Por: Daniela Gomez | Fotos: Franklin Cano Alfaro
Hoy sábado 22 de abril, se celebra el cuarto día del carnaval internacional de las artes. En esta ocasión, Jacqueline Urzola, escritora sincelejana, compartió cómo fue su niñez y aquellos factores que inspiraron sus libros. Junto a Alonso Sánchez, vuelven a los recuerdos y recurren a la memoria para contar aquellas anécdotas que marcan la vida y la cultura costeña.
Jacqueline comenta que la escritura para ella fue una vocación tardía: “Yo hice muchas cosas antes, cosas que me gustaban, pero que no me llenaban totalmente. De pronto un día temprano me levanté y dije: “Yo creo que quiero escribir”. En sus inicios, escribía crónicas para Gatopardo, una revista mexicana de periodismo narrativo. Eventualmente, se decidió en comenzar a escribir un libro, cuyo enfoque tomaba lugar en las memorias de su infancia.
A pesar de las adversidades y la inseguridad de ser nueva en el ámbito, Jacqueline Urzola pudo publicar su primer libro llamado, “Bienvenido mal, si viene solo”. Este libro, en sus palabras, vendría siendo el recuento de la vida de una familia ganadera, próspera, del Sincelejo feudal de 1960, tanto en lo social como en lo económico. Al ser un libro basado en sus propias vivencias, muchos de sus familiares y conocidos toman parte del relato. Su casa era el epicentro social del pueblo, constantemente entraba y salía gente desde las siete de la mañana. Aquí Jacqueline se inspira de las anécdotas que escuchaba e inclusive los temores de su madre, el cual es el hilo conductor de la historia.
“Esa oralidad, esas voces, yo las tengo muy fijas en mi memoria. Mi vínculo con Sincelejo sigue existiendo y es muy fuerte, a pesar de que en una época me aleje. Cuando voy, es una maravilla.” Comenta Jacqueline acerca de su lazo con Sincelejo en la actualidad.
Tras leer algunos de los fragmentos de su segundo libro, Jacqueline cuenta sus motivaciones e inspiraciones de las historias relatadas. Con cuentos como, “El momento de un asesinato”, “Anoche vi, Victoria”, y “Hasta jesús pecó” se refleja aquella cultura literaria de la costa y las historias que, aunque sean ajenas, se convierten en familiares debido al gran carisma y realismo con el que Jacqueline escribe.
Hasta el último momento, se podía ver al público intrigado con lo que decía y cómo reían en tono de complicidad por la cercanía que compartían sus memorias.
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Karime Maestre
Muy buen articulo
Roberto Herrera
Excelente columna