Foto: periodistas El Punto – Texto: Emil Osorio Llanos
En cinco días, el papa Francisco ha realizado una visita a Colombia que, seguramente, será recordada por su mensaje de paz, reconciliación y constantes invitaciones a vivir una cultura del encuentro, según las palabras del Sumo Pontífice.
Respetando el protocolo según el cual el máximo jerarca católico es el último en abordar el avión, el papa Francisco se despidió de Cartagena, cerrando así una visita de cinco días, que inició el pasado miércoles con su llegada al CATAM del aeropuerto El Dorado de Bogotá, y culminó hoy, con su paso por la iglesia San Pedro Claver y la zona portuaria de Cartagena.
Si bien el miércoles 6 de septiembre fue cuando el avión trajo al Santo Padre a territorio colombiano desde Roma, fue el jueves 7 cuando Francisco empezó a congeniar con toda la comunidad colombiana, invitando a “cachacos, costeños, paisas, llaneros, vallunos, llaneros” a nunca perder ni dejarse robar la alegría.
Cuatro ciudades en cuatro días
Alegría es, precisamente, la palabra que describiría la sensación producida por la presencia del papa ante millones de fieles en las cuatro ciudades visitadas (Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena) donde no solo presidió eucaristía tras otra, sino que también visito y bendijo a enfermos, pobres, víctimas de la guerra, y sostuvo un discurso orientado a la justicia social, la paz y la reparación, lleno, por supuesto, de valores cristianos.
Tal fue el espíritu del mensaje dedicado por el Santo Padre a las numerosas personas que lo fueron a escuchar en la capital del Meta, donde hizo la siguiente petición al país colombiano: “abre tu corazón de pueblo de Dios y déjate reconciliar. No temas a la verdad ni a la justicia”.
Así, siguiendo su ajustada y nutrida agenda, Francisco llegó en su tercer día a Medellín, donde además de hablarle a una gran multitud en el aeropuerto Olaya Herrera, también visitó el Hogar San José, acercándose a un grupo de niños en condición de vulnerabilidad y pobreza, y asegurando en la eucaristía que la iglesia “no es una aduana” y debería procurar ayuda a aquellos que la necesitan.
La ceremoniosa cortina se cierra
Para su último día en el país, Francisco dedicó un domingo entero a la capital del Bolívar, donde nutrió su misa campal en Contecar con una homilía nutrida de observaciones sociales, tocando desde el tema de la reconciliación y la justicia, hasta criticando el narcotráfico y la violencia, reforzando así su mensaje de la cultura del encuentro.
Desde el puerto, Francisco tomó camino de vuelta al aeropuerto Rafael Núñez, donde lo despidió una animada ceremonia, que incluyó una presentación marcial, y la presencia de la Orquesta Sinfónica Nacional, que entonó canciones típicas. Acompañadas de los bailes y vestidos tradicionales del carnaval de Barranquilla, los músicos y bailarines entonaron el himno oficial del carnaval de Barranquilla, “Te Olvidé”, haciendo de dicha canción la “banda sonora” más colombiana posible a la salida del papa argentino.
Ccon una pequeña venda dispuesta encima de sus ojos, debido al golpe que sufrió minutos después de haber empezado su primer recorrido en auto por Cartagena, Francisco se despidió de los presentes acompañado por el presidente Juan Manuel Santos y la primera dama, María Clemencia Rodríguez de Santos, quienes estuvieron al lado del Sumo Pontífice hasta las escaleras del Boeing 787 que, ahora mismo, se encuentra llevando al papa a Roma.