niños, pues existe una gran diversidad de alimentos con mayores nutrientes que los que son dados.
La nutricionista Rebeca Calvo, quien hace parte del equipo del PAE de supervisión y acompañamiento a las instituciones educativas, dijo: “Nosotros no nos enfocamos solo en el suministro de la ración, sino también en ayudar a fomentar estilos de vida saludable”.
Sin embargo, el consumo diario de pan no está cerca de ser saludable. Según la OMS, el alto consumo de sodio a través de la sal incrementa el riesgo de enfermedades coronarias y accidentes cerebrovasculares. Gran parte del consumo de sal se da mediante alimentos que ingieren las personas con mucha frecuencia y en grandes cantidades, por ejemplo, el pan.
Reciben la comida, pero no hay dónde comer
Padres y estudiantes de los diferentes colegios públicos de Barranquilla han enviado múltiples quejas con respecto a la infraestructura de las instituciones, ya que ha sido otro impedimento para el correcto desarrollo del programa de alimentación.
Uno de los casos más notorios es el de la Institución Educativa Distrital Alexander Von Humboldt, el colegio público con mayor promedio de puntaje en las pruebas ICFES 2021. TuBarco publicó en julio de ese mismo año una nota sobre una denuncia realizada por estudiantes y padres de familia de dicho colegio donde afirman que el comedor de la institución no cuenta con los suficientes utensilios para la alimentación, por lo que a los estudiantes les toca llevar su plato, cuchara y vaso. También, debido al reducido espacio del comedor, es común ver a los jóvenes almorzando en los pasillos del colegio.
Este inconveniente se sigue presentando, pues la falta de un comedor en la institución tiene a los niños y jóvenes comiendo en el piso, de acuerdo a una publicación de El Norte del 22 de abril de 2022.
Corroboramos esta información con dos estudiantes del Instituto Humboldt. Sus testimonios coincidieron en las precarias cuestiones de sanidad con respecto a la problemática. “Como no se ha estrenado el comedor, uno come donde sea”, dijo Luis, de séptimo grado. Marianne, de segundo grado, declaró: “Ha sido difícil porque nos tenemos que sentar en lugares que no son higiénicos”.
Una situación similar se presenta en la institución José Eusebio Caro, donde no se cuentan con insumos de cocina para el almacenamiento y preparación de los alimentos que entrega el PAE.
Una fuente anónima comentó que debido a que el colegio no cuenta con una cocina adecuada por la falta de entrega de los insumos y electrodomésticos necesarios, el PAE únicamente entrega cantidades pequeñas de alimentos a modo de meriendas, cuando ya se debería estar entregando raciones mayores que corresponden a los almuerzos de los estudiantes.
El distrito, a través de la Secretaría de Educación Distrital de Barranquilla, está involucrado tanto en el caso del Humboldt como en el del José Eusebio Caro. En el primero, existe un proyecto del Gobierno en el que está contemplada la construcción de un comedor para la institución. Dicho proyecto ya está aprobado desde hace seis años, sin embargo, no se ha concretado aún, según informó El Norte. En el segundo caso, el del colegio José Eusebio Caro, la Secretaría de Educación no ha proporcionado aún los suministros de cocina para el plantel, incumpliendo con el contrato establecido.
Para obtener información sobre la demora con la cocina de la institución, El Punto envió un derecho de petición por medio de la página web de la Secretaría de Educación de Barranquilla el 12 de abril de 2022, pero luego de los 20 días hábiles de trámite no se había recibido respuesta. Al final, solo enviaron un documento de las políticas con las que se regula el PAE y mencionaron que “el colegio está dentro de la lista para recibir la dotación”, pero no explicaron el porqué de la demora. Realmente no contestaron a lo que preguntamos. El futuro de la cocina en el José Eusebio Caro sigue siendo incierto.