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Durante su visita a Cartagena, el Sumo Pontífice rezará el Angelus en la Iglesia San Pedro Claver, para hacer homenaje al Santo de los Esclavos. Pero la hisotria de la Iglesia con la esclavitud se remonta al pasado de la heróica. Siga los detalles de la visita del Sumo Pontífice a la Heróica en nuestro especial.

Cuando Colón llegó a América, casi inmediatamente se estableció la esclavitud. Incluso luego de su primer viaje, llevó a los Reyes Católicos una muestra de los seres extraños que habían encontrado. Su intención era usarlos para el trabajo duro y empezar a venderlos en España. No obstante, la corona no estuvo de acuerdo. “Lo primero que hicieron fue reprocharle a Colón que hubiera esclavizado a unos individuos que eran súbditos del Rey de España”, cuenta Tulio Aristizábal, sacerdote e historiador jesuita. La orden fue clara: así como los europeos, los indios -como eran llamados en ese entonces los nativos americanos-, tenían derechos, y el Almirante Colón debía garantizar que recibieran buen trato.

La historia hubiera sido diferente si las órdenes de la Corona, relatadas en las Crónicas de Indias, se hubieran cumplido a cabalidad. Los indígenas fueron saqueados y abusados durante años. La ambición se impuso sobre la obediencia en los españoles que llegaron al Nuevo Mundo, y la autoridad del rey naufragaba en medio del océano Atlántico.

Mucho tiempo después, en 1542, se estipulan las “Leyes Nuevas” en las que Carlos V repetiría la prohibición de hacer esclavos a los indios. Es así como inicia el tráfico de africanos hacia Cartagena. Para los blancos eran bestias y, como tal, debían ser cazados y aprisionados, pues no tenían alma y mucho menos sentimientos.

“No, no es la muerte; es algo peor: la esclavitud”, escribe el padre Tulio en su libro ‘Claver y Cartagena’ que relata la historia del santo Pedro Claver y su labor con los negros esclavos. Al puerto llegaban en barcos con sobrecupo, encadenados por el cuello “de seis en seis” como lo describe Encinas en el “Cedulario Indiano”. No veían ni sol ni luna. Muchos, que venían enfermos, eran arrojados al océano antes de llegar a las costas y los que quedaban, eran alimentados una vez al día con maíz o millo crudo. Lo que no faltaba eran los insultos y azotes de los españoles que viajaban con ellos.

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Entre 1595 y 1640, llegaron 192.397 africanos, según un estudio demográfico de la trata en Cartagena, realizado por la Universidad de los Andes. Sin embargo, estas solo son las cifras oficiales que excluyen el abundante contrabando de esclavos en la época. Sobre el destino de estas miles de personas, no se equivocó el recordado Joe Arroyo en su canción ‘La rebelión’: esclavitud perpetua’.

A diferencia de otras formas de esclavitud, en otros contextos de la historia, los hijos de los negros en la colonización española no eran liberados. Todo lo contrario, pues la esclavitud era una condición heredada de generación en generación. El amo de los padres también era el dueño y señor de los hijos, por tanto, podía venderlos al mejor postor.

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Las familias eran separadas y los niños arrancados del seno de su madre. Según el novelista cartagenero, Carlos Colón, muchas negras preferían suicidarse antes que traer a sus hijos a la desgraciada vida del esclavo. Estos son tan solo algunos de los abusos sufridos por los africanos en estas tierras que visitará este domingo el Sumo Pontífice: el Papa Francisco.

Son recordados por estos días en La Heroica, San Pedro Claver y Alonso de Sandoval, acérrimos protectores de los negros esclavos. Estos personajes del clero marcaron la diferencia al reconocer a los esclavos como seres humano, y dedicando sus vidas a mitigar su sufrimiento. Precisamente el papa Francisco trae en su visita a Colombia mensajes referentes a la defensa de los derechos humanos, la justicia social y la inclusión. Es decir, la propuesta de aceptar al otro, en la diferencia étnica o de ideales, para continuar construyendo la paz en el país.

Conoce algunos personajes que representan esa afrocolombianidad Caribe…

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