Por: Valentina Casalins López – Foto: Jessica Bula Soto
En entrevista con Tom River, repasamos los hechos que lo llevaron a la cárceljunto a su grupo musical Bananas, y su posterior reintegración a la vida artística.
En una casa naranja con rejas blancas de un barrio clase media de la ciudad de Barranquilla, de un estilo típico en la región, vive el cantante y artista, Abelardo García García, mejor conocido en el mundo del espectáculo como Tom River, baladista, cantante de reggae, jazzista, bolerista, rockero, además de fungir actualmente como cantante de música tropical. River se identifica a sí mismo como una persona amplia, dado que se considera multimillonario en amistades y muy sociable: “desde un mendigo a lo que tú quieras, yo hablo con todo el mundo”.
La estampa de Tom River es clara: la de un señor caribeño, moreno, con sus trenzas, gorras, relojes y gafas que representan el swing y lo tropical en sus venas, con su camisa de “Bananas te quiere”, que solo dice lo mucho que aprecia a su grupo musical, y demuestra todo el empeño puesto en este cada día de su vida. Se graduó de un colegio público de la ciudad, e intentó ser contador por 6 semestres. Luego de su fallido intento, entró a la Universidad Autónoma a estudiar Comunicación Social, donde igualmente fracasó. En el transcurso de este ciclo de su vida, bailaba y andaba “en una recocha” con sus amigos, además de hacer fono mímicas.
Pasó un breve tiempo en Bogotá y después de hacer proyectos a medias, participar en la nueva estrella de la canción, ser baladista en diferentes lugares, cometer las “locuras” de las cuales no quiso ser específico, y descubrir su vocación, regresó a Barranquilla, para -como dice él- por suertes de la vida, ser contactado por Ricardo Soza, un pianista que, sin conocerlo, le pidió conformar lo que hoy en día sería el Grupo Bananas, nacido del nombre de la taberna donde iniciaron: Banana Far West.
Este fundador del grupo que marcó tendencia con las secuencias en conciertos, bailarinas y cantantes mujeres en el mundo del merengue colombiano y la música tropical caribeña, y que hasta la actualidad sigue vigente, le debe en gran parte a su carrera el haber sido ojeados en Medellín por una productora y a las insistencias de los artistas de esa disquera. “Bananas hizo su primer contrato gracias a Israel Romero como el binomio de oro y Rafael Orozco, y de ahí mi vida fue algo mágico” expresa García.
Sin embargo, no todo ha sido alegría en la vida de Tom, la cual ha encontrado en el día 27 una fecha bautizada por él como “mágica” en tono irónico: primero, por ser el de la muerte de su madre, y después, por ser el día en el cual fue injustamente acusado y condenado a 9 años de cárcel por tráfico de drogas, en mayo de 1995.
A continuación, la historia de Bananas hasta la actualidad, desde el fatídico suceso que marcó su éxito y la vida de Tom River.
Antes de llegar a ese punto, ¿cómo era su relación con los integrantes de su grupo, siendo usted uno de las cabezas del mismo?
En Bananas hoy en día, y desde siempre, tú no te das cuenta por ningún motivo de ese tipo de cosas como “mira, este es el dueño porque tiene esto”: hay una igualdad, todos en la cama o todos en el piso.
Ese 27 de mayo de 1995, ¿qué se le pasaba por la mente en esos momentos?, ¿cómo vivió ese paso de la libertad a la no libertad?
Para comenzar, no se lo deseo a nadie ¿En qué sentido? Cuando tú haces algo y te dicen no pases por ahí porque va a pasar esto y tú pasas, es responsabilidad tuya.
¿Qué quiere decir con eso?
Que la desgracia más grande de ir a la cárcel es ir sin saber lo que está pasando. Lo único que sabemos hoy en día es que tres integrantes que no eran músicos sino ayudantes, los que menos ganaban, les pintaron pajaritos en el aire y resolvieron traicionarnos. En ese tiempo grupos pequeños se prestaban para eso y nosotros tuvimos la desdicha de que le dieron a ganar a esos tres muchachos algo que ellos en su vida habían ganado. De pronto ellos no pensaron y el problema fue que nos cogieron. Entonces, en el aeropuerto eso fue una sorpresa, tanto, que un hermano mío era uno de los tres.
¿Su propio hermano lo traicionó?
Es correcto, cuando nos dimos cuenta de eso mi vida fue la locura y en un momento maravilloso para el grupo, ahí sentimos que se nos acabó el mundo, se nos acabó la vida.
Tom River con su gorra característica, sus gafas oscuras y la camisa que dice “Banana te quiere”
¿Qué sintió allá dentro, en los cuatro años?
Yo lo único que sé, es que el que más lloró fui yo (risas). Fue una tristeza muy grande, primero lo que pasó, y segundo que un hermano estuviera ahí dentro de eso. Pero la justicia… a pesar de que se mostraron todas las evidencias para que nos sacaran libres, en ese momento estaba el fiscal Baldivieso y estaba el boom de la mafia, y la ley sin rostro. Entonces la orden fue no, dele pa’ lante.
Pero ¿qué pasaba? ¿por qué estaban tan en contra de ustedes?
Porque Estados Unidos daba como un premio y ellos expusieron ante Estados Unidos que aquí había una ley. Y como les están presentando a un grupo reconocido en el asunto de capturados por droga y eso era un punto a favor del Estado; estuvimos cuatro años y no hubo forma, ninguna, de demostrar. Sí hubo, pero nunca lo aceptaron. Fueron cuatro años en los cuales a pesar de que la justicia nos quiso acabar, nosotros resolvimos. Precisamente el día que nos condenaron decidimos grabar ahí dentro de la cárcel.
¿Cómo hicieron eso?
En ese momento nos reunimos dentro de la sorpresa de que estábamos preparados ya para irnos. Teníamos una conciencia de que esto se había acabado, nos íbamos para la casa y cuando llega la información nos sorprende cuando nos dicen “se quedan, están condenados a 9 años”. Eso fue un golpe durísimo.
A pesar de encontrarse en un pozo sin fondo que no parecía tener fin para River y su grupo, los músicos se sentaron en un árbol al rincón del sombrío patio de la cárcel donde se iba hablar “paja”, y García le dijo en palabras textuales a sus socios: “bueno, nos tocó, ya lo tenemos y no nos vamos a morir, aquí no nos vamos a acabar”.
¿Usted fue el de la iniciativa de grabar?
Mi persona y Mike, pero era casi un imposible, y entonces, como yo era el director y representante en ese momento, dije “voy a llamar a Medellín”, porque allá estaba la disquera Coldiscos y yo dije pasó esto y nosotros queremos grabar aquí dentro y cuando yo dije eso fue un sí 100%, un sí que a la siguiente semana estaban todas las maquinas aquí en Barranquilla y el Inpec nos dio la oportunidad. Entonces en un cuartico de 3×3, nosotros construimos el estudio con anaqueles de huevo. Permitieron meter los músicos que hasta durmieron con nosotros allá. Algo divino, una bendición inmensa que Dios nos puso. El producto se llamó “Banana sigue siendo Banana”.
¿Tienen relación todavía con los implicados?
No señorita, imposible. No tenemos ese rencor, de pronto en la cárcel hubo un rencor, que cuando yo salga voy hacer esto y voy a darle: uno piensa tantas locuras. Pero el día que salimos, salimos sanos. Y Colombia entera -ha sido una locura- la gente nos quiere. No ha habido señalamiento en ningún lado. Los muchachos que hicieron eso definitivamente siguen en otro concepto. No sé que están haciendo y a mi hermano, a pesar de lo que hizo, sigo ayudándolo.
Y cuando llega la información nos sorprende cuando nos dicen “se quedan, están condenados a 9 años”. Eso fue un golpe durísimo.
¿Lo ayuda?
Si, con la familia son dos sobrinos que tengo. Cuando puedo ayudarlo, lo hago.
¿Cómo fue la reacción de su familia con todo esto que le pasó?
Por parte de mis hijos, por ejemplo, algunos tuvieron inconvenientes en el colegio, con los estudiantes que los ofendían. Creo que mi esposa me falló dos veces en las visitas por cuestiones del colegio, pero de resto, 100%.
¿Cómo está viviendo usted este nuevo Bananas?
De una manera muy feliz, cinco estrellas. Muy bien. Hay una armonía en el grupo de siempre porque este es un grupo que siempre ha mantenido casi el mismo personal. Bananas hoy tiene la fuerza que tú quieras.
Bananas no volvió a ser el gran grupo que iba a dejar huella mundial, debido al suceso que casi pone en riesgo a la integridad de la agrupación, pero al mismo tiempo, les dio más fuerza para mantenerse juntos. Actualmente hacen giras nacionales participando en diferentes eventos culturales, surgiendo de las cenizas, siendo todavía el Grupo Bananas.
Fragmentos de la entrevista con Tom River sobre el grupo musical Banana