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Por: Maikol Tovar 

Durante 3 días, del 19 al 21 de abril, se discutió acerca del escenario que se proyectaría de ahora en adelante para luchar contra lo que se le ha considerado, “una batalla fallida”. La expectativa era grande.  Los mandatarios esperaban un cambio trascendental que marcaría la diferencia en la forma de combatir las drogas ilegales.

Durante la sesión especial de las Naciones Unidad (UNGASS) en Nueva York, los mandatarios de 193 países discutieron sobre la nueva política que se implementará  contra las drogas ilícitas y el tráfico ilegal. Se aspiraba un cambio trascendental en el sistema y un análisis de la historia para no cometer los mismos errores del pasado.

La lucha contra las drogas ilegales, para muchos países alrededor del mundo ha sido el pan de cada día. Estados como México, Colombia y Guatemala, son grandes ejemplos de lo que es luchar en una batalla sin fin. Así mismo, son estos tres países los golpeados y más afectados por las grandes consecuencias que conlleva el tráfico ilegal de drogas dentro del continente americano.

La Cumbre

Las Naciones Unidas desde su creación solo han realizado dos reuniones extraordinarias para tratar el tema de las drogas, la primera en 1990 y la segunda, en 1998, cuando los líderes del mundo se comprometieron a tener “un mundo libre de drogas” del cual no hay rastro en la actualidad.

La cumbre fue propuesta durante una sesión de la Asamblea General de la Naciones Unidas en el 2012. Durante el discurso del presidente colombiano y junto al apoyo de sus homólogos de Guatemala y México, se planteó la petición de una discusión profunda del enfoque que se tenía de las políticas de drogas. Así mismo, argumentó la ineficiencia de las políticas planteadas hasta la ahora y sus recurrentes consecuencias en el continente americano y el caribe, además, de los recursos humanos, económicos y tecnológicos que se han sido invertidos en esta lucha.

La cumbre sobre el control de drogas de las Naciones Unidas, tuvo lugar en Nueva york, del 19 de marzo al 21 del mismo mes. En esta sesión, los jefes de estados exigían a los presidentes de las Naciones Unidas una revisión y un cambio acerca de la política planteada para la lucha contra las drogas. Esta sería la tercera vez que se pone sobre la mesa el tema de las drogas en una sesión extraordinaria de la asamblea general.

El argumento principal para replantear el sistema actual para combatir las drogas, es la necesidad de generar más autonomía por parte de los Estados a la hora de implementar políticas contra este fenómeno. Cada país que se combate el crimen ilegal y las consecuencias que arrastras consigo, posee un contexto social, económico y cultural totalmente distinto. Así mismo las reglas del juego no pueden estar planteadas de forma general, sino a través de un estudio de cada caso en particular. El escenario no es el mismo y de esta forma las consecuencias tampoco.

Diferentes posiciones                                     

Tras el fracaso de la actual política que encubre al mundo para combatir el tráfico, consumo y producción ilegal de drogas, los diferentes países se comienzan a replantear las verdaderas fallas que el actual sistema tiene. De esta forma, se pone en la mesa la necesidad de generar nuevos controles no solo en los países donde se producen las drogas, sino en aquellos donde se consume. Estados Unidos y Europa, son los principales destinos de la mayor cantidad de estupefacientes producida, para la venta.

Ollanta Humala, presidente de Perú en Su intervención durante el debate planteado, afirmó que “gran parte de la demanda de drogas que está saliendo de la región está yendo a esas regiones, incluso más a la Unión Europea que a Estados Unidos, por lo que se requiere una asociación estratégica mas no de cooperación, porque eso no conlleva responsabilidades”

Por otro lado, el debate sobre la legalización de la marihuana y otras drogas que en estos momentos se consideran ilegales aún está abierto. Uruguay, por su parte, se convirtió en el primer país en legalizar el consumo personal, la venta y la producción de marihuana bajo ciertas restricciones que el gobierno implementa para su control, como el registro por parte de los consumidores ante el Instituto de Regulación y Control de Cannabis (IRCC). En función a esto muchos de los países se han cuestionado la posición de Uruguay frente al tema. Por otro lado Estados más liberales plantean la legalización como una forma de dejar atrás la lucha contra las drogas.

Así mismo, posturas relevantes dentro del debate como las del presidente de Bolivia, Evo Morales, resonaron cuando afirmó que las medidas establecidas por Estados Unidos contra las drogas, han sido establecidas con intereses intervencionistas y como estrategia geopolítica en el continente americano y el Caribe.

De este modo, las diferentes posturas que los Estados se plantean, son las verdaderas dificultades que obstruyen el accionar de las políticas contra las drogas ilícitas. Los problemas sociales y de salud pública, son el principal motor para el avance de una legislación internacional que le dé fin a esta batalla que para muchos ya está perdida.

Conclusiones

Las opiniones estuvieron dividas entre los que querían un cambio sin legalización de las drogas y los que apoyaban la legalización de estas. Sin embargo el cierre de la discusión fue uno solo. Pocos avances, vacíos estructurales y posturas encontradas. Lo que se consideró para muchos una decepción.

La comisión global sobre drogas, califico a la cumbre de las Naciones Unidas como una “oportunidad perdida” debido a su concurrente enfoque en la penalización del consumo y distribución. “La guerra contra las drogas” no es la prioridad sino finalizarla. El combate que gira en torno a las drogas es el causante de numerosas muertes. Evidentemente, esta guerra mata a más personas que la droga en sí.

Sin duda alguna la cumbre no fue lo que se esperaba. Las múltiples opiniones y el interés particular de algunos países frente al tema, no permite una solución en concreto. Se pretendía un cambio de 180 grados que no fue alcanzado. Los Estados necesitan priorizar y enfocarse en lo que es realmente importante para ellos, finalizar la guerra contra las drogas o prolongarla otros 50 años más la lucha. Esta es una batalla que hasta hora se considera como perdida. Un0a guerra que ha dejado más muertos por combatir el tráfico y la producción de drogas, que por consumirla simplemente.

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