Por Gabriela León Luna
Bad Bunny es uno de los artistas más exitosos de la música urbana en la actualidad. Hoy se le considera como todo un “revolucionario” cuyo trap o reggaetón no es sinónimo de misoginia o machismo. También es un gran expositor de las “masculinidades no tóxicas”, básicamente por vestirse como mujer y pintarse las uñas, algo aparentemente muy revolucionario para esta generación.
Es casi imposible no saber quién es él, así no sea por voluntad propia. En Tik Tok, Instagram, Facebook o en cualquier otra red social, sus canciones están por todas partes.
En el 2020 el conejo malo fue galardonado con el premio al mejor compositor del año, otorgado por la Sociedad Americana de Compositores, Autores y Editores (Ascap). En el 2022 se volvió a posicionar por tercer año consecutivo como el artista más escuchado en la plataforma de streaming Spotify y este año inauguró la ceremonia de los premios Grammy, llevándose el trofeo a mejor álbum de música urbana.
Además de ser un cantante evidentemente exitoso, Bad Bunny demuestra una preocupación por la lucha contra la violencia y apoya la igualdad de género. A pesar de ese discurso, Benito, como se llama en realidad, se contradice constantemente porque su música e imagen varían entre dos extremos contrarios: desde apoyar a la mujer y reconocer su individualidad, hasta cosificarla y tratarla como un objeto. Entonces, es normal poner en duda que su preocupación sea en realidad genuina.
En su canción “Andrea”, por ejemplo, habla sobre la violencia de género, pero en “Safaera”, utiliza términos sexistas, vulgares y denigrantes para referirse a las mujeres, llegando a reducirlas sólo a su cuerpo desde una dimensión netamente sexual, como si no hubiera más nada que resaltar en el género femenino. Cito:
“Tú tiene’ un culo cabrón (…)
Chocha con bicho, bicho con nalga (empuja)
Cho-chocha con bicho, bicho con nalga, sí (empuja)
Chocha con bicho, bicho con nalga (empuja)
Te-te está rozando mi tetilla (empuja)
Este año no quiero putilla (empuja)
Te ven con mucha’ prenda’ y se quieren pegar (empuja)
Te ven bien activao’ y se quieren pegar (empuja)
Porque estás bien buena, porque estás bien buena (empújamelo completo)
Tetas bien grande’ como Lourdes Chacón
Las nalga’ bien grande’ como Iris Chacón
La chocha no sé porque no la he visto
Pero vamo’ pa’ la cama a clavarte en panty
(…) Más puta que Betty Boop”
Tras recibir el premio a Mejor Artista Latino en los Billboard Music Awards 2020, Bad Bunny dio un discurso contra la violencia machista diciendo: “aprendamos que se puede perrear, ser educado y respetuoso a la misma vez. Si ella no quiere bailar contigo, respeta. Ella perrea sola”, haciendo referencia a su canción “yo perreo sola”, con la que tenía la intención de empoderar al género femenino y de hacer entender a los hombres que cuando ellas dicen no, es un no y no un sí.
En el video musical de dicha canción él aparece vestido de mujer, lo cuál de inmediato lo convirtió en un símbolo de constructor del machismo y de la masculinidad tóxica presente en nuestra sociedad misógina y heteropatriarcal, un gran revolucionario de nuestro siglo, qué digo siglo, del milenio… Sin embargo, en su otra canción “la santa” dice:
No te hagas, tú eres igual (¿qué, qué, qué?)
No te hagas la santa, el perreo te encanta (you know)
Contradiciéndose una vez más y tomando por sentado lo que dice una mujer, asumiendo que en realidad lo que ella quiere es “perrear” a pesar de que comunique lo contrario. Irónicamente, son muchas de estas letras las que le encantan a la generación z (generación a la cual pertenezco, que por cierto está llena de feministas a más no poder, quienes al parecer han olvidado que existe algo llamado Marketing en la industria musical).
Por otra parte, en sus videos a menudo presenta a las mujeres de una manera subordinada, como objetos decorativos y sexys. Esto no solo refuerza los estereotipos de género, sino que también puede ser perjudicial para la autoestima de las mujeres y la forma en que se ven a sí mismas. Sólo por poner un ejemplo, en el video musical de “I Like It”, las mujeres son presentadas en trajes escasos y realizando bailes sexys para los hombres (no muy anti-patriarcado de su parte). Además, su imagen pública también incluye la exhibición de mujeres en ropa reveladora y la promoción de estereotipos de género.
Es importante recordar que apoyar la igualdad no se trata solo de palabras, senos editados en videos musicales o maneras de vestir, sino de acciones y comportamientos verdaderos. Si queremos avanzar hacia una sociedad más igualitaria, es necesario que los artistas y figuras públicas asuman la responsabilidad de promover valores y actitudes que fomenten verdaderamente lo que predican y no perpetúen estereotipos y prejuicios de género que históricamente han discriminado y violentado a las mujeres.
Este contenido fue supervisado por el periodista y docente Jorge Sarmiento Figueroa, como parte de la estrategia pedagógica del curso de Argumentación Periodística.